Dieciocho lugares donde encontrarte - DamiJon

El circo de la noche

<Hay tantas cosas que quiere decirle, tantas cosas que temía no poder volver a contarle nunca... Pero sólo una de ellas parece importante. -Te quiero -dice.>

17 años atrás

El hombre camina con parsimonia mientras arrastra al pequeño de solo 5 años, si fuera por él, lo dejaría caminar solo, pero apenas si puede mantenerse en pie lo suficiente y seguramente la marea de gente lo arrastraría consigo y él no quiere que suceda eso, es su última oportunidad y va a aprovecharla.

Toca con fuerza la puerta, mientras espera a que el ama de llaves le abra. Apenas está lo ve, le invita a entrar.

—Bruce —dice mientras observa al hombre descender por las escaleras.

—Clark —responde, observándolo divertido—, ¿qué tienes para mi esta vez?

Por toda respuesta Clark empuja al pequeño niño de cabello azabache y ojos azules al frente, haciéndolo caer de rodillas, intentando contener el llanto que esta le provoca, no quiere hacer enfadar a su padre, no de nuevo.

Bruce observa al pequeño con detenimiento, dando un par de vueltas a su alrededor.

—Tiene tus ojos —observa mientras se agacha, sujetando al pequeño de la barbilla para luego soltarlo con brusquedad, incorporándose, ajustándose el saco.

—Lo tuve con una mujer que murió hace poco —explica, mientras observa al menor—. No supe de su existencia hasta hace pocos días, cuando me fue entregado.

—¿Estás seguro de esto, Clark? —inquiere, poco convencido.

—Esta vez apostaré a la fuerza de la sangre. Para algo tiene que serme útil este niño.

Ambos sonríen, Bruce, seguro de que el niño no tendrá oportunidad contra el contendiente que acaba de elegir para él. Clark solo puede pensar que tiene la victoria asegurada esta vez, el niño es fuerte, a pesar de lo que aparenta, tiene su sangre y su sangre es fuerte.

Bruce se arrodilla frente al menor, tomando su mano derecha.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunta, sin soltar la mano derecha del pequeño.

—Jonathan —responde inseguro, ansioso de que el señor que se hace llamar Bruce, suelte su mano.

Bruce levanta la mirada para encontrarse con la de Clark, que asiente solemne.

Jon no entiende que esta pasado, pero siente la necesidad de liberar su mano del hombre. Está asustado.

Bruce comienza a murmurar palabras de las cuales no comprende su significado, extrayendo con su mano libre un aro pequeño que se va tornando de color rojo. Jon tiembla cuando observa las intenciones del mayor, quiere ponérselo como si fuera un anillo. Tironea intentando liberar su mano, pero el contrario es más fuerte y no se lo permite. Le pone el anillo en el dedo anular de la mano izquierda y Jon grita, le quema.

No sabe si pasaron segundos u horas, pero la agonía le pareció eterna, el anillo ya no está en su dedo, pero en su lugar queda una marca muy peculiar con diseños intrincados y totalmente negro.

El mayor se aleja nuevamente, mientras Jon examina su mano.

—Está hecho —declara caminando hacia Clark, estrechando su mano. Clark imita la acción mientras extrae de su bolsillo un anillo similar al que acaba de usar para marcar a Jon.

—El anillo ya está hechizado —le dice, mientras se lo entrega—, solo tienes que colocárselo llegado el momento.

—Solo espero que hayas elegido mejor que la última vez, no quisiera que se repitiera lo que paso con Conner.