Capítulo 35

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Todo parecia complicarse cada vez más. La preocupación en su ser no hacia otra cosa más que aumentar, hasta que parecía no tener cabida en su cuerpo. 

En su interior podia sentir un fuego crecer, siendo alimentado por el dolor y la preocupación de no saber el paradero y el estado de su hijo. Además de la rabia y el odio hacia aquel que se había atrevido a arrebatarle una de las cosas que más ama en el mundo.

Regina parecia no soportarlo. Necesitaba salir de esa sala. Dejar de ver el asqueroso rostro de quien secuestró a su hijo. Solo necesitaba estar sola.

Sin decir una sola palabra, se giró y avanzo a paso veloz sobre el pasillo por el cual habían llegado a la sala de control momentos atrás, dirigiéndose así a la sala de entrenamiento de la que habían salido hace apenas unos minutos.

Casi como automata, su cuerpo se deslizó contra la pared y escondió su cara entre sus rodillas mientras cruzaba sus brazos por encima de estas.

Solo entonces se lo permitió. Dejo salir aquel agobio que la atosigaba desde que su hijo fue secuestrado y no había podido hacer nada.

Las lagrimas quemaban mientras bajaban por sus mejillas y sus sollozos eran ahogados. Nunca se había permitido esto, siempre tenia que ser fuerte, enfrentar las cosas como venían. Siempre había soportado todo aquello con lo que la vida la había golpeado, la muerte de su prometido, el casamiento forzoso, las ostigaciones de su madre, el odio de toda una tierra.. Pero esto. Esto la había logrado sobrepasar.

Desde que había empezado con su redención se enfrentó a muchas más cosas, inclusive a un previo secuestro de Henry. Pero, a pesar de todo, siempre tenia la seguridad de que lograrían vencer, confiaba en todos a su alrededor, como no hacerlo si se trata de una familia de héroes, pero aún más importante, confiaba en ella y el buen uso que le podía dar al poder que corría por sus venas.

Esta vez fue demasiado lejos. Una nueva tierra, un enemigo que comparaban con un Dios, una amenaza para múltiples universos, y el principal punto de quiebre, la incertidumbre del estado de su hijo.

Por una vez en décadas se lo permitió. Dejó salir todo aquello que la atosigaba, solo así podría obtener la fortaleza necesaria para pelear por Henry.

Sintió como su respiración volvía a controlarse. Aquel fuego que crecía en su interior se fue apaciguando sediendole nuevamente el control. 

Entonces la calidez de una mano posándose en su hombro se hizo presente. Sus ojos se abrieron de a poco, acostumbrándose nuevamente a La Luz de la habitación. Irguió su posición relajando los músculos de sus piernas y brazos.

No necesitaba darse la vuelta para saber quien era la dueña de aquella mano tranquilizadora. 

-Seria estupido preguntar si estas bien.. ¿Estas más tranquila?- La voz de Emma inundo sus oídos como tantas veces lo había hecho antes.

-Ahora lo estoy.. Solo necesitaba un momento a solas o iba a explotar

-Justo por eso no vine de inmediato. Esto es una completa locura, pero lo vamos a lograr.

-¿Como estas tan segura?- Pronunciada esta pregunta, Regina al fin dirigió la mirada a Emma

-Siempre lo logramos..- Una sonrisa sincera apareció en el rostro de Emma probando la sinceridad de sus palabras. La rubia posó su mano sobre la de Regina en afán de transmitirle algo de la fortaleza de la cual se había forjado- Además, Henry es tan testarudo e inteligente como tu, sabe que vamos a ir por el y confía en nosotras. Ahora es tu turno. Confía en nosotras..

No podía haber obtenido un mejor apoyo en esos momentos. Sin duda, Emma era alguien en quien podía confiar, la conocía perfectamente y por eso sabia que la rubia nunca la dejaría caer y perderse. Siempre la ayudaría a levantarse y seguir peleando, justo como ahora lo estaba haciendo. 

Una sonrisa en su rostro a modo de contestación fue suficiente para que Emma se levantara y le ofreciera la mano a modo de ayuda. Sintió como el suave roce de sus dedos hizo que su piel se erizara, como ante una leve descarga eléctrica, lo curioso, no era la primera vez que le sucedía.

..

Ambas regresaron a la sala de control junto a todos aquellos que, a pesar de que acababan de conocerlos, se habían ofrecido a ayudarlas.

-Listo, los satélites tienen la información necesaria. En cuanto se detecte algún objeto acercarse a la tierra esta belleza me avisara en un segundo.- Decía Winn a todos los presentes.

-Buen trabajo Agente. Mantente alerta, no podemos permitir que llegue antes de que reunamos al equipo- Hablo J'onn 

-¿Que nos perdimos?- Preguntó Emma

-Saben perfectamente que este sujeto es sumamente poderoso. Sin embargo, el siempre tuvo la idea de que en la tierra se encontraban los fragmentos para resolver la ecuación anti-vida, por lo cual suponemos que viene para acá- Explicó el jefe del DEO

-¿Entonces Henry no era la clave?

-No por completo, o ya estaríamos todos bajo su control. Alguna otra pieza debe de hacerle falta, por lo cual es seguro que venga a este planeta.

- ¿Y que equipo es el que intentan reunir?- Preguntó Regina

-Hace un tiempo, un amigo de otra tierra me contactó cuando necesitó de mi ayuda, esta vez me toca a mi pedirle apoyo. No podemos librar esta batalla nosotros solos- Explicaba Kara- Contactaré a los héroes de otras tierras para que tengamos una mejor oportunidad de vencer.

-Sabemos que no es facil para ustedes porque su hijo esta envuelto en todo esto, pero por ahora no hay nada más que podamos hacer, en cuanto ese bastardo se acerque a la tierra lo sabremos, mientras reuniremos el apoyo necesario para combatirlo y salvar a Henry- Dijo Lena a las dos mujeres- Ahora es muy tarde y creo que lo mejor será que descansen, los días que vienen no serán fáciles, necesitaran de todas sus fuerzas.

Emma y Regina compartieron una mirada, ambas sabían que era lo mejor por hacer, sin embargo, la preocupación por su hijo no se disiparía hasta que lo tuviesen entre sus brazos. 

-¿Donde podemos quedarnos mientras hay algún tipo de movimiento?- Preguntó Emma

-¿Hay forma de quedarnos cerca de este lugar? Quiero estar al tanto de todo lo que suceda- Secundó Regina 

-Si, aqui en el DEO tenemos un lugar donde algunos agentes suelen dormir. Podemos darles un espacio un tanto aparte a ustedes dos, para que no tengan que lidiar con otros agentes. Así estarán al tanto de todo.

Ambas asintieron y posteriormente fueron llevadas a otra habitación de la organización, donde podrían intentar descansar y reponer fuerza para sobre llevar los días que se avecinaban. 



Danny Lugo 3/11/17



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