En los días de nuestros abuelos, cuando las brujas volaban en los palos de escoba, se creía que el poder de producir buena o mala fortuna, salud o enfermedad, estaba fuera del dominio del hombre.
Ahora nos reímos de supersticiones tan infantiles. Pero aún en nuestros días hay pocos que comprenden que las cosas que ven son sólo efectos. Más pocos todavía tienen alguna idea de las causas que producen esos efectos.
Cada experiencia humana es un efecto. Tu ríes, lloras, eres feliz o desgraciado; cada una de esas manifestaciones es un efecto, la causa puede encontrarse fácilmente.
Pero no es tan fácil encontrar la causa de todas las experiencias de la Vida. Ahorramos dinero para nuestra vejez, y lo depositamos en un banco. . . y luego el banco quiebra y perdemos todos nuestros ahorros. O nos quedamos en casa un día de fiesta para evitar un accidente, y nos caemos de una escalera y nos quebramos un brazo.
¿Cuál es la causa de todo esto? Cuando podamos encontrarla y dominarla, podremos dominar también los efectos. Dejaremos entonces de ser juguetes de la suerte. Nos podremos elevar sobre la concepción de la vida dominada por la materia.
Hay sólo una respuesta. El mundo exterior es una reflexión del mundo interior. Grabamos pensamientos desastrosos en la mente subconsciente, y el Genio de la Mente se encarga de hacerlos realidades. . . aun cuando nosotros tomemos todas las precauciones posibles. La imagen mental es la que cuenta, sea para bien o para mal. Es fuerza benéfica o fatal, lo que nosotros queramos hacerla.
Porque la materia no es una sustancia real. El Dr. W. R. Whitney, en un discurso pronunciado ante la Sociedad Química Universal, el 8 de agosto de 1925, el tema del cual fue la Materia, dijo que "lo que mas sabemos acerca de la materia es que es casi por completo espacio. Es tan vacía como el cielo. Es casi tan vacía como un vacío perfecto, aun cuando contiene una gran cantidad de energía". El pensamiento es la única fuerza. De la misma manera que l a polaridad domina al electrón, la gravitación a los planetas, el tropismo a las plantas y a los animales mas bajos, así el pensamiento domina las acciones y el medio ambiente del hombre. Y el pensamiento está sujeto por completo al dominio de la mente.
Las cosas que ocurren en el mundo material no son en si mismas ni alegres ni tristes; son nuestros pensamientos las que les dan color. Y nosotros podemos colorar esos pensamientos de acuerdo con nuestros deseos. Podemos hacer que el mundo exterior sea solo una reflexión del mundo interior. Podemos hacer de la materia una fuerza sujeta por completo al dominio de la mente.
No podemos cambiar nuestras experiencias pasadas, pero podemos escoger las futuras. Podemos hacer del día de mañana exactamente lo que deseemos que sea. Podemos ser mañana lo que pensemos hoy. Porque los pensamientos son causas y las condiciones efectos.
El hombre puede ser sano o enfermizo, feliz o desgraciado, fuerte o débil, en la proporción que tenga pensamientos de salud o enfermedad, de fuerza o debilidad. Tu cuerpo, como todas las otras cosas materiales, manifiesta solo lo que tu mente abriga. Tú mismo has notado eso. Un hombre de carácter duro e intolerante (el cual es un estado mental) tiene facciones duras repulsivas. Un hombre de carácter dulce tendrá un aspecto sereno y atractivo. Todos los órganos del cuerpo responden de igual manera al pensamiento.
Cada uno de nosotros se hace su propio mundo; y lo hace por medio de la mente.
Los pensamientos son las causas; las condiciones son sólo los efectos. Nosotros podemos hacernos nosotros mismos y hacer las cosas que nos rodean, simplemente dirigiendo el pensamiento de una manera resuelta hacia la meta que tenemos en la mente.
La vida ordinaria animal está definitivamente dominada por la temperatura, por el clima, por las estaciones del año. El hombre es el único que se ha podido libertar, en gran parte cuando menos, del dominio de las fuerzas naturales por medio de su comprensión de la relación entre causa y el efecto. Y ahora el hombre está empezando a visualizar la libertad final y completa de todas las causas materiales; la libertad que será suya cuando pueda adquirir la comprensión completa que la mente es la única causa y que los efectos son lo que él ve.
No hay inteligencia en la materia; ya sea que la materia sea energía electrónica en la forma de piedra, hierro, madera o carne. Todo está formado de energía, la sustancia universal con la cual Mente forma todas las cosas materiales. La Mente es la única inteligencia. Ella sola es eterna,. Ella sola es suprema en el universo.
Cuando alcancemos esa comprensión, dejaremos de abrigar temores, porque entonces sabremos que la Mente Universal crea vida únicamente; que la muerte no es una realidad –es sólo la ausencia de la vida– y la vida es omnipotente. Comprenderemos que no hay causa, no hay creador, no hay poder para nada, excepto para el bien; que el mal no es una realidad –es solo la ausencia del bien. Y no puede haber malos efectos sin una causa mala. Y puesto que no hay causa mala, sólo el bien puede tener realidad. No hay principio ni fin para el bien.
LA LEY DE LA ABUNDANCIA
El mundo te pertenece. Te debe no tan sólo los medios de sustento, sino también todas las cosas buenas que puedas desear. Pero tienes que exigir esas cosas. Tienes que evitar el miedo, los temores. Tienes que dominar. . ., no temblar. Tienes que aplicar la ley de la abundancia a tu vida.
La esencia de esa ley es que tienes que pensar en la abundancia, ver la abundancia; sentir la abundancia. No dejes que ningún pensamiento de limitación se apodere de tu mente. Visualiza la abundancia de todas las cosas que desees, y harás una realidad en tu vida.
Toda la energía, todo el poder, todo lo que puede ejercer cualquier influencia sobre tu vida, está en tus manos por medio del poder del pensamiento. Dios –el Bien– es el único poder que hay, y tú eres a El lo que los rayos del sol son al sol. Tu mente es parte de su mente, y tú puedes depender de El e la misma manera que los rayos del sol dependen de su fuente, para la luz y el calor que traen a la tierra.
Por eso, no pongas limitaciones de ninguna clase a su poder tratando de limitar tus capacidades. Todos tus sueños, tus esperanzas pueden hacerse realidades. ¿No te fue dado, acaso, el dominio sobre toda la Tierra? ¿Y puede alguien privarte de ese dominio?.
Graba firmemente en tu mente la convicción de que PUEDES HACER TODO LO QUE QUIERAS HACER.
Luego fíjate una meta, y deja que todo lo que haces, todo tu trabajo, todos tus estudios, sean un paso hacia esa meta.