Last Warrior|| Guardiana del Olimpo 2

7

La casa de Percy era muy acogedora. Era un pequeño apartamento, pero era suficiente para dos personas. Sally Jackson, con su tripa de embarazada y mejillas sonrosadas, no paraba de pasar la mirada de Percy a mi. Parecía radiante de felicidad.

— Ay, Ashley... No sabes las ganas que tenía de conocerte— dijo, mientras nos sentábamos en el sofá.

Ella se sentó en una butaca, mientras que yo me senté entre Nico Y Percy. Jason y Leo se sentaron en el sofá de al lado.
Todavía tenía en los brazos el libro que me había tirado Izhan.

— He oído tantas historias sobre ti...

— Sinceramente, tengo miedo de lo que su hijo a podido contarle— contesté, con una pequeña sonrisa.

Todos soltaron una carcajada.

— Después de tantos años, Percy, has tenido suficiente valor para traer a una chica a casa— le soltó su madre. Estallamos en carcajadas.

— Pero si ya conoces a Annabeth...

— La vi durante dos minutos, hijo, no sé si a eso se le puede llamar "conocer"— Sally sonrió y me miró de nuevo— Eres preciosa, cielo... Tendrás al campamento del revés, ¿eh?

Intenté abrir la boca para contestar, pero la mujer siguió hablando.

– Espero que encuentres al chico ideal, y que no te arrepientas— Sally sonrió de nuevo— .Tómate tu tiempo en elegir.

Jason, Percy y Leo se giraron como la niña del exorcista hacia Nico. Este sonrió y bajó la mirada durante un segundo.

— ¡Me alegro por vosotros dos!— dijo la madre de Percy, sonriendo.

— Gracias— dijimos Nico y yo al unísono.

— Bueno, mamá, tenemos cosas que hacer...— empezó Percy.

— Oh, sí...desde luego— miró el reloj y ahogó una exclamación— Chicos, son casi las dos de la mañana... Podéis quedaros a dormir, si es necesario... No sé si es seguro que regreséis al Campamento ahora...

Todos miramos a Percy, esperando a que tomara una decisión. Ninguno de nosotros contaba con que iba a ser tan tarde.

— ¿No te importa?— me preguntó, mirándome.

— ¿Por qué iba a importarme?— pregunté, sorprendida.

— No sé...estas agotada y...ya sabes, con lo de Izhan y demás...pues supongo que querrás ir con tus hermanos— dijo con suavidad.

Todos se quedaron en silencio, esperando una respuesta por mi parte.

— Dioses, Percy, todo lo que hemos vivido juntos y me preguntas esa tontería— dije, al fin— Estoy cómoda con vosotros, ¿de acuerdo? Y si en cinco años que llevamos siendo amigos, todavía no lo tienes claro, es que tienes un problema más grave del que yo pensaba.

Hubo unas tímidas carcajadas.

— Bien, pues... Jason y Leo, podéis dormir en el salón. Uno puede ocupar el sofá y otro el saco de dormir. Nico y Ash, podéis dormir en mi habitación. La cama no es muy grande, pero creo que os podréis apañar...

Leo soltó una risotada y nos miró a Nico y a mí. Quise fulminarle con la mirada, pero Leo era tan especial que me hizo sonreír.