Capítulo 32 "Nada más que hacer" [Último ]

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Mirando su reflejo en el espejo, ladeó su cabeza con un gesto totalmente inexpresivo en su rostro. Suspiró y ese inexpresivo gesto se volvió en una sonrisa apenas visible y aliviada. Se sentía cómoda al estar nuevamente en su habitación. 

Era una sensación distinta la que albergaba en su ser.

Como solía hacer antes, salió de su habitación y luego de su casa para comenzar a caminar con la cartera en mano. Pensaba ir a comprar alguna malteada o un batido para refrescarse un poco ya que no contaba con que al llegar haría bastante calor.

Siguió caminando mientras miraba alrededor. Por unos segundos se detuvo en la entrada de una calle que sin duda se le había hecho bastante familiar y volteó hacia ésta observándola detenidamente. En una de las paredes vio un grafiti muy peculiar hecho con aerosol azul celeste y plata. Le trajo muchos recuerdos, a lo que no pudo más que sonreír muy levemente para sí y mover su cabeza como si estuviera negando. Soltó una pequeña risa burlona y siguió caminando dejando atrás aquel desolado callejón.

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Una vez que hubieron llegado, Onnie se acercó y se sentó junto a las muchachas en el sofá. Tenía un gesto alegre dibujado en su rostro, y lleno de emoción.

- Oigan! He estado pensando esto durante bastante tiempo, y ahora que por fin se me ha dado la genial oportunidad me gustaría contarles!!

- Habla ya, enano - dijo la pelirrosa

- si, no te guardes esas locas ideas tuyas sólo para ti

El muchacho suspiró y aún con su característica sonrisa, habló.

- me voy a mudar del departamento

- Queee???? - hablaron al unísono las muchachas

El joven les explicó la situación y les contó que quería hacerse independiente pues cumpliría los 18 años y no quería seguir dependiendo de los demás como casi toda su vida había pasado así que ya tenía el lugar perfecto al cual irse y comenzar a trabajar de una vez.

Después de su muy breve explicación, Puppet se alegró por él y se ofreció a ayudarle cuando él decida para llevar sus cosas y acomodar el lugar. La peligrosa pensó por unos momentos la situación y después se ofreció de igual manera a ayudarlos.

Durante unos cuantos minutos más estuvieron hablando de este tema mientras cenaban. Cuando hubieron terminado, el muchacho se levantó y se dirigió a su cuarto sentándose en la orilla de su cama.

Bajó la mirada hacia su muñeca y la agitó para escuchar el tenue sonido que producían los dijes metálicos al chocar uno con otro por el movimiento que éste hacía.

No podía evitarlo, era un tintineo muy curioso... Suave, pero le gustaba mucho.

TODNNIE: El amor no sabe de clases sociales (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora