¡Hola!, ¿qué tal? Soy un gato. {FINALIZADO}

¡Finge demencia!

Jackson.

—¡Connor, llegarás tarde!

Gritó Brandon histérico entrando a la habitación, creando una gran brisa de viento. Me sentía en el ojo de un huracán... ¿No ves que estoy durmiendo? Necesitaba energía para... ¿Seguir durmiendo? El hombre salió inmediatamente tras dar el aviso.

—¡Dios, ya es muy...! —exclamó Connor adormilado intentando levantarse de golpe, causando que su cabeza se estrellara contra la madera y él comenzara a ver estrellas— Tarde...

—Eso te pasa por vigilarme toda la noche. —reclamé intentando dormir nuevamente. No pude dormir bien, ya que el muy retrasado no dejaba de mirarme fijamente, eran ojos diabólicos perturbando mi sueño...

—Me la vas a pag... —susurro Connor moviendo sus dedos rápidamente como si fuera a estrangularme... Aunque para mí que sus dedos parecen intento de señas obscenas.

—¿Con quién demonios hablas? —preguntó su padre asomándose una vez más. Probablemente el señor está pensando dos cosas, o si hijo tiene novia, o perdió la cabeza por no tener una.

—Ah, con... —Connor volteó a verme nervioso, él sabía que si me echaba la culpa lo mandarían a psiquiatra— Con mi almohada... —talló su cabeza contra la almohada del sofá con una sonrisa nerviosa y gotas de sudor en su frente.
Amaba esa almohada, me enamoré de ella ayer... Ahora la quemaré, no quiero tocar algo que anduvo en la cara de ese tipo desagradable.

—Te dije que necesita un psicólogo. —replicó Jason con molestia recargándose en la entrada. Estos tipos se visten mejor que la reina.

—Solo necesito un té. —explicó Connor dirigiéndose a la puerta de su habitación lentamente. Con un puño en la pared y una voz fastidiosamente mandona gritó— Salgan... ¡Ya!

—Bueno, bueno... —exclamaron los señores saliendo rápidamente de su habitación con un poco de temor. Sus pasos se oyen muy rápido incluso lejos de la habitación. Este lugar es tan grande qué hay eco por todas partes.

—Eres un pésimo hijo. —me monté sobre su asiento harto de su comportamiento. En mi vida gatuna había visto a un tipo como él.

—No es mi culpa que ellos hayan querido adoptarme —explicó entrando al baño. Sus palabras más que enojadas parecían tristes. Ser abandonado en un orfanato ya es feo, que millonarios te adopten es fantástico, a menos que sean unos tipos locos por los cuales los niños en el kínder te harán bullying, eso es tener mala suerte.

—Vengaré a tus padres querido, pero después de dormir. —intenté dormir, pero mis esfuerzos fueron inútiles. Abrí mis ojos fastidiado— Mejor empezaré con la venganza.

~•~•~

—¡Bye, bye, hijo! —exclamaron sus padres despidiéndose de él como si fuera a la universidad y nunca lo volverán a ver, mientras Connor salía de su casa— ¡Sube al auto con John!

—Saben que odio ir con el chofer. Parece que no puedo cuidarme solo. —reclamó Connor molesto tirando su mochila al otro lado de la cerca— Iré caminando.

—Ese niño... —sus padres entraban mientras la puerta se cerraba.

Corrí como loco hasta poder salir de la mansión, era ahora o nunca. Nunca desperdicies un hoyo por el cual salir... Eso se oyó realmente mal.

—¡Hora de mudarme! —volteé mi mirada hacia Connor, el cual se alejaba a paso veloz, su espalda comenzaba a desaparecer de mi vista. Agh... Realmente detesto las promesas gatunas, son irrompibles — Prometí vengarme... —comencé a seguirlo narrando sus pasos en mi cabeza.