Tal vez tú has la de aquél anciano que a la hora de su llamó a sus hijos a su lado para darles sus últimos consejos.
"Hijos –dijo–, en mi vida he tenido muchas dificultades, muchas dificultades, pero la mayor parte de ellas nunca sucedieron".
Todos somos ese anciano. Nuestras dificultades nos agobian –en perspectivas–, pero generalmente nos encontramos que cuando la necesidad verdadera llega, la providencia ha encontrado alguna manera para hacerle frente.
El Dr. J. Loeb, miembro del Instituto Rockefeller, realizó una serie de con los parásitos que se encuentran en las plantas, para demostrar que aun las mas bajas de las criaturas tienen el poder de encontrar en la Mente Universal la satisfacción de sus necesidades extraordinarias.
"Para obtener el material necesario –dice el doctor Loeb–, rosales en tiesto son traídos a un cuarto y puestos frente a una ventana cerrada. Si se permiten que las plantas se sequen, los afiliados (parásitos), anteriormente sin alas, se convierten en insectos alados. Después de la metamorfosis, los dejan la planta y vuelan hacia la ventana.
Es evidente que esos insectos diminutos encontraron que la planta donde vivían había muerto, y que ya no podían seguir encontrando en ellas sus alimentos. La única manera en que podían salvarse era adquiriendo alas temporales, lo cual hicieron.
En otras palabras, cuando se vieron privados de sus alimentos, tuvieron que encontrar la manera de emigrar, o perecer, la Mente Universal les dio la manera de emigrar.
Si la Mente Universal puede hacer esto por las criaturas más bajas, ¿no es lógico suponer que hará mas aun por nosotros –el mas elevado de la creación– si sólo pedimos su ayuda, si solo tenemos un poco de fe? Vistos a la de la respuesta de la mente a la necesidad de esos parásitos diminutos, ¿parecerá increíble que un mar se abriera para permitir a un pueblo pasar por su fondo? ¿qué un pilar de fuego lo guiara por la noche en el desierto? ¿qué el maná cayera del cielo, y el agua brotara de una roca?.
En momentos de gran peligro, en horas de extrema angustia, cuando el alma valiente expone todo lo que posee, entonces es cuando los milagros ocurren, si tenemos fe.
Eso no significa que debes entregarte indolentemente en manos de la Providencia. Cuando hayas hecho todo lo que es posible hacer, no te preocupes por el resultado. Si mas necesitas mas recibirás. Puedes sentir la confianza de que, habiendo hecho todo lo que está en tus manos, el Genio de tu Mente hará lo que falta.
Cuando el pequeño país de Palestina estaba en peligro de ser conquistado por en un lado, o por la Asiria en el otro, la gente estaba tratando, frenéticamente, de decidir a cual peligro hacer frente, con cual enemigo se debían aliar para vencer al otro. "Con ninguno –dijo el profeta Isaías–, en la calma encontraréis la ; en la confianza tranquila encontraréis la ".
Así es con la mayor parte de las calamidades que nos afligen. ¡Si sólo les hiciéramos frente con calma y confianza, cuan mejor sería la vida! Pero no; tenemos que afligirnos, que preocuparnos, y la mayor parte de las veces hacemos exactamente lo que sirve para aumentar nuestras dificultades.
Toda la parte de la Mente Universal que se necesita apara resolver el problema, está en donde se la necesita. La abundancia está siempre donde tú estás, y es lo que tú necesitas. No importa si es enfermedad o dificultad, pobreza o peligro, lo que necesitas está aquí, esperando que lo tomes. Haz frente a tu dificultad audazmente, sabiendo que tienes a tu espalda un poder infinito y encontrarás que ese poder te rodea y viene en tu ayuda.
Es como un autor que escribe un . Por mucho tiempo trabaja en una clase de niebla mental, pero, si persevera, aparece de súbito una luz que clarifica sus ideas y e la manera de arreglarlas lógicamente. En momentos de desesperación, sentirás un impulso de energía desconocida que se eleva en tu alma.