Prólogo:

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Escrito por: edith2406

La noche era perfecta, las estrellas brillaban en la noche, las personas estaban cada una ocupada en sus propias cosas, era ajena a lo que pasaba en el sótano de esa casa.
La vida una palabra tan simple, cualquiera puede decirla pero con mucho significado. ¿Para qué tener vida si no sabes vivirla? Todos deberíamos preguntarnos lo mismo y en ese instante, eso es lo que pensaba aquella mujer que se encontraba en el sótano de aquella casa, ¿cómo es que su vida había cambiado tanto? ¿cómo es que ahora se encontraba queriendo rogar por su vida ante él? Ah si, tal vez es el karma, pensó. El karma por no haber sido suficientemente inteligente como para saber zafarse de esa situación, su karma por los chicos que dejo en la secundaria, aunque si era por eso, era un karma demasiado malo. Tal vez su suerte era mala, tal vez estaba destinada a morir en manos de ese hombre, solo rogaba por su hija, que ella si viviera.
Él sólo sonrió al mirarla, una sonrisa que daba miedo y la mujer solo lloro, él al ver a la mujer en el suelo y sangrando, rogando por su vida no pudo evitar recordar a su primera víctima, aquella que lo había convertido en asesino y le había ayudado a descubrir lo bueno que podía ser. Miro a la mujer que lloraba en el suelo.
-¡Por favor! No me mates...- suplicó ella con lágrimas en los ojos.- Por favor...- Él se agachó junto a ella con su cuchillo en mano, su arma favorita y miro a la mujer.
-Tengo que matarte.
-¿Porqué?.- lloro ella intentando encontrar esperanza en que ese hombre que se encontraba ahí, no la matará, sin embargo, sus esperanzas fueron en vano.
-Me gusta. Es divertido.- él sonrió y la mujer se arrastro en el suelo intentando alejarse de él en vano pues en cuanto la alcanzó, la mató. Ella perdió la vida mirando los ojos de su asesino, y el como él sonreía al clavarle el cuchillo. En cuanto esa mujer hubo muerto, él tomo una foto de su víctima junto con un mechón de su pelo como siempre lo hacía, le gustaba guardar recuerdos de las víctimas que asesinaba. Limpio la sangre de sus manos, como si no pasará nada, acomodó su perfecto cabello y checo que su camisa no se hubiera manchado.
Y como siempre, llevo el cuerpo sin vida de la
mujer al bosque, el lugar donde siempre le gustaba abandonar los cuerpos y dejo su típica nota "¿Qué es la vida y porqué estamos aquí? Atte: I'assassin"

La policía encontró el cuerpo sin vida de la mujer dos días después, seguían sin encontrar al hombre de las notas, aquel que se hacia llamar "I'assassin" eran muchas muertes las que había provocado. La policía fue a la casa de la familia de esa mujer que había sido asesinada, tanto el esposo como la hija estaban conmocionados y lloraban la pérdida de la mujer, ¿qué se podía hacer sino?

Muchas personas asistieron al funeral, la hija miraba el ataúd donde se encontraba el cuerpo sin vida de su madre, la gente cuchicheaba a sus espaldas, hablando de la señora que murió y como la habían asesinado, nadie entendía nada, el dolor de la pérdida y el sufrimiento de la soledad que ahora había.

Desde hacía un par de meses el asesino se había desaparecido, sin dejar nada, ni una pequeña huella. O al menos eso creían. Hasta que un día, el cuerpo de una jovencita castaña apareció en el bosque, y una vez más, tenía una nota, aunque ahora con un nuevo recado:

“¿Han creído que me he ido? La humanidad es ilusa” atte: I'assassin

I'assassinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora