Capítulo cuatro:

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Capítulo coescrito por : edith2406

Eran las diez treinta de la mañana y
el detective McGregor sostenía en sus manos una fotografía del chico O'Donell. Ese chico siempre era arrogante hasta el borde. El detective se reclinó sobre su silla y bebió un poco de su café, no sin antes dejar la fotografía en su lugar.
—¿Qué es lo que no estoy viendo?—preguntó en voz alta. Tomó la última nota de I’assassin entre sus manos y suspiró. Tocaron a la puerta del detective, la cual era de vidrio, por lo tanto se podía ver a la agente Miller detrás de ella, con la intención de entrar; y así fue.
—Le traigo el expediente de los antecedentes de Marcus O'Donell, detective.
—¿Algo importante que añadir a esto?—preguntó mientras lo sostenía en sus manos; comenzó a hojearlo.

La agente Miller negó con la cabeza, tímida. La curiosidad le picaba en la lengua—¿Por qué investiga al chico?—preguntó finalmente. No recibió respuesta, pues el detective seguía en su labor de investigar los antecedentes del joven—¿Cree que tenga algo que ver con I’assassin?—preguntó nuevamente. El detective se reclinó sobre su asiento y dejó de ver los papeles, para prestarle atención a la mujer.

—Dígame algo, agente, ¿Sabe qué quiere decir “I’assassin”?—preguntó con una sonrisa dr suficiencia el detective.

—Amm... Es... ¿Un apodo?—contestó, dudosa de haber respondido mal.

—Significa “Asesino” en francés—hizo comillas con los dedos al decir la palabra “asesino”—. Pero no estamos en Francia, ¿O sí, agente Miller?

—No señor—respondió esta, segura de sí misma. Él por su parte asintió.

—Estamos en Estados Unidos, no en Francia—él sonrió de nuevo—. Dígame algo, agente, ¿Qué opina usted de este asesino?

—¿Y-Yo?—preguntó, se sentía algo confundida e intimidada ante el hombre. Este se puso de pié y asintió con la cabeza.

—S-Sí—le imitó—, usted.

—Creo que es alguien arrogante—respondió sincera y el detective le dedicó una sonrisa escalofriante.

—Tiene usted razón—contestó simple.

Tomó su taza de café, el cual ya estaba frío. Su semblante serio se dirigió nuevamente la agente Miller, que seguía parada frente a la puerta; no se había movido ni un centímetro. Ella espera que él le dijera algo más, pero sabía que él no diría ni pío.

—Y usted, ¿Qué opina de él?—preguntó la agente.

—Opino que es alguien arrogante, prepotente—hizo una pausa y observó el piso, donde la nota de I’sassin se había caído—. Y obsesivo.

—¿Obsesivo?—preguntó confusa— ¿Qué quiere decir con ello?

—Dígame, ¿Qué ve ahí?—preguntó el hombre, señalando la pizarra que estaba detrás de su silla. En ella, había múltiples fotografías de las víctimas y las cartas de I’assassin. También había fotos de los familiares cercanos de las víctimas; Corin, Peter, Marcus, Hailee e incluso la esposa del alcalde y este mismo. Sin embargo, la fotografía de Corin estaba en medio de todo. La agente Miller frunció el ceño.

—Las escenas del crimen y las imágenes de las víctimas—contestó, observando con detenimiento.

—Es... Más que eso—dijo él.

La agente Miller detuvo la mirada en la foto de la chica—Y ella, ¿Por qué se encuentra allí?

—¿No sabe por qué puse a Corin al centro de todo?

I'assassinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora