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Humillación por Humillación

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Años después, el rey Magnus Lightwood–Bane caminando junto a sus tres hijos, los dos niños ya mayorcitos y una linda niña de apenas tres años de edad llamada Camila, de cabello castaños como su padre y los ojos azules como el rey Alexander y los matices verdes en combinación con ellos como los del rey Magnus, iban por la plaza pública, un séquito los seguían como compañía y seguridad por órdenes de un enamorado Rey.

Y cuentan las crónicas que ese día ambos rivales se encontraron en la plaza. Harry comenta que el ambiente era tenso, claramente rivalizado y que los hijos de ambas personas se hallaban ajenos a ese sentimiento.

Harry dice que la antigua marquesa de Branwell había sido reducida de una modesta señora con la vestimenta siempre limpia y el cabello rubio exquisitamente recogido a una simple señora de calles. El cabello que antes era una melena completamente hermosa, ahora solo era una maraña de cabellos oscuros y sucios. Los harapos que usaban como ropa solo parecían insultar aún más a la antigua imagen que ella era.

La criatura que yacía a su lado un poco más limpia y mas o menos bien cuidado que ella. Un niño de cabello rubio y ojos verdes, que por fortuna había heredado la belleza de una dama antiguamente marquesa.

Saint-Simon comenta con pena que en el rostro del rey Bane se desfiguro ante tal visión. Aunque Harry comenta con admiración que el señor Bane le ofreció un trato. Mirándola con furia y pena por el niño a su lado.

¿Porque no dejas que me encargue de la criatura? —. Dijo el rey Bane —. Así tendría un mejor futuro del que tú pocamente le puedes dar ¿No crees?

Prefiero morir antes de concederle tal barbarie.

No es una barbarie, te estoy ofreciendo una oportunidad para tu pobre hijo. No merece tal futuro que le espera, mi esposo y yo podemos darle más cosas. Algo por que seguir. Siquiera algo por que luchar y ser un hombre de bien.

Ya tienes mi dignidad, lo que debería ser mi título y mi trono ¿Y ahora quieres a mi hijo? Prefiero que te mueras antes de que te de aquello.

Rechazas una oportunidad de oro por seguir llevándome la contraria y condenar a tu hijo. Vaya madre eres y me aseguro con esto que habrías sido peor de haber seguido siendo marquesa.

Magnus miro al niño con pena. Avanzando a su lado y con una mano suave y morena tocar los cabellos rubios del hijo quien alguna vez había sido su rival en un amor que él ya tenía ganado.

El gentío de la plaza, ni bien el rey Magnus, sus hijos y su séquito se hubiera ido, empezaron a hablar de ella a sus espaldas.

—Condena al niño por una rivalidad. Absurda

—Pobre criatura y lo que le espera teniendo una madre como ella. Mujer tonta y egoísta.

Cuatro días después, en un almuerzo que ambos reyes y esposos compartían y sus tres hijos, llego un llamada para el rey Magnus.

Una carta, escrita con la caligrafía cursiva y culta aunque con una amargura y vergüenza claramente impresas en ello que Magnus sintió causándole algo de simpatía en si gran corazón.

«Ruego porque cuides a mi hijo, es todo lo que tengo aunque sea de algún pobre diablo de calles. Ruego porque le des una vida que jamás podre darle y que jamás se acuerde de mi. No soportaría otra humillación más, peor aún si es de mi propio hijo»

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Bien, me encanta el personaje de Lydia pero aquí decidí hacer las cosas diferentes. Xdd

En fin, el siguiente capítulo capaz sea el penúltimo o el último completamente. Ya veré :v

Nos leemos! :3

—Allex—


El señor Bane: El primer amor de un Rey |Malec AU M-Preg|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora