Narras tú.
Max se tumbo a mi lado intentando volver a regular su respiración.
Tú: ¿Para que es el vino?
Max se levanto de mi lado y saco unas sábanas color crema, las dejo encima un sillon al lado del balcón, camino hacia mí y me alzó depositandome en el mismo sofá, al principio no entendia lo que hacia pero luego lo supe, las sábanas blancas tornarón un color rojo señal de mi virginidad.
Max tomó las sábanas y mientras las agarraba notó mi mirada clavada en la cama, al instante me sonroje.
Max: No te averguences, es completamente normal.
Sacó las sábanas blanca y tendio las otras, después de acomodar las almohadas se quedo parado mirandome y luego se le formo una sonrisa algo malevola, caí en cuenta de que estaba desnuda e intente taparme con las manos.
Max: ¿Por qué te cubres? ya te vi, es más...
Volvio a caminar hacia mí, hizo que me arrodillara en el sillón y me apego a su cuerpo haciendome sentir su miembro.
Max: ...será mejor que nos vayamos acostumbrado a vernos tal como estamos en este momento.
Me levanto sujetandome la cadera y de esa forma logro que me enroscara alrededor de su cintura, me recosto entre las almohadas cubriendome con la tela tendida en la cama, trajo el vino y los hielos.
Se acosto a mi lado y virtio el líquido en las dos copas pasandome una a mí.
Max: Felicidades por tus 18 años.
Levanto la copa en señal de que brindaba y tomo de ella, yo solo lo veía, había probado alcohol muy pocas veces y siempre que lo había hecho era bajo el concentimiento y proteccion de mis padres, ahora, al ver la botella llena me sentía un poco incomoda, para empeorar la situacion estaba con un hombre que me habia hecho el amor.
Max: ¿No tomas?
Tú: Esteee.... No, bueno...
Max: Descuida, no nos acabaremos todo el vino, solo estas copas.
Tú: Ok.
Al ver su expreción tan sincera en su rostro me límite a tomar un sorbo, sabía que su intención no era más que brindar, era la menos prohibida que habiamos hecho toda la noche, ¿qué más podria pasar? no mucho.
Tú: En realidad hoy no es mi cumpleaños.
Dije algo temerosa.
Max: ¿Ah no?
Tú: No.
Max: ¿Entonces mi regalo fue adelantado?
Solte una risita.
Tú: Es dentro de tres días.
Max: En todo caso te dare otro obsequio ese día.
Me quede algo helada, era mi imaginacion o en verdad me estaba mandando indirectas.
Tú: ¿Qué sera?
Dije intentando hacerme la desentendida.
Max tomó un hielo de la cubeta, hizo que me echara de espalada en la cama, me destapo, lo puso en su boca y lentamente me recorrio el vientre, era la sensación más esquisita que había provado, primero la piel se me ponía fria y después su aliento la calentaba, luego subio hasta mi cuello y lo apreto contra el lóbulo de mi oreja, podia sentir el frio y calor que invadian ese momento mi cuerpo.
Se separó de mí volviendome a cubrirme con la sábana.
Max: Cómo si no lo supieras, solo dime a que hora debo pasar a recogerte de tu instituto y lo repetiremos.