Capítulo 27 "Azul"

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Que día, todo se veía maravillosamente iluminado y los rayos del sol se reflejaban en el mar de la costa. El paisaje parecía una bella pintura que combinaba miles de colores formando un ambiente relajante.

Un par de pies morenos caminaban descalzos por el borde del agua, agua fresca.
Los dos ojos azules derramaban unas cuantas lágrimas apenas perceptibles. En las manos morenas de la mujer, había una sudadera azul que era sostenida con fuerza.

Finalmente los pies se detuvieron y los ojos de ella estaban en dirección a la puesta de sol que en ese momento estaba.
Metió una de sus manos al agua y humedeciéndola, paso su mano por su mejilla quitando así el rímel corrido que escurría por ésta.

El sol se había ocultado por completo y ella sonrió levemente al sentir los últimos rayos deslizarse por su piel. Suspiró suavemente abrazando contra su pecho la sudadera para luego ponérsela y abrazarse a sí misma.

Ese objeto era algo preciado. Algo que sin importar los días o los acontecimientos, jamás se desharía.

Pensó por un momento y bajó la mirada hacia su muñeca. De ésta colgaba una pulsera tejida de color granate con tres dijes, uno con forma de oso, otro con un corazón y un tercero de nota musical. Sonrió al sacudir su mano y escuchar el tintineo que se formaba cuando los dijes chocaban entre sí.

Volvió su mirada a la sudadera y luego a la pulsera. Inmediatamente caminó de vuelta a su departamento y al llegar ahí tomó el teléfono fijo, una hoja y un bolígrafo.

Si iba a tener algo de él, por qué no darle algo? No era nada malo o si? Después de todo, sólo sería un regalo.

TODNNIE: El amor no sabe de clases sociales (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora