Carry On

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<Así es como me gusta tenerlo. Bajo mi poder. Entre mis manos. No por ahí conspirando y tramando planes, hablando con vampiros. Ahora te tengo, pienso, finalmente te tengo donde quería tenerte.>

Jon miró con desconfianza la cama que había a un costado de la suya. El que Damian no apareciera solo le hacía sospechar más que estaba planeando algo para matarlo por fin.

Cada año, desde que entraron a Watford, la escuela magia y hechicería, Damian intentaba hacerle daño, tan solo el año pasado lo había tirado por las escaleras, y había conseguido que se rompiera un brazo, que la enfermera había curado rápidamente con un "sana, sana..." o también estaba aquel otro año, durante su segundo curso, cuando había intentado robarle la voz, la voz. Dioses, Jon no se imaginaba que sería para un mago vivir sin voz, era la única manera que tenían para hacer hechizos y por lo tanto, hacer magia.

¿Había olvidado mencionarlo? Jon era el mago más poderoso de la historia y era un verdadero asco usando magia. Siempre salía a borbotones y nunca como quería, Damian a menudo solía decirle que era un inútil, que era mejor que se muriera y esperaran al verdadero elegido.

Otro detalle importante a mencionar, la magia estaba en peligro de desaparecer para siempre. Todo era obra del insidioso Humdrum, nadie sabía quién o qué era, sencillamente había aparecido hace 16 años, creando un enorme agujero de magia, los que lo habían visitado decían que era como no tener aire para respirar, absorbía todo a su paso y su tamaño solo iba en aumento.

Jon no se había enterado de nada de esto hasta que cumplió 11 años, edad en la que el hechicero fue en persona al orfanato a recogerlo para llevarlo a su primer año en Watford, oh si, otro detalle, Jon era huérfano. A menudo Maya le decía que no podía serlo, ya que los magos no abandonan a sus hijos, la magia es un bien preciado y algo tenía que haber sucedido para que él se encontrara en esa situación, sin embargo, ninguno sabía que había sucedido con sus padres y sin mayor pista, ahí estaba él, teniendo como tutor legal al Hechicero.

El Hechicero era uno de los magos más poderosos que existían, no tanto como Jon, claro está, pero era quien dirigía actualmente Watford luego del terrible incidente que se había suscitado en la escuela, donde la directora Al Ghul había muerto y Damian se había transformado en un vampiro.

Muy bien, esa parte de la historia no estaba clara aún, pero Jon juraba que Damian era un vampiro. Kathy solía cuestionarlo sobre eso, no era posible decía. Pero a Jon le parecía que a su novia le gustaba Damian, así que no podía hablar de eso con ella. Maya, por otro lado, le había prohibido terminantemente hablar del tema.

Y había vuelto nuevamente a Damian, decir que no le preocupaba saber su paradero era mentira. Estaba preocupado, principalmente porque esperaba que saltara encima en cualquier momento y finalmente lo matara.

La puerta de su habitación se abrió y él se sobresaltó sin poder evitarlo, aferrando la cruz que siempre cargaba colgada al pecho.

—¿Damian? —inquirió levemente asustado, preparando su espada en caso de que tuviera que defenderse.

—Soy yo —respondió Maya, ingresando a sus anchas en la habitación.

Jon la observó por unos momentos, antes de relajarse y dejar caer la espada aún costado de su cama.

—No deberías estar aquí —reprochó —si te descubren podrían expulsarte. Aun no entiendo cómo puedes burlar el hechizo que protege nuestra torre. Chicos y chicas no se mezclan en los dormitorios.

Maya resoplo en respuesta, dejándose caer a sus anchas en la cama de Damian.

—Es mi secreto. Ahora Jon, ¿seguiremos con la búsqueda?

Dieciocho lugares donde encontrarte - DamiJonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora