7. Olivia

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Cocol's POV:

Estaba caminando, mis pies estaban descalzos, mi pelo bailaba, era un día soleado sin ni siquiera una nube, corría, corría en todas direcciones, hacia los puntos cardenales. Me detuve en una esquina, mi mejor amiga me esperaba, era Luna pero esta vez se llamaba Olivia, sus ojos me lo dijeron, me abrazó la tomé de la mano y corrimos hasta una playa. Nos acostamos en la arena, reíamos, recordábamos aventuras juntas, mis pies tocaban la arena, se hundían.
Solo nos quedamos allí; pensando, mirando el cielo imaginándonos como en realidad nos ven las personas y lo tan insignificantes que eramos —al menos yo—.
Llegaba la tarde, teníamos hambre, eso era nuevo y genial, teníamos un sentimiento humano, sonreímos al darnos cuenta.
Caminábamos juntas tomadas de las manos, guiándonos con la luz del atardecer, cantábamos; luego pasamos por una plaza, había unos chicos...
Bebimos, bailamos y besamos a algunos, ¡si! ansiabamos experimentar lo mas posible, reímos hasta dolernos el estómago, fue abrumador y nos dio tanta adrenalina.
Luego le robamos una bicicleta y salimos huyendo, gritábamos mientras el viento acariciaba nuestros rostros. Llegamos a un supermercado, dejamos la bicicleta en el estacionamiento y entramos, tomamos unas bebidas y snacks, no teníamos dinero ni mucho menos sabíamos como era, como se sentía, como se usaba.
Fuimos hasta el vendedor, él contaba el dinero que le había entregado una anciana a cambió de una bolsa con provisiones. Nos dimos cuenta que la ley de equivalencia de intercambio valía en este lugar y nosotras no teníamos nada que ofrecer.
Nos miramos, su rostro mostraba complicidad solo le hice una pequeña mueca, tomamos lo más posible, contábamos en nuestras mentes esperando el momento justo, respiramos hondo y salimos corriendo, tome un minuto para pensar mientras corría, todo iba en cámara lenta, miraba el rostro de Oliv estaba tan radiante despedía un color miel con toques de canela, volábamos, mis piernas se sentían libres, mis brazos tambien, toda mi alma se sentía liberada, cerré los ojos, escuchaba mi respiración, escuchaba el rápido latir de mi corazón pero había algo, algo que escuchaba que no sabia que era, algo a lo lejos, casi mudo. Me había alejado demasiado de lo que realmente estaba pasando en ese mismo momento, volví en mí y escuché con más precaución, poniendo toda mi energía en ese preciso instante; ese 'algo' comenzó a tomar forma, esos ruidos cada vez eran más fuertes, invadían mis oídos. Gritos, risas, autos pasando por la carretera, arboles sacudidos por el soplido de las nubes, pájaros cantando, un ronroneo y un susurro.
Paré de golpe, eso hizo que recordará a Amanecer y a ese maldito gato ciego, desde que ellos estaban juntos nunca podía estar a solas con ella, sentía celos cada vez que lo nombraba pero era 'Alek', no podía odiarlo, adoraba su forma de ronronear y sus canciones que me hacían sonrojar. La bicicleta ya no estaba, delante nuestro había un auto, uno viejo, lo examinamos desde afuera; era viejo pero estaba en estado, en una de las ventanas pude ver, si puede ver a...
Chris, estaba apoyado allí, me miraba con sus ojos de botón. Me sonrió, nos sonrió, imitamos la acción y nos invitó a entrar.
Creo que en realidad estaba en un sueño, uno tan vivo y delicado como el infinito. Era perfecto, nos sentíamos vivas, sentimos cosas que nunca antes nos hubiéramos imaginado, ni en un millón de años.

                                                 Xoxo, Cocol.

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