DOS

47 2 0
                                    



No puedo decir en que momento sucedio ni como se lo permiti, pero de un momento a otro William se ofrecio a ayudarme, como si lo que paso no hubiera pasado.

Claro que paso, se sintió mucho real.

Aún sigue aquí William, limpiándome el rasguño de una forma lenta como si quisiera que esto nunca terminara.

Pero lo hace, nos quedamos un momento en silencio solo viendo hacia el frente aunque siento su mirada quemarme.

—¿Podemos hablar?—pregunta de una forma suave como si temiera que lo interrumpiera.

Asiento sin mirarlo.

—Necesito que me mires...por favor.

Lo hago, y es demasiada la cercanía que puedo disfrutar de sus ojos del color azul intenso y de sus pestañas oscuras junto a unas pecas, lo suficientemente cerca para poder embriagarme con su fragancia.

Toma mi cara entre sus dedos y me obliga a mantener la mirada, el recorre mi cara completamente y sonríe triste.

—¿Realmente no me recuerdas, Syd? Por favor, no me hagas esto.

Trago duro, en serio, no quiero causarle daño, pero parece que lo hago e irremediablemente deseo no hacerlo pero no puedo.

Syd, nunca me gusto que me llamaran así, hasta hoy, sentía que cada que alguien lo hacía, sonaba hueco sin sentido ni coherencia, pero ahora suena diferente, muy diferente.

—Lo siento, en serio, lo siento.

Ahora el pierde la paciencia, comienza a caminar de un lado a otro de forma furiosa.

Necesito darle explicaciones, pero ¿porque deberia?

—Joder, joder, joder— maldice.

Llega hasta mí y toma mi cara nuevamente pero esta vez de forma brusca, mirándome asustadizo y furioso.

Me rehuso a su toque y no se si mirarlo o intentar alejarme, deberia alejarme, lo se.

Pero ¿no me alejo?

—No sé lo que te he hecho, pero yo nunca, nunca te haría pasar por lo que tú me estás haciendo pasar, porque ¡carajo! Duele...mucho.

Y sin decir más sale por la puerta, no hago más que quedarme aquí.

¿Nunca has sentido que tu corazón duele?

¿Qué te ahogas?



Porque yo sí, no sé quién es William ni porque sabe de mí, pero siento que él tiene una parte de mí que desapareció luego del accidente. Esa parte que me hace sentir incompleta, infeliz.

Salgo del cuarto hacia el patio en donde se encuentran mesas en cada lugar y en una esquina la comida, tomo una ensalada de frutas para dirigirme al lago, donde también se encuentran varias personas, en donde encuentro a William, solo.

Me quedo un momento mirándolo, desde lejos, pero por mas que lo observo, no recuerdo absolutamente nada de el, nada.

¿Quien eres tu? ¿Me conoces? ¿Desde cuando?

Son preguntas que quisiera hacerle, sin embargo, no me atrevo.

Voy hacia él y tomo asiento a su lado.Cautelosa.

—Vete.—indica con voz aguda y fría.

No hago casi y toco el agua con los pies, solo los pies, siempre me ha gustado hacer eso, no sé porque.

Aunque no me recuerdes.Where stories live. Discover now