Capítulo 1

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Restriego mis manos sudadas por mis vaqueros rotos, están heladas y sudadas al mismo tiempo, odio sentirme así. Tengo un tic en la pierna y no puedo parar de dar golpecitos al suelo, estoy sentada en la sala, en la que hay un gran silencio y solo se pueden distinguir mis golpes y las agujas del reloj que resuenan en la sala cada segundo.
-Lexa tranquila - Me dice Karry en un susurro que me reconforta.
Le respondo con una nerviosa sonrisa mientras ella me agarra la mano con fuerza.
-Lexa! Que no es para tanto! Son unas llaves! - me dice Echo, casi gritando pero con un tono desenfadado.
-Llevo muchísimo tiempo soñando con esto - digo súper ilusionada.
-Y te lo mereces -interviene Alec dándome un fuerte abrazo.
-Lo sé, lo sé.
-Gracias por venir, de verdad.

Miro el móvil varias veces, se me hace eterno. Llevamos más de media hora esperando y estoy ansiosa. Mi pierna cada vez da golpecitos más rápidos inconscientemente, miro el móvil de nuevo, no ha pasado ni un minuto desde la última vez que he mirado. Me fijo en mi fondo de pantalla, y sonrío, es una foto de nosotros 4 sosteniendo la bandera LGBT+ con la edad de catorce, era en nuestro primer pride y el año en el que creamos MUN, nuestro grupo inseparable.
-Lexa! Para ya con el puto sonidito! - me saca de mis pensamientos, se refiere a mi tic.
-Lo sientoooo - dijo alargando la última letra y poniendo cara triste e inocente.
Justo en el momento que iba a contestar se abre la puerta de un despacho del que sale una pareja de unos 30 años, que se despide de un hombre con traje, que debería ser el encargado. Miro ilusionadamente a mis amigos sentados junto a mi y esperamos impacientemente a nuestra llamada.
-Elena López? - dice más como pregunta que afirmación. - debe ser una de ustedes - nos señala a las 3.
-Si! Soy yo! - digo levantándome de un salto.
-Es bastante obvio que seamos nosotras, no hay nadie más en la sala - añade Echo, con su famosa mirada de "es usted gilipollas o que le pasa".
Intento aguantarme la risa, veo que se levantan y me acerco al hombre que me estrecha la mano y me sonríe aunque creo que no he dado la mejor impresión, o mejor dicho Echo.
-Puede llamarme Lexa - digo sonriendo de oreja a oreja.
- Juanjo Díaz - dice bastante confuso y nos deja pasar al despacho.
Nos sentamos en las sillas en frente de su escritorio y nos miramos, Alex me coje la mano cariñosamente y me sonríe, al igual que Echo y Karry. Juanjo se sienta y comienza a hablar,es un hombre de estatura alta y muy delgado, calvo y con barba, cosa que a mi me recuerda al padre de Echo. Empiezo a pensar cuando me quede a dormir en casa de Echo y incendiamos su microondas, recuerdo el miedo en sus ojos cuando vino su padre y nos riñó tanto que me prohibieron por un largo plazo no entrar más en su casa, hasta que les compensé dándoles - un ligero codazo que prevenía de Karry me lleva de nuevo a la realidad. "mierda" me digo para mis adentros, tanto tiempo esperando este momento y no presto atención, soy realmente tonta.
-... debería firmar estos papeles que sería para señalar que está de acuerdo con todo lo anteriormente dicho. - mientras rebusca en sus cajones para un bolígrafo miro a mis amigos alarmada ya que no están prestando atención y ellos como siempre entienden mi mirada y asienten.

Mientras caminamos escaleras abajo hacia el garaje, comienzo a ponerme nerviosa de nuevo y siento y fuerte agarre a mi brazo de parte de Karry que camina dando saltos como es habitual. Tras todo el papeleo que la mayoría hice la semana pasada para prevenir estar horas ahí dentro ya había llegado el momento.
Estamos caminando entre varios coches de todo tipo hasta que detrás de unas cuantas furgonetas puedo distinguir la mía, empiezo a saltar y emitir sonidos raros parecidos a gritos intentando ser prevenidos, cosa que estaba pasando.
-Ya es tuya - señaló Juanjo, sosteniendo unas llaves en las que se podía distinguir el logo de la marca Volkswagen.
Extiendo la

mano y me entrega las llaves, cosa que me causa un sentimiento que ni había experimentado, una mezcla de progreso, libertad, alegría y muchas emociones positivas mezcladas que ahora mismo recorren mi cuerpo.  Doy un salto y corro hacía mis amigos, ellos me extienden en sus brazos y nos sumergimos en un grande abrazo.

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