6. Alekséi

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Cocol's POV:

Alekséi era un gato —no uno común y corriente—, él era un gato ciego, abandonado desde su nacimiento. Tenia una marcha negra alrededor de los ojos, como un antifaz. Era color café con tonos blancos y negros, además de algún amarillo. Su aura despedía un azul marino tranquilo con una flauta baja, era como una brisa de esa que te hacen volar pero suavemente.
Me dedicaba canciones sin siquiera conocerme, no podía verme pero el sentía que yo estaba allí, oyéndolo. Solo lo escuchaba y sonreía por su atrevimiento, jamás alguien me había dedicado nada aparte de Amanecer.
Lo había observado desde hace mucho, riendome en silencio, imaginado un mundo sin él y lo tan vacío que seria.
Si una simple alma se marchará una pequeña parte moriría por más insignificante que sea —él no era insignificante, él era más, era... chispa— Pensaba en cuál sería su nombre, susurraba preguntas al espacio, nadie respondía. Era solitario eso lo tenía en claro, parecía perdido —algo que me es familiar, lastimosamente—.
Lo conocí una noche otoñal, diambulaba por los techos de las casas, buscando algún lugar caliente donde recostarse, casi tropieza, fue gracioso, reí —no muy alto pero lo suficiente—. Actuó como si nada pero en un momento a otro se detuvo, sonrió y me miró directo a los ojos pero sin hacerlo en realidad. Comenzó a cantar, era tan limpio... sin errores.
Supe su nombre apenas comenzó su balada, 'Alekséi'... —era... perfecto—, le  quedaba demasiado bien como para ser real. Susurré su nombre varias veces para mi misma, igual que me había enseñado Amanecer, sonreí —me había sonrojado—. Como iba él a saberlo, cerré los ojos para escuchar con más atención y me deje fluir.
Varias noches fue así, hasta que se dignó a dirigirme la palabra, fue un simple ronroneo el cual resonó en mi cabeza y fue más allá, cruzando galaxias. Tal vez no fue dirigido a mí, necesitaba saberlo pero como preguntarle —me daba miedo hasta respirar más de lo debido—. El quería jugar con Luna —lo sé, por que lo dijo— ella se parecía, al menos algunas veces, a una bola de estambre. Se negó, a lo que yo sentí pena por él —pero a la vez calma, me hubiera sentido celosa al verlos jugar—.
Luego de despedirme de Amanecer, el aparecía desde las sombras; jugaba con las gotas de la lluvia, se acariciaba con las nubes, cantaba, no se le daba bailar, pero su canciones me estremecían. Otra vez ese sentimiento —últimamente me había acostumbrado— o tal vez ni siquiera ese sea el sentimiento que realmente sentía, no lo sé, era algo que me alteraba como nunca lo había hecho.
Una noche le propuse salir a pasear, fuimos desde el lago hasta la casa de Amanecer, tenia la esperanza que ella todavía se encuentre despierta. Impulse a Alek para que entrara por una ventana y le guíe hasta la habitación. Solo entró y se recostó en la cama —ella dormía profundamente—. Los miré por ultima vez y me marché, se veían tan hermosos juntos. Era casi hora de irme, casi era de mañana; a lo lejos pude escuchar una leve e inalcanzable balada, era Amanecer y un pequeño ronroneo la acompañaba. No podía quedarme mucho tiempo, solo sonreí y me desvanecí entre la multitud.
'Te amo', me decía a mi misma mientras recordaba las palabras de Amanecer, —sollozaba— soñaba con una vida mas significante, me hacia preguntas estúpidas que nunca debi sacar de mi mente. En fin no llegué a ninguna conclusión ni alguna razón que cambiara mi pensamiento original, pero estaría contenta de no dejarla completamente sola.
Necesito un tiempo para repensar y armonisarme, intentar distintas canciones, respirar otros aires, explorar otros colores y tonalidades.

                                                Xoxo, Cocol.

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