— ¡¿Qué irás a donde?! — el grito de mis amigos alertó a toda la cafetería; pegándome en la frente, me escondí de todas las miradas curiosas y muy muy poco disimuladas.
— Bajen la voz. — supliqué, mirando al rededor.
— No me agrada ese tipo. — Ian cruzó los brazos sobre su pecho, mirándome serio.
— A mi tampoco, pero debo participar si quería mi celular y mantener la fiesta en paz con él. — apoyé mi codo en la mesa, haciendo lo mismo con mi barbilla sobre mi mano.
— Tenemos una nerd entre nosotros. — se burló Alex, codeando a Ian.
— Eres el único que no se había dado cuenta de ello. — bromeó Nathan.
— En fin. Tengo que ir con el profesor para estudiar. — me encogí de hombros, recostando mi cabeza en la mesa, disfrutando de las caricias en mi cabeza de parte de mi rubio amigo de ojos azules, Nathan.
— Yo te llevo. — Ian se levantó de su lugar que se encontraba frente a mi, para sacar a su gemelo del suyo, sentándose en el.
— ¡Oye! — chilló Nathan, sentándose con Alex.
— Yo iré contigo. — Ian copió mi acción, mirándome.
— Hey, puedo cuidarme sola. — susurré, levantando la mirada y ver a los otros platicar.
— Pero quiero ver que estés bien. — rodé los ojos y cerrandolos, acerqué mi cabeza para que me hiciera cariñitos, a lo que me queje porque no entendió. — Hazme cariñitos en el cabello. — al instante sentí su mano en mi cabeza.
— Hazme cariñitos. — imitó Nathan mi voz, haciéndola más chillona.
— Así no es mi voz, pedazo de imbécil. — le tiré una servilleta hecha puño, cayéndole en la cara.
— Ya se quien eres. — una voz desconocida de un chico sonó detrás de mi, haciendome volver la mirada y ver como un pelí-azul se sentaba junto a mi.
— ¿Quién soy? — mi ceño fruncido le comunicó que no entendía nada.
— Eres Valery, la chica que me aconsejó tintarme el cabello de blanco. — mi ceño se frunció más, hasta que por fin comprendí quien era.
— Ah... Eres Daniel Montghomeri, el chico de los colores. — le sonreí, poniéndole atención y dejando de lado a mis amigos.
Hace dos años y medio, un chico y yo congeniamos mucho en la clase de arte, llegando a ser muy buenos conocidos. Me enteré que le gustaba el azul, tenia la idea de pintarselo de colores distintos cada año y por alguna razón lo convencí que iniciará con el color blanco. Cuando me fui ya no volví a saber más de él.
— Ese mismo. No te había notado por aqui. — me sonrió, saludando a alguna chica que iba pasando por ahi.
— Será por que nunca vienes a clase. — Alex susurró, haciéndome reír.
— Touché. — respondió el azul.
— Creo que eres el único que se acuerda de mi existencia pasada.
— ¿Enserio? — pareció sorprendido.
— Si, creo que todos piensan que soy totalmente nueva. — rodé los ojos, quitándole una galleta a Ian, quejandose.
— No soy el único, creo que Nora aún te odia. — con una mirada divertida, señaló a una mesa de las principales, notando como aquella chica delgada, pelo rubio teñido y con buenos, muy buenos sentimientos -pechos-, me miraba con cara de odio, rodando los ojos en mi dirección.
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Esperanzas e ilusiones
RomanceValery Hoffman se resigna a vivir toda su vida en aquel infierno, siendo víctima de maltratos por parte de aquel que un día fue su padre, sin encontrar una salida. "La vida no termina con la muerte, termina cuando matan la ilusión y a ti mi niña, te...