Nunca es tarde...

322 38 1
                                    

Pasaron algunos días y Jack no se aparecía tanto por el búnker...

Estaba haciéndose un emparedado de mantequilla de maní y mermelada como desayuno, porque no quería otra cosa. Su hermano entró.

-Hey.

-Hey.

De seguro le diría algo por su alimentación.

-¿Crema de maní y mermelada para desayunar? Te lo has ganado. –dijo Sam.

-Sí. –contestó como si nada.

-¿Quieres una cerveza con eso?

Ok. Eso lo había impresionado.

-¿Estoy bien? –preguntó casi al unísono.

-Ah, vamos. Vive un poco. Toma.

Y Sam le pasó una cerveza del refrigerador. Estaba actuado extraño.

-¿Qué pasa contigo? –preguntó seriamente.

-¿Qué quieres decir?

Lo miró por unos instantes, pero Sam volvió a hablar.

-Lo que sea, mira esto. Creo que encontré algo. Hace tres días, un chico llamado Shawn Raider... Fue encontrado vagando en la carretera cerca de Grand Junction, Colorado, sangrando por la cabeza. Su mejor amigo había desaparecido, y escucha... ¿la única palabra que dijo? Monstruo.

-Ok, eso suena interesante. –dijo.

-Sí. Y pensaba que podríamos comprobarlo, tú y yo.

Lo miró.

-¿Qué sucede con Jack?

-Sé está poniendo al día con mis viejos DVD de fantasía...

Él había visto varios DVD con Cas, de películas clásicas y animadas. Todavía faltaba mucho por ver y ahora no...

-No sé cómo pudiste tener relaciones siendo así. –se burló de Sam, para despejar la mente.

-Sí, dímelo a mí. Entonces, estaba pensando que podríamos dejar a Jack.

¿Qué?

Se limpió un dedo con mermelada, sin aparentar sorpresa.

-¿En serio?

-Sí. Pusimos seguridad extra. Estará bien.

De alguna forma, Sam volvió a convencerlo.

Viajaron hasta llegar al lugar, a interrogar a la víctima, como el conocido FBI. Se bajaron del impala y Sam le entregó su credencial falsa. La revisó, con algo de sorpresa.

-¿Agente Page? Creía que siempre querías ser el Agente Page.

-Sí, bueno, cambiemos.

Sam estaba actuando algo extraño. Pero estaba bien para él... por ahora.

Llegaron a la casa, la madre les dijo que el chico tenía un trauma psicológico. Él fue quien decidió verlo. Al entrar a su habitación trató de hablarle, pero lo único que vio fue al chico dibujar una máscara.

-¿Es eso un monstruo? ¿Eso fue lo que le contaste a los policías?

El joven paró de dibujar por unos segundos, mientras le hablaba, pero no le dijo nada.

Era de noche, cuando llegaron al hotel en que se quedarían.

-Iremos mañana.

-Está bien.

-¿Club de striptease?

-Espera.

Se detuvo.

-Perdona. ¿Qué? –le preguntó a Sam, algo enojado.

Lost... and Found (Perdido... y encontrado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora