5.目ず土め헉 덕ベー조ルロ本。

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Oye, sublime hermanito –dijo mi hermana Hatsu– ¿Quién es el chino ese que viene contigo?

— ¿Cuál? Ah, ése. Se llama Bushimuxi o algo así. No sé cómo ni porqué, pero apareció de repente, como salido de la nada, y me dijo que es mi asesor personal & está a mi disposición para cualquier cosa que necesite. Y me ha traído hasta aquí en esa limusina.

— ¿Y porqué te lo has quedado? No lo tendremos que alimentar, ¿verdad?

Claro que no, sublime madre. Además, creo que no come. De hecho, mira lo que puede hacer –di un par de palmadas para llamar su atención–: ¡Michubizi! ¡haznos la cena!

— En seguida, Sangwoo san.

El Mizubichi ese nos hizo un yatekomo delicioso en un tiempo récord.

Tras la cena, las féminas de la familia subieron a la azotea para adorar a la Luna y las 5 Estrellas.
Mi madre es una mujer muy religiosa y conservadora que vive al modo tradicional. A mí todas esas supersticiones antiguas me traen sin cuidado, pero al parecer Hatsu las ha heredado de ella. Siempre me dice que si no rezo a los astros me emponzoñarán el aire. Y aún estoy esperando a ver si me muero.

El caso es que mientras ellas estaban con sus ídolos paganos yo me dediqué ordenar a Mitsubishi que deshiciera mi maleta.

Y cuando terminé decidí darle una sorpresa a alguien especial...

Alguien que hacía que cada segundo junto a ella fuera tan exquisito como inolvidable...

Alguien a quien no había visto en un tiempo, y por cuya presencia no podía seguir esperando ni un segundo más.

Salí a la calle y me dirigí con paso firme hacia su casa.
Por mi mente pasaban todos los buenos recuerdos de las experiencias vividas junto a ella.

Llegué a la puerta de su casa y me quedé parado un minuto decidiendo si hacer o no lo que me había propuesto.

Entonces de repente la puerta se abrió y salió por ella un completo idiota :(

— Sangwoo... Así que ya has vuelto...

— Eso parece, Zhan. ¿Están Yaoyao y su madre?

— Sí. Pero espera, tenemos que hablar.

— Hace mucho que no tengo nada que hablar contigo.

— Por favor... –rogó– Es importante.

— Pues tendrá que ser en otro momento.

— Ok, ya te llamaré.

— Como quieras. Ahora apártate y déjame entrar.

Al fin Zhan me dejó entrar a ver a su hermanastra.

¿Tendría el valor necesario para acometer tal acción?

Seguidme en el siguiente capítulo de esta apasionante crónica y lo sabréis :D




(Hatsu en multimedia)

The Annulation of Love: TAMAGOCHI (amigo huevo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora