Maravilloso desastre

2K 250 135
                                    

<¿Sabes por qué te quiero? No sabía que estaba perdido hasta que tú me encontraste. No sabía lo que era estar solo hasta la primera noche que pasé sin ti en mi cama. Tú eres lo único que he hecho bien. Tú eres lo que he estado esperando.>

Jon no quería estar ahí. Definitivamente no, pero Colin, el novio de su mejor amiga Kathy iba a estar ahí y Jon se había visto arrastrado a un mísero sótano con estudiantes gritando eufóricos por la pelea que está por comenzar.

El combatiente le sonríe cuando lo descubre observándole, para luego guiñarle el ojo con coquetería. 

Jon se remueve incómodo en su lugar, sintiendo la intensidad de esa mirada y no tarda en reconocerlo como Damian Wayne, el chico malo de la universidad de Gótica. El chico que según decían los rumores, se había metido en más de la mitad de los pantalones del instituto, chicos y chicas por igual. 

El tipo de chico que Jon siempre busca evitar a toda costa.

—Damian, ¡el demonio Wayne! —el público estalla en aplausos, mareándolo por un segundo ante la intensidad de la acogida.

Damian camina hacia él con seguridad, pero en su lugar, saluda a Kathy con la mano, acercándose demasiado a ambos. 

—¿El idiota de Colin se atrevió a dejarte aquí sola? —pregunta desconcertado, observando de reojo a Jon.

La chica niega con la cabeza.

—No estoy sola, estoy con Jon —declara con convicción, señalándolo con la mano y dedicándole una sonrisa.

—Oh, he oído hablar mucho de ti, ya siento que te conozco —sonríe ladino, estudiándolo meticulosamente.

—Lo dudo —murmuro ignorándolo, fijando su concentración en Kathy.

-—Hoo~ pero sin duda podríamos hacerlo —dice—. Hablo de conocernos —aclara divertido al ver la cara que está poniendo Jon.

—¿No tienes una pelea que perder? —responde molesto, buscando alejarlo.

—Yo siempre gano.

Jon suspiro exasperado por lo presuntuoso que estaba siendo. Mirándolo con desagrado, esperando que eso sea suficiente para hacerle entender que no quiere tenerlo ahí.

—Tienes demasiada confianza, ¿no es así?

—La tengo —replicó inmediatamente—. ¿Qué tal si hacemos una apuesta?

Jon se encogió de hombros. Damian tomo eso como un asentimiento.

—Ganaré sin que aquel idiota pueda asestarme un solo golpe.

Jon sonrió ladino, observando con detenimiento al contrincante de Damian, era imposible que ese matón no lograra acertarle un solo golpe, así que asintió, dando la apuesta por ganada.

—Hecho —concluyó, sonriendo ampliamente, esperando por el momento en que vería a ese niño bonito perder.

—¿No quieres saber qué pasa si pierdes? —susurro galán.

—No será necesario, basta con que sepas que cuando pierdas, no te quiero cerca de mí, Wayne.

—Muy bien precioso. Acepto tus términos —exclamó, regresando al centro de la improvisada arena.

x

Damian había ganado sin recibir un solo golpe.

Jon estaba atónito. Le había dado una paliza al contrario y ahora el mayor se balanceaba totalmente feliz hacía el.

—He ganado —ronroneo exultante, eliminando la distancia que los separaba, invadiendo con creces su espacio personal—. Sabes lo que eso significa, ¿no es así?

Jon lo miro con enojo. Damian sonrió de lado, burlón.

—¡Oh, cierto! ¡No lo sabes, porque no te molestaste en escuchar!

—Cállate y escúpelo, Wayne, no tengo tu tiempo —respondió con resignación, cruzando sus brazos en su pecho, en un intento por poner distancia entre ambos sin que viera que le ponía nervioso.

—Pues ahora lo tendrás, te vienes a vivir a mi casa un mes —declaró petulante.

—¿¡Qué!? —chilló escandalizado, negando repetidamente con la cabeza—. No puedo, es decir, yo nunca acorde esto.

—Apostamos precioso, ahora te vienes conmigo.

Jon refunfuñó entre dientes al captar el doble sentido de la oración.

—No hay forma de que vaya contigo.

Damian enarco una ceja, mirándolo retador.

—¿Quieres apostar de nuevo?

Dieciocho lugares donde encontrarte - DamiJonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora