El gato y el emo.

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NARRA CONNOR.

-Hey... ¿Pin Pon no debería estar muerto? -su voz modorra hace que abra los ojos. Es mi pesadilla gatuna.

-¿De qué diablos hablas ahora? -pregunto adormilado. Son las 5 a.m. y el gato no deja de hablar y caminar encima de mí. Malditos animales nocturnos- ¿Quién debería estar muerto?

-Tú... Pero ese no es el chiste. -lo miro molesto planeando mi asesinato-. Me refiero a Pin Pon. Se supone que es guapo y de cartón. Debería estar muerto ya que se lava la cara con agua y con jabón... -susurra intentando verse inteligente mientras arma su conspiración contra los creadores de la canción.

-¿Me despertaste solo para decirme eso...? ¡ESTÚPIDO GATO! -grito enojado, pero a los segundos mi expresión es de alguien espantado. Me mira confundido al ver que ni lo sigo maldiciendo-. Espera... Eso nunca lo había pensado....

-Exacto... -se dió la razón mostrando sus dientitos como sonrisa.

-Te odio... Y... -miro a los lados, pensando en cómo dormirme nuevamente-. Ya da igual, me voy parar. -lo aventé contra la cama, causando que se aplastara la cara y me levanté de un salto... golpeándome con la madera.

-¿Quién era el emo de cabello blanco al que trajiste la otra vez? -pregunta él volviendo en sí, mientras yo tallo mi cabeza con cuidado.

¿Habla de Drax?

-Un amigo... -susurro poniéndome de pie, ahora lentamente.

-Mientes.

Cuanto odio a este gato...

-Quería información sobre una chica y lo ayudé a conseguirla. -respondo buscando mis pantalones en alguna parte del suelo, ni idea porque siempre termino desnudo. El calor hace que tire todo-. Aunque él realmente no sabe lo que quiere.

-Eso es más creíble... -susurra-. ¿Se llama Drax, no? ¿Es como tú? -pregunta intentando irritarme.
¿Cómo yo? Creo que sé de que habla.

-Parecido. Su padre era millonario, pero ya no están y su hermana se encarga de él... Es súper listo pero solo va a la escuela de vez en cuando, ya que solo asiste por un estúpido club. Él en realidad no tiene amigos o una verdadera familia, ya que él los alejó. A veces pienso que me sucederá lo mismo.

-¿Qué harás de desayunar? -me interrumpe ignorando todas mis palabras.

Volteo a verlo más molesto que la presidenta bipolar en llamas.

-¡ESCUCHA CUANDO TE ESTÁN HABLANDO! -le grito fuertemente, golpeando con mis palmas la cama. ¡Es un maldito!

-¿Dijiste huevos? Suena bien.

-Cuánto te odio... -intento contar hasta diez-. Definitivamente te odio..., gato demonio. -respiro profundo, invocando a Dios o lo que sea para calmarme. Me pongo triste y él me pregunta qué hay de desayunar, genial.

-Para mí tú eres... ¡UN EMO ÁNGEL! -grita con voz angelical brincando hacia a mí, como si fuera la cosa más diabólica y linda.
No sé si quiere hacerme reír o enojarme más.

-¡GATO PERVERTIDO, ALÉJATE DE MÍ! -¿Qué con ese apodo, Connor?-

-En realidad si te odio... -dice estornudando en mí, y lo empujo asqueado. Hace frío.

-Maldito gato...

No sé si es mi imaginación... Pero parece que me puso de buen humor.

~•~•~•~

-Son las 4:00 p.m... -susurro volteando a ver el despertador, mostrando una mueca-. Acompáñame a la escuela.

-Connor... -el gato me encima su pata-. Es sábado, déjame dormir -dice ronroneando algo adormilado en la cama. Su ronroneo es muy fuerte, me molesta más que una mosca.

¡Hola!, ¿qué tal? Soy un gato.  {FINALIZADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora