Capítulo 11

102 6 1
                                    

Sonó la alarma. 5:45 a.m, lunes, otro día de clases.

Esta vez tardé sólo media hora para hacer todo, no sé de a dónde saqué tantas energías, pero es fascinante.

Ayer había visto la película Divergente con Melanie, (¡qué también es lectora!) Fue hermosa, creo que estuve medio nostálgica, y Meel.. pues, ella rompió a llorar. Pero las dos sabemos que lo que queríamos era una película de 17 horas que no se saltee ninguna parte del libro, que no le falte ni un detalle, pero es imposible.

No me importa, me faltan todavía veinte minutos para salir de casa, y no he tenido ningún trabajo práctico o tarea pendiente, que eso es mejor que nada.

Busqué mi MP3, cuando lo encontré ya habían pasado esos veinte minutos.

Genial me dije. Agarré mi mochila y salí de mi casa. Le puse “play” al MP3 e inmediatamente sonaba “Hanging On” de Ellie Goulding (la versión que estaba en Divergente). Estás viciada con Divergente y lo sabes pensé.

Llegué a la escuela.

Matt. Pensé. No, él te tiene que ignorar por una semana, estúpida. No heches a perder una apuesta.

Pero no lo ví al entrar. Una parte de mí estaba aliviada y la otra parte estaba desesperada por verlo.

—¡An!

Me giro inmediatamente. Emma.

—¡Em! ¿Cómo estás?

—Bien, ¿cómo te fue en la fiesta? Sé que no fue lindo que te deje al principio, pero así te ibas a familiarizar más con el clima fiestero.

Créeme, ya me familiarizé demasiado.

—Sí, bien.. gracias.

—Pues, ¿qué esperas? Vamos a la clase de Matemáticas, ¡que corre el rumor de que ha faltado! ¿No es genial?

Fuimos a nuestra aula y me encontré con Matt, sus ojos se posaban en mí, su mirada era intensa, sus ojos me hipnotizaban.. aparté la vista. Tenía que hacer que él cumpla lo prometido, el trato.

Me senté en mi banco y vi llegar a Federico. Su mirada se posó sobre mí y me saludó con la mano.

—Hola, cantante profesional de Briardale Gardens.

—Hola, bailarín profesional de Troublemaker.

—¡Es que soy genial!—Y nos echamos a reír.

—Obviamente, Fede.

—Lo sabes, lo sé, lo sabemos.

—Deja de decir tonterías.

—Impídemelo.

—Ok, deja de decir tonterías o.. o...

—¿O qué?

—O... o vas a tener que ver la película de Divergente.

—¿QUÉ? Vos no podés decirme que vea una novela romática.

—Sí, sí puedo. Y no es sólo romántica, para tu información.

Y depronto entró el profesor de Matemáticas. No había faltado, era sólo un rumor.

—Estudiantes, quienes no están en sus lugares, háganlo de inmediato.—Hizo una pausa para que todos se acomoden y prosiguió:—Tenemos una nueva estudiante, es la primera vez que dejamos a alguien pasar a estas alturas pero, como ven, es una excepción. Denle la bienvenida a Mary Collins.

No, Mary, no. Por favor no. Ella no.

Pero era ella, sin dudas. La puta de Mary Collins, no cabía duda alguna de que sea ella. Es ella. No, no, no acá, no, acá no, por favor.

—¡Ana!—Me dijo con su sonrisa falsa.

—Ah.. ustedes.. ¿se conocen?—Dijo el profesor.

—Sí, obviamente, somos mejores amigas, ¿no es cierto Ani?

¡CÓMO LA ODIO!

—No, no es cierto.

—Ay, Dios, Ana, bromas en clases, no.

LA ODIO MÁS QUE NADIE, LA DETESTO.

—Bueno, entonces, puedes sentarte al lado de Ana. Y, Melanie, puedes ir al asiento de adelante, que está todavía vacío.

Y me despedí de Mela, no era justo lo que hacía Mary, nunca hizo algo justo. Siempre te arruina la vida, SIEMPRE. Sin excepciones.

Entonces Mary se sienta al lado mío y me paro para salir de la clase, pero me agarra el brazo.

—Ah, y por cierto: Luci, ¿no? Bueno, esa niñita muerta de por ahí, investigué sobre el tema, para ahorrarte el trabajo. Pues, el punto es que era tu hermanita gemela, la adoptaron yo-que-sé-por-qué y, te acabas de enterar que tienes una hermana. Ay, perdón.. tenías.

Y me fui del aula.

PUTA, MALVADA. TE ODIO.

Empecé a llorar, no.. no puede ser. Si era realmente mi hermana, ¿por qué la olvidé? ¿¡CÓMO MIERDA PUDE OLVIDARME DE MI HERMANA!?

Me fui a la salida, me iba a ratear, la primera vez que hacía esto pero.. no podía volver a clases así como si nada pasó, no mientra Mary esté al lado mío.

—¡Ana, espera!—Me volteé enseguida al escuchar su voz. Matt. Él venía corriendo hacia mí.

—Matt.. ahora no.

Y me dí la vuelta, seguí caminando. Pero él se posó adelante mío y me impidió el paso.

—Matt...

—No. Escúchame—me dijo—, no sé qué pasó allá, pero lo único que sé es que no tienes que darle importancia a Mary, ¿sí?

—¡NO SABÉS DE LO QUE HABLAS! ¡ES MARY COLLINS! ¡LA PUTA QUE SIEMPRE LO ARRUINA TODO, MATT! ¡ARRUINA TODA MI VIDA!—Grité.

Mary Collins.. no. Simplemente no puede ser.. ¿cómo mierda supo que estaba acá? ¿Por qué vino acá? Si hace lo mismo que hace mas o menos dos años... Matt.

Hubo un largo rato sin que ninguno de los dos hable. Entonces retomé la palabra.

—Matt, no quiero que Mary nos vea juntos, ¿sí?

—¿Por qué?

—Porque es una puta zorra, lo único que quiere hacer es dejarme sóla, por favor. Prométeme que ella no nos va a ver juntos.

—No te puedo prometer eso, puede espiarte y hacer esas cosas que ustedes, las mujeres, hacen.—E hizo un gesto de exhageración.

—Bueno.. entonces.. prométeme que no te dejarás llevar por lo que diga ella. Prométemelo.

—Te lo prometo, Ana. No te pongas a llorar, me hiciste romper la promesa..

—Y me alivio porque hayas roto la promesa.—Y levanté la vista, su nariz estaba rozando la mía.

—Dios, Ana, me harás perder el control.

—¿Y qué más dá?

Entonces me besó.

Increíble. Pensé. Perfecto.

Your Little SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora