Capítulo 6. De nuevo

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Miraba las llamas. No me transmitían paz. Las miraba. A mi al rededor solo habían montones y montones de rosas blancas, eso era lo único que había. Frente a mi esa enorme estufa de piedra con un fuego intenso encendido. Estaba sentada en un sillón blanco, sin embargo, no lo sentía. No me sentía a mi misma. No me podía mover. Sin comprenderlo mi inconsciente se preocupaba porque algo dentro de mi se pudiera mover. Mi consciencia se preguntaba ¿está bien?¿Se puede mover?¿Sigue allí? Aunque no comprendía.

No comprendía nada. Intenté levantarme, no pude. Intenté mirar hacia los costados, no pude. Solo podía mirar al fuego, solo podía estar sentada, solo escuchaba la voz de mi consciencia preocupándose por algo dentro de mi, o de mi, no estaba segura.

Me pregunté que sería todo eso. Pero no podía pensar demasiado, como si mis ideas y pensamientos estuvieran reservadas para esas tres preguntas, ¿está bien?¿Se puede mover?¿Sigue allí? A eso se resumía mi existencia.

El humo de la chimenea se volvió más y más espeso, más opaco, no lo resistían mis pulmones mas no podía respirar. Mis ojos no se podían cerrar, mi vista se nubló. Poco a poco perdí la consciencia de mi misma, todo se oscureció completamente, como un eclipse. El eclipse más corto de la historia del mundo. Pronto pude abrir mis ojos y comprender que estaba en mi hogar, siendo abrazada por Cato, comprendiendo que era hora de levantarse y alistarse, si. Hoy es el día en que serán seleccionados los tributos.

Dejé de pensar en lo que creía que era un sueño y tiré hacia el costado las frazadas que me cubrían. Caminé hacia el baño para poder lavarme la cara con agua helada. El hecho de no poder descifrar ese sueño, esas preguntas que me atormentaban, el lugar tan pequeño y sofocado, me sacaban de lugar. Hice que el frío del agua golpeara mi rostro, sentí relajarme y despertarme. Continué con mi aseo constantemente intentando dejar de pensar en esa ilusión en mi mente.

En la cocina serví el alimento de Diez mientras que esperaba que los dos hombres de la casa se despertaran de una vez. Me dediqué a preparar el desayuno, algo sencillo. Un jugo de naranja y unos cupcakes de zanahoria. En lo que metía los cupcakes al horno sentí las fuertes pisadas de Cato, aprendí muy rápidamente a reconocer sus pisadas. Me dediqué a conocer las pisadas de la gente y comprendí que se me daba muy bien. Y era más que seguro que lo utilizaría en los juegos, durante los entrenamientos analizaría a los rivales.

Cato llagó a mi lado con Diez en sus brazos, la imagen más tierna del mundo.

(Diez es más grande, piensen que han pasado unos cuantos meses desde que Cato y Marcia llegaron de los juegos y lo adoptaron

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(Diez es más grande, piensen que han pasado unos cuantos meses desde que Cato y Marcia llegaron de los juegos y lo adoptaron. La imagen es a modo de ilustración de como lo lleva Cato y el tipo de cachorro que es <3)

Diez se lanzó al suelo a comer su comida, le hice mala cara por ignorarme completamente. Cato se rió levemente por mis caras. Le sonreí con amor y me acerqué a él para poder abrazar su torso desnudo y cálido. Sus enormes brazos me arroparon seguido de un suave beso en mi cabeza. Despertar con este hombre era lo mejor que me podía pasar. Retrocedo en el tiempo y pienso en lo agresivo que era, en el temor que le tenía, lo veo ahora y sé que a mi jamás me haría daño, comprendo que me ama y veo todos los cambios que ha hecho, sé que ha madurado. Sé también que al tener que volver a los juegos muchas de sus viejas actitudes volverán a él, pero mientras sepa que al acabar todo seguirá siendo el hombre que es no importa nada de eso.

➳ Again ➳ Cato Hadley & Marcia Prohace ~ Segunda Temporada LITHGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora