El señor Bane: El primer amor de un Rey |Malec AU M-Preg|

🔸II🔸

— —🔸— —

Cómo es el rey y cómo se vive en la corte.

— —🔸— —

Dicen que el señor Bane, nacido para el amor y la ternura, amó más al hombre que era el rey y que le habria amado con la misma intensidad si en vez de ser el Rey Sol hubiese sido un simple mayordomo de palacio.

A distancia, por las noticias que nos manda la Historia, es muy fácil dar crédito a esta afirmación de estos cronistas. Luis XIV, Alexander Lightwood, según dicen, era un hombre de palabras tímidas pero porte respetable, en la apariencia que sus padres daban se esforzaban en sustituir la verdad de su naturaleza. De gran estatura suficiente sin la necesidad de usar los típicos tacones para hombre de relativa baja estatura. Sin embargo, el aire seguro que aportaba a su alrededor lo hicieron digno de un respeto desmedido y de un amor casi obsesivo por los jovencitos y personas de diferente edad y clase social y supo dejar bien parada la hombría real, sus sorprendentes ojos azules competir contra el mismo océano en una tormenta catastrófica. Piel nívea como la nieve y helada como esta, los labios carnosos que solo invitaban a la tentación y a caer en un hoyo profundo de ansiedad por ellos. Tenía una esposa como muchos decían a la que no amaba en ninguna manera, ni en modo de cariño. Tuvo varios favoritos pero ninguno como el último y legítimo que tuvo. Convirtiendolo en su esposo dejando por debajo de las lineas a quien alguna vez fue la reina.

Pero eso es un cuento lejano, que obviamente Alexander no supo no hasta que vio a Magnus Bane.

Las personas de honor de las reinas eran entonces como las flores de un jardín abierto, donde algunos caballeros importantes acudían en buscar de novia o novio, y el rey en busca de un favorito o varias en caso de un avaricioso. Si un caballero y el rey coincidían con la misma persona, siempre se era posible un acuerdo amistoso que, además de facilitar las cosas, situaba de golpe al caballero. Si el caballero tenia el camino libre, se casaba con la flor de su interés y él o ella podía ser, durante toda la vida, ejemplo de virtudes; pero si el enamorado era el Rey, no se casaban y él o ella podría ser el ejemplo de todas las virtudes, menos de una.

Siempre ha sido difícil averiguar que es lo que las mujeres quieren de un hombre cuando los aman más de lo que un hombre quiere de otro. Pero en tiempo de los famosos Luises todavía era más difícil, porque entonces los hombres, aparte de su dignidad, no eran muy apetecibles como objetos de amor por las carencias de ella.

De Alexander Lightwood, enamorado perdidamente de Bane, se sabe que nunca en su vida había entregado tanto. El corazón, alma y aparentemente toda su vida a aquel joven muchacho de diecisiete años cuando él tenía los veinticinco.

Los cronistas dicen que Magnus Bane se enamoró de él por la apariencia impecable, elegante y segura que le presentaba, la calidez en sus ojos azules abrazarlo con un calor desmedido y las palabras que uso para enamorarlo de inmediato y él, con suaves sonrojos y risas tímidas hizo caer el corazón de un poderoso hombre a sus pies sin siquiera proponérselo.

Magnus Bane, a los diecisiete años, débil y sensible, le amó, no como un rey al que cualquiera podría amar y desechar sino como al hombre verdadero que era.

— —🔸— —

¿Que tal la portada? :3

—Allex—