Capítulo 3 "¡Qué forma de conocerse!"

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Cuando empezó a anochecer, Aquella muchacha se encontraba en su habitación, sentada junto a su ventana mientras observaba su mano, en aquel dedo donde se encontraba una brillante sortija plateada, esa joven no había estado muy de acuerdo con aquella descición tomada por gente adulta que creía saber más de amor que un adolescente. Aunque ese compromiso era más por deber que por gusto.

Ella cambió su mirada al escuchar risas y charcos resonando. Al haberse asomado por la ventana, notó una silueta, era la misma silueta que había visto en el callejón, era una silueta casi invisible por la lluvia. Ella abrió la ventana y gritó lo más fuerte que pudo, ya que sería complicado que le escuchara alguien abajo.

- Oye! Qué haces aquí?

Tan pronto como ella gritó, el muchacho alzó la mirada divertido. Hizo muecas y señas para hacerle creer que no la escuchaba, y comenzó a saltar en los charcos de agua. Ella se molestó al notar esa actitud "infantil" y aunque al principio dudó, tomó un abrigo y bajó lo más rápido posible hasta llegar al patio, y abrió un paraguas; pero para cuando ella bajó, aquel peliazul se encontraba recostado en el césped mojado.

-Se puede saber cómo entraste aqui??

-uy, mejor me paro.

Ese burlón muchacho ya le había tomado la medida.

-No vaya siendo que una "diva" me pise de nuevo

-haha, que gracioso. No respondiste mi pregunta

-ahh, que cómo entré... Pues por las rejas, ni modo que por el techo ((:p))

Por una extraña razón, ese sarcasmo sin sentido le dió gracia a la muchacha quien llevó su mano al rostro para ocultar la sonrisa. Al haber "reaccionado", esa chica se cubrió con el paraguas.

- Qué te pasa? Le tienes miedo al agua o qué?? deja de ser tan "diva" y diviértete!

- Q-qué??

Justo en ese momento, el muchacho la tomó del brazo y la jaló, ocasionando que ésta soltara el paraguas y resbalase al suelo, empapándose completamente. Él comenzó a reirse al ver como el maquillaje de la chica se iba desvaneciendo por el agua dejando sus ojos tan negros como la carita de un panda por el delineador.

- K-kya!!! Mi maquillaje!!

Ella comenzó a titiritar del frío y se sentó en el césped viendo su reflejo en un charco de agua, al verla, él se quitó su sudadera de tiburón y se la puso, y acto sguido prosiguió a sentarse junto a ella, y viéndola, extendió su mano hacia ella como si se tratara de un saludo.

- Onnie... y tú?

- uh?.- 

Al principio ella dudó en responder al saludo, pero finalmente accedió, claro que él chocó las palmas como había acostumbrado en la calle, haciendo un choque de puños.

-Toddy...

- hehe, Toddy, así no.

 Onnie, le enseñó ese saludo hasta que ella lo pudo hacer bien, hubo un silencio en el que sólo se escucho la lluvia y el eco de las gotas al golpear el suelo. Toddy lo vió y se levantó, habló algo desconcertada y con voz algo baja:

- ah... quieres, entrar?

- qué? a dónde?

- ash, pues al cuarto, osea ubícate.

Onnie se molestó un poco por esa actitud, pero claro que como ella venía de una familia de una clase alta, sería algo normal que le hiciera falta humildad y que se comportara de esa manera, pero suspiró profundamente y la vió con una sonrisa apenas visible.

-por supuesto! pero no me podrían ver tus papás o alguien?

- uhm, lo dudo...

Ambos entraron en silencio a la casa, aún empapados, pero una voz habló, era la voz del mismo hombre alto que había estado en la entrada, ese hombre vió a Toddy, pero por suerte, Onnie dió a tiempo a esconderse detrás de un pilar de la casa. Aquel mayordomo observó a la muchacha de pies a cabeza y luego vió el piso, que ahora tenía varios charcos de agua, claro que no pasó por alto la chaqueta azul que tenía sobrepuesta la joven.

- Señorita Toddy... Adónde salió a tales horas y con esta lluvia?

- A ningún lado, eso, no es para nada importante. Sólo subiré a mi habitación.

Toddy vió de reojo a Onnie para asegurarse que no pudiesen verle e hizó una seña al mayordomo para que éste se fuera. Una vez que se fué, los dos se dirigieron al cuarto subiendo las escaleras.

- Vaya, Qué forma de correr a la gente ((:v))

- No a cualquiera le harían caso.

Una vez que entraron al cuarto, Toddy cerró la puerta y se sentó en un taburete mientras secaba su cabello y se quitó la chaqueta azul y la recargó en una silla; era una habitación bastante amplia y llena de esas muñequitas de porcelana, Onnie sintió mucha curiosidad y se acercó a ver cada una de ellas. Toddy volteó a ver a onnie. Onnie volteó y vió a Toddy. Sus miradas parecieron cruzarse, pero ese momento fué interrumpido al momento en que Onnie giró la cabeza.

- uh, Toddy, mejor ya me voy, probablemente me estén esperando en la guarida

- eh? quienes?

- mis amigos, ya es algo tarde y no quisiera que se preocuparan.

- Pero...  te pueden ver

- hehe, no si me salgo por otro lado.

Onnie  volteó a la ventana, teniendo una plan en mente y sin pensarlo dos veces,  no esperó a que Toddy le diera algo para bajar, sino que se sentó en el barandal del balcón y ella fué tras él.

- que ni se te ocurra saltar porque está muy alto

- No te preocupes, cuando vives en las calles, es como si aprendieras parkour todos los días

Dicho esto, el muchachito pegó el brinco desde el balcón y Toddy corrió a asomarse preocupada, se tranquilizó un poco al verle caer de pie y sano al suelo. suspiró aliviada, sin embargó, recordó la chaqueta de tiburón que había dejado en la silla. Le importó decirle, ya que se sintió mal al verle irse con tan solo una camisa.

- Onnie! Tú chaqueta!

- eh? no te preocupes. Quédatela!

Ante tal exclamación, Toddy lo vió alejarse y brincar por encima de las rejas. Denotó un leve brillo en su mirada creando así una extraña ilusión, la cual se destrozó en cuanto bajó la mirada y contempló la argolla que ajustaba en su dedo, sabiendo que de ese compromiso ya sería imposible salir.

TODNNIE: El amor no sabe de clases sociales (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora