Durante la mayor parte de mi vida puedo decir que he vivido cómodamente, pero si me preguntaran si soy feliz, no sabría que contestar. Pienso que hay algo que me espera desde mucho, siento que tengo una conexión con alguien, muy fuerte. Siento que estoy incompleta.
Espero que este sea mi año, aunque lo dudo, mi papa quiso que pasara las vacaciones con él.
Yo también quería eso.
¡Pero no!, me está enviando a un campamento. Con gente que no conozco, que no he vuelto a ver desde que tenía 8 y ya han pasado 9 años desde que mis padres se separaron, el campamento durara casi tres meses.
Mi equipaje ya está en autobús y estoy rodeada de adolescentes riéndose y saludándose con otras personas.
Esperaba pasar las vacaciones con mis amigos, al otro lado de este lugar, no es que no me guste la naturaleza pero no conozco a casi nadie y me siento incomoda y excluida.
Cuanto estoy a punto de girar para dirigirme al transporte luego de despedirme de mi GRAN PAPA, una vejiga llena de un líquido que parece ser colorante estalla en mi cara, justo en mi oreja.
—¿Qué demonios?—busco al culpable entre la multitud y cuando lo encuentro me dirijo hacia el tipo.
—Idiota, ¿acaso no te diste cuenta?—el chico solo ríe para luego mirar hacia mi oreja y mostrar una expresión burlona.
Cuando pienso volverle a gritar otro tipo se le une, pasando un brazo sobre el hombro del tipo número 1.
—Vaya, vaya...—se detiene en su oración cuando dirige su mirada hacia mi muñeca cambiando drásticamente su expresion, también hago lo mismo y veo el brazalete, rápidamente lo escondo debajo de mi blusa.
Durante un largo tiempo el chico parece estar debatiéndose en una decisión importante,hasta que solo me observa como si fuera yo algo imposible.
De pronto el chico me abraza fuertemente, trato de zafarme de su abrazo pero me es imposible, me supera.
—¡Suéltame! ¿Qué crees que haces?—comienzo a golpearlo en la espalda, hasta que logró zafarme.
Me mira confuso y a la vez sus ojos le brillan supongo que felices, por alguna razón siento algo comprimiendo mi pecho.
Doy media vuelta dispuesta a irme de este espacio y esas personas pero alguien me detiene, me giro solo para saber que nuevamente siento su brazo quemar bajo mi blusa por lo que suelto mi mano.
—¿Syd? Estas aquí.—sus ojos me miran temerosos pero poco a poco su expresión comienza a cambiar, es guapo, as admisible pero no sé qué hacer, es decir, ¿Cómo sabe mi nombre?
—Hey, no soy ella, ademas me llamo Sydney, no Syd.
Mi actitud de perra parece estar diciendome que recibire de mucho karma, nuevamente giro para escapar de este lugar.
De alguna forma mis palabras parecen afectarlo y de nuevo siento mi pecho presionándose, no sé el motivo.
—¿Estas jodiendome, Sydney? Por qué no me parece una mierda gracioso.
Escucho como el señor que dirige el evento comienza a decir mi nombre y esa es mi señal de desaparecer del chico, entro rápidamente al autobús tomando mi identificación, veo como el chico intenta subir pero el director lo detiene, camina hacia donde me encuentro y cierro la ventana, parece rendirse.
Ubico mis auriculares en mis oídos a volumen alto y me dispongo a dormir.
Cuando despierto ya todos están adentro y el transporte ya está llegando a nuestro destino.
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Aunque no me recuerdes.
Teen FictionCuando William y Sydney se vuelven a encontrar muchas cosas se salen de control. ¿Tres meses ayudaran a que Sydney recuerde a William? ¿William se rendirá? Sydney espera recuperar su memoria y William espera que ella lo recuerde.