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Juzgar antes de conocer

Ensayo de Frankenstein

Juzgar antes de conocer

Juzgar a una persona moralmente es malo, sin embargo eso no elimina el hecho de que todos hayan cometido aquel acto alguna vez pues se vive en una sociedad que critica a los demás por cualquier comportamiento y situación personal e íntima que una persona tenga o haga. A partir de la obra de Frankenstein de la escritora Mary Shelley se puede identificar un aspecto social que se ve cotidianamente, por lo tanto, las personas tienden a juzgar a los demás antes de conocer.

Usualmente se escucha a las personas hablar mal de otras cuando nunca han tenido algún tipo de relación con aquellas, o simplemente juzgan a partir de la primera impresión que generalmente viene siendo el aspecto físico o la forma de vestir, incluso por unas pocas palabras que se le escuchen a una persona. En el libro de Frankenstein la escritora le crea una vida solitaria a la espantosa criatura dándole un complejo de seguridad porque era único en su tipo, pero viniendo al mundo como un ser amable y cualquier virtud que las personas han perdido, sin embargo, el monstruo es forzado a cambiar de forma radical porque es juzgado como alguien malo cuando su intención era ayudar a la humanidad. Así mismo se pueden dar dos ejemplos en la obra mostrando ciertas similitudes pero en distintas situaciones pero ambas siendo juzgadas antes de saber o conocer la verdad; "¡Justine Moritz! Pobrecilla, ¿la acusan a ella? Están equivocados, es evidente. No se lo creerá nadie, ¿no, Ernest?" (Página 42, Frankenstein) Nadie tiene el poder de juzgar, aunque en el siglo XXI parece que sí, pues ya hay profesiones que orientan a personas a poder juzgar y llegar a una verdad. Esto es una situación diferente, y es un caso delicado cuando se habla de juzgar a una persona por un delito pues siempre hay miles de dudas y señales que llevan a miles de quizás, pero la que es difícil de encontrar es la verdadera. Cuando el peso de la ley ya está en contra de una persona y todos la creen culpable, es difícil que se cambie de opinión y ver de una manera buena a la persona. Muchas veces las palabras de los acusados quedan en vano pues siempre hay testigos o más sujetos que influyen en la situación. Volviendo al argumento principal, cuando las personas juzgan a los demás, las personas se vuelven inseguras de sí mismas y eso puede llegar a un trauma psicológico que puede llegar a avanzar a la ira o a los impulsos. Cualquiera puede juzgar pero también debe estar preparado para ser juzgado porque así es actualmente. Otra cosa es que se confunden los términos de juzgar con criticar, se critica más de lo que se juzga, y cuando se hace es para señalar aspectos malos de otra persona, como ya nadie se queda en silencio pues la otra persona responde igual y esto lleva a la discusión. Cuando se deja de juzgar los actos y la apariencia de los demás es cuando se muestra un cambio de madurez porque usualmente el criticar es una etapa de la niñez en al que se están conociendo cosas distintas de las que se han enseñado en casa como correctas o en el orden, y ver a alguien fuera delo común genera nuevos comentarios y pensamientos que no siempre son positivos. "¿Era, pues, yo verdaderamente un monstruo, una mancha sobre la Tierra, de la que todos huían y rechazaban? (Página 67, Frankenstein) "vi como Félix se disponía a golpearme de nuevo, cuando, vencido por el dolor y la angustia, abandoné la casa..." (Página 77, Frankenstein) Terminando con palabras sabias, es mejor escuchar antes de juzgar, por más miedo que haya la otra persona debe tener una explicación.

En conclusión, juzgar antes de conocer a los demás reduce las posibilidades de conocer a personas con mismos gustos, tener una nueva amistad, encontrar el amor, etc. Y se gana mala reputación cuando se juzga mucho a los demás y no se acepta que otras personas van a hacer lo mismo citando la famosa frase "con la misma vara que mides serás medido". El juzgar nos siempre lleva a caminos buenos pues mayormente conduce al odio y rencor entre las personas ya que a nadie le gusta que señalen los defectos y debilidades.