Todo menos tú.

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Narra Jackson.

-Te odio. -dice molesto. Vamos, he escuchado esa frase ya muchas veces por hoy. Sé que me odias, sé que no me quieres aquí, y también sé que eres un masoquista que al final le gusta que le trate mal. No estoy seguro de lo ultimo, pero yo sé que si. Se recarga en la pared, causando que su camisa se arrugue. Me mira tan serio que parece tener intenciones de cometer asesinato gatuno. Que el asesinato gatuno no sea un delito federal, no significa que esté bien.

-¿Y crees que yo a ti no? -le respondí aún más enojado. Este tipo está colmando mi paciencia, y eso que lo digo yo. Aparte muero de hambre, ¿no podemos ir por algo de comer y dejar esta molesta discusión para después?

-Háblame de ti, gato infernal. -susurra sacudiendo su cabello. Cuando corte su gran melena comenzaré a tomarlo en serio.

-¿Qué quieres saber? -pregunto irritado sentándome sobre mi trasero- ¿Por qué como? ¿Por qué respiro? -pregunté ya con mi límite a punto de explotar.

-¿Por qué hablas? -me señala con su dedo índice. Eso es una falta de respeto. Parece que quiere desafiarme con su mirada, sus ojos dan miedo. Es como si entraras a una junta de negocios y te ven de esa manera; nunca he estado en una, pero si he visto películas... Ah, soy un solitario.

-¡Ya te había respondido eso! -brinqué molesto al buró junto su cama tirando por accidente uno de los cuadros de Connor. Este cayó y el cristal se rompió, esparciéndose por toda la habitación. Agh, si me muevo puedo pisar algo y me voy a lastimar.

-¡ESTÚPIDO Y TORPE GATO! -corrió a toda velocidad para intentar recogerlo. Está muy desesperado, está recogiéndolo de manera desesperada, parece preocuparle mucho, no le importa si se corta con él.

-Solo es una foto Connor, acostúmbrate, por qué te aseguro que tiraré todo. -respondí molesto y con un poco de gracia. Lo vi poner una expresión triste en su rostro, como si algo dentro de él se hubiera perdido- ¿Estás bien?

-Es una foto de mi orfanato, y el marco era un regalo de ellos. -explicó algo deprimido. Su dedo está sangrando, pero aún así tiene la foto rasgada en sus manos- La única que tengo.

-Mejor... Háblame de ti, ¿de acuerdo? -pregunté bajando del mueble. ¿Tenías que ser sentimental? Ya se me fue el ánimo de comer o jugarte una broma. Bueno, hora de escuchar seriamente. Aguanta las risas y burlas Jackson, aguántalas.

-Me abandonaron en la entrada de un orfanato, estuve ahí por 11 años. Nadie me quería adoptar por qué decían que era muy pálido, muy delgado, y muy serio. -explica dejando el cuadro aún lado- Luego llegaron mis padres tan coloridos y decidieron llevarme para que compartiéramos una "vida colorida", pero no encajo con ellos. Ahora me dedico a comer, estudiar, y guardar energía, ya que ni si quiera hago nada porque soy muy inteligente. Y vivía una simple vida, tanto esfuerzo se fue al caño con tu venida. -sonrió descaradamente. Si no me equivoco, me acaba de llamar gato de mala suerte. Agh, ese maldito...

-Yo no hice nada en tu vida, ya de por sí era rara. Connor, no intentes vivir una vida normal sabiendo que no la tienes, que nunca la vas a tener, y que así es mejor. -explico con tono sarcástico.

-¡Mi vida es totalmente normal! -gritó lanzándome la almohada de su cama. No seas tan infantil, emo trucho.

-Mm, déjame pensar... Vives en una mansión, con dos padres que están totalmente locos (me pusieron moños la otra vez), te bañas en dinero, eres un súper dotado con los estudios, la chica que te gusta es súper rara..., y tienes un gato que habla. WOW, QUE SIMPLE VIDA TIENES, CONNOR, LA DESEO. -grité feos último como si fueran gemidos gatunos. Je... Soy un loquillo.

¡Hola!, ¿qué tal? Soy un gato.  {FINALIZADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora