24 Kilates.

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Sentía el pulso detrás de su oído mientras regulaba su respiración, llevaba casi una hora golpeando el saco de boxeo sin parar, sentía los brazos calientes y sus pulmones sobrecargados.

-- oye- giró su rostro hacia la única puerta de la habitación encontrandose con el chico de ojos amarillos -- lo encontramos- elevó una tablet.

--¿donde?- pregunto caminando hacia el pelinegro mientras quitaba los vendajes de sus manos.

-- New Jersey- soltó con las cejas fruncidas -- ¿es un chiste?.

-- exacto- tomo su botella de agua -- nadie pensaría que lo ocultarian en un lugar como ese, lo teníamos en nuestras narices.

-- mandaré a Lexus y Morgan por el- el chico comenzó a mover algo en una tablet.

-- no- la chica exalo -- iré yo, entre menos mejor y Morgan aún no puede evitar sobrecargarse- recordó la vez que la chica de locos cabellos verdes intento controlar la corriente eléctrica de toda una planta y termino causando un apagón masivo en toda la ciudad de New York.

-- yo iré contigo entonces- el chico la miró fijamente.

-- Araziel- puso una mano en su hombro -- iré yo sola, estaré en contacto- le sonrió.

-- confío en ti... Es solo que es el destino del mundo de lo que hablamos- el chico puso una ligera cara de incomodidad.

-- lo se y tú sabes que no es la primera misión de este tipo que realizó- elevó una ceja.

-- solo están esperando que comentas algún error, Gabriel...

-- Gabriel no me ara nada- dijo lo último mirando al techo -- Padre dijo que lo de Tokio no fue mi culpa- negó -- fue de sus "ayudantes" por no informarnos bien.

-- De todas maneras, quieras o no, Gabriel es su mano derecha y tiene más poder sobre ti y sobre todos, si él ve que Padre le comienza a prestar  atención a alguien que no sea el, hace lo posible para  hacerlo ver mal- pico su clavícula con el dedo índice.

--yo pensaba que ustedes eran perfectos- lo miro burlona.

-- y lo somos es solo que al ser perfectos también queremos ser únicos y podemos generar sentimientos no lo olvides, solo que eso nos trae consecuencias- se señaló.

-- Gabriel tiene la culpa y lo sabes- la castaña se cruzó de brazos.

-- por eso mismo te pido que tengas cuidado con el - le sonrió.

La chica solo asintio y le regaló una pequeña sonrisa -- iré a prepararme, saldré está noche- camino saliendo del lugar con el chico detrás.

Respiro profundamente después de cerrar el chaleco de tiras de cuero  que dejaba ver un poco de la piel de su abdomen, a su cuerpo y colocar en su cuello el collar que nunca debia perder.

-- el helicóptero está listo- la puerta de su habitación fue tocada.

-- ya salgo- respondió mientras seguía con su vista fija al frente, tenia casi seis meses que no se encargaba de una misión, no se sentía nerviosa eso lo sabía controlar, más bien, tenía miedo de volver a repetir lo que pasó en Tokio.

Camino colocando el intercomunicador en su oído mientras Araziel le dictaba las coordenadas.

-- tienes que tener cuidado, siendo un objeto tan preciado debe de estar armados hasta los dientes- el pelinegro le habla desde el cuarto de control.

-- espera...debe... ¿Es solo una persona?- frunció el seño.

-- si, ¿sorprendente no?, Debe ser un experto en estas cosas o alguien con mucha suerte- se recargo en la silla de cuero.

Oneshots Dr HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora