03: Esto no quedará así

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Un mes, un mes nos habíamos quedado en París!. Los primeros días la pasé genial fingiendo que venía sola, pero luego de lograr ver todo en un tiempo récord el aburrimiento llegó. Aproveché estar aquí con mis padres totalmente distraídos para comprar libros, hasta diría que podía comprar otra maleta para todos los que me han gustado, pero sería demasiado. Todos estos días lejos de casa no pude evitar pensar en él, el chico que no sale de mi cabeza, que domina todos mis pensamientos. Éste mes había sido difícil, con Michelle de compras cada día y mis padres en quien sabe donde estas han sido definitivamente unas malas vacaciones.

Excepto por los libros claro.

Mañana por fin luego de tanta insistencia mis padres dijeron que volveríamos a casa, aunque Michelle no estuvo completamente de acuerdo. Según ella era el mes de la moda y pronto habrían más vestidos y ropa que nesecitaba, aunque no lo creó. Un día entre a su habitación porque había perdido mis auriculares y bueno, tal vez ella los tenía. Debo decir que nunca en toda mi vida había visto una habitación con más color que esa, es especial el rosa.

Paredes rosa con muebles color arcoiris y un enorme armario blanco. Me arrepentí ese mismo minuto de haber entrado. Pasé aún atónita y evitando tocar algo y noté que junto a su colorida cama estaba su nombre con luces. Tenía muchas fotos de ella y sus amigas junto con pósters de cantantes que odiaba.Definitivamente un lugar al que no volvería a entrar jamás. Lo peor fue ver que tenía un estante solamente para maquillaje! Junto con un extravagante espejo. Cerré la puerta y volví a mi habitación jurando jamás volver a entrar y comprar otros auriculares la próxima.

Estaba haciendo mis maletas guardando mi ropa y algún que otro conjunto que compré. No entendía la moda de ahora, no tenía sentido para mi, juro que no soy la única persona que busca algo simple y cómodo. Debía decir que ahora mi maleta pesaba el doble o el triple, y no es por la ropa. Mamá me acompañó varias veces a mis compras pero estuvo muy ocupada con mi padre, aún me resulta extraño todo lo que sucedió. Finalmente termine de empacar y decidí dar una vuelta por la ciudad, debo admitir que no pude evitar ir a un museo. Definitivamente amaba el arte, todo el color usado perfecto, los significados, era algo que me hacia sonreír sin parar.

Desearía volver a pintar.

Intente distraerme para olvidar mis pensamientos y saque aún más fotos, tenía muchas pero de seguro las pegaría por toda mi habitación. Comenzaría a hacer una pared con fotografías de lugares que he visitado, mi meta es toda Europa, pero luego...quien sabe. Volví al hotel con la noche callendo y algo decepcionada de dejar París, sin duda aún quedaban lugares que visitar. Preparé un bolso con libros junto con mi teléfono y auriculares para el viaje a casa, no era exactamente corto.

Sin dudarlo fui a darme una ducha antes de dormir, siete horas y media de vuelo nesecitaban ser tranquilas. Busque mi pijama y caí rendida a la cama luego de un largo día.

No podía esperar para volver a casa.

Corrección, no puedes esperar ver al chico patineta.

Claro que no!....Bueno tal vez.

~•••~


Habíamos llegado hace apenas unas horas, no podía decir que fue un mal viaje pero tampoco fue bueno, es un raro sentimiento. Luego de llegar y abrazar mi cama a más no poder con mucha pereza desempaque. Escuchaba órdenes desde afuera y de seguro Michelle estaba desempacando, aunque no ella exactamente.


─Puedes apresurarte! Quedan dos maletas!


El Chico Patineta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora