Capítulo 8.

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Llegamos a una hermosa manción, era enorme, al entrar me encontre con una sala bien decorada, el piso era de marmol y al fondo estaba el juego de sillones, a la izquierda estaban las escaleras que daban a la parte superior de la casa.

Max: ¿Impresionada?

Tú: Es hermosa.

Me rodeo con sus brazos y me susurro al oido.

Max: Sube a la habitacion.

¿Por qué sus palabras eran tan embriaganates? en ese instante podía hacer todo lo que me pidiera.

Subi lentamente por las escaleras de vidrio, al llegar a al segundo piso divise la recamara con la puerta entreabierta, dentro de ella había una cama de dos plazas tendida con sábanas blancas, al fondo de la habitación había un balcon, entre fijandome en todos los detalles, cuando llegué a las puertas de vidrio corredizas pude apreciar una hermosa vista del condominio.

Sentí como la puerta se cerro tras de mí, al voltearme encontre a Max parado con una botella de vino y dos copas, además de una cubeta llena de hielos.

Me puse más nerviosa cuando me percate que ambos estabamos encerrados en una misma habitacion.

Max: Ven.

No me moví, estaba paralizada y temerosa frente a él.

Camino hacia mí muy lentamente y me tomo de las manos.

Max: ¿Qué sucede?

Tú: Nada.

Max: Calmate.

Sabia que mi corazón no se resistia pero aquellos ojos penetrantes eran demaciado para mí.

Con su dedo retiro uno de los mechones que caía por mi cara.

Max: Te ves muy linda ___________.

Hizo una pausa para oler mi pelo, una vez que lo hizo se separo para verme a los ojos.

Max: Ya no puedo.

Me tomó de la sintura atrayendome a su cuerpo, mis manos instintivamente se posarón sobre sus hombros, acerco su rostro al mio y me dio un beso, aquel beso tan esperado, al principio era un poco difícil seguirle la corriente, mi poca experiencia lo hacia un tanto incomodo, su lengua pedia urgentemente entrar pero mis lábios no estaban preparados para ese beso salvaje.

Se separo para volver a mirarme.

Max: Detecto un suave sabor a sandia.

Asentí con la cabeza.

Max: Ahora dejame probar la parte más profunda de tu ser, "no tengas miedo de acogerme".

Volvio a juntar sus labios con los mios, de nuevo su lengua hizo preción, mis lábios se aflojaron y le cedieron el paso que buscaba, su lengua acariciaba la mia, era el beso perfecto, aquel que sientes que solo aparece una vez en la vida, sus manos subian por mi espalda rozandomela con sus yemas, me causaba algo de cosquillas.

Me empujo, mientras el beso continuaba, sobre la cama, esta era muy suave, tanto que sentia que me hundia en ella.

Me beso el cuello, con su mano atrapo la cinta de mi vestido ubicada tras este.

Se paro quitandose el saco para después despojarme del vestido deslizandolo por mis muslos.

Max: Eres muy bella.

Dijo mientras me miraba con unos ojos llenos de lujuria, la lenceria que llevaba era muy pequeña, contaba con un brasier que levantaba mis senos y unas braguitas.

Amor no correspondido (Max y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora