Me Enamore de Él •[Zabdiel de Jesús]• TERMINADA

•CAPITULO 24 •

 Narra Sabrina

Hace una semana que salí del hospital, una semana que no veo a Zabdiel, me he hecho muy cercana a Chris y sé por Chris que está muy mal después de que Samanta le dijo toda la verdad, como me lo merecía me odia y no quiere saber de mí, tengo una semana que tengo a mis padres sobre mi obligándome a comer y tomarme los medicamentos que me envió el médico.

-Hola, -me dijo Aby entrando a la habitación-

-¡Hola!, -dije emocionada de ver a mi amiga- ¿Qué estás haciendo aquí?

-un pajarito me contó que no estás bien, -dijo sentándose en mi cama- creí que no teníamos secretos

-perdóname, -empecé a llorar- le hice daño a tantas personas que amo

-Hay linda ven acá, -dijo abrazándome- está bien, no pasa nada, ya Samanta me contó lo que paso

-¿Ella te llamo?, -asintió- que bueno, -la abracé de nuevo-

-¿y has hablado con Zabdi?, -me preguntó y yo la mire- Samanta me contó todo

-él no quiere verme, -dije con lágrimas- lo perdí sin tenerlo realmente

-deberías buscarlo

-que parte de no quiere verme no entendiste

-lucha por él si de verdad lo amas, -me dijo ignorando lo que le dije antes-

-lo amo, pero... -fui interrumpida cuando la puerta de mi habitación se abrió-

-deberías hacerle caso a tu amiga, -me dijo Christopher entrando-

-¡Hola Chris!, -dije extendiendo los brazos para abrazarlo-

-¡Hola bella -me dijo él respondiendo mi abrazó-

-¡Hola!, -dijo Aby casi sin aire, de los chicos ella ama a Chris-

-¡Hola linda!, -le dijo Christopher abrazándola-

-Cuidado no sabes el efecto que tienes en ella, -dije bromeando y las mejillas de Aby se pusieron muy rojas- ella es Aby, mi mejor amiga

-un placer, -respondió Chris- ¿te había visto ya?

-igualmente, si en LA

-claro con Sabri, -ambas asentimos- bien Sabri creo que tu bella amiga tiene razón, -nuevamente las mejillas de Aby se prendieron- deberías buscar a Zabdiel conozco a ese loco y se que se muere por hablar contigo, aunque lo niegue

-¿enserio Chris?, -el asintió- ¡Bien! ¡Lo buscaré!, -dije levantándome de la cama y salí casi corriendo de la habitación a buscar a Zabdiel, es cierto él se merece mi explicación también-

-¿A dónde vas?, -pregunto papá-

-debo hacer algo, -le dije- Aby y Chris están arriba, no los molestes mucho, déjalos que se conozcan -le guiñé un ojo y cerré la puerta-

Camine por la playa, casi iba llegando a su casa cuando lo vi sentado en la arena observando el atardecer, camine despacio y me detuve al ver una lágrima corriendo por su mejilla-

-¿por favor dime que no soy la culpable de esa lágrima?, -dije limpiándola-

-no creo que te importe, no te importo verme la cara de estúpido, -dijo sin mirarme-

-perdón, -fue lo único que se me ocurrió decir-

-¡Que fácil! -Me dijo volteando y sujetándome de ambos brazos- que fácil es solo venir a pedir perdón, después de que yo estaba casi volviéndome loco por la confusión que sentía

-me estas lastimando, -le dije- por favor suéltame

-tú me lastimaste y no te importo

-claro que me importo, Zabdiel por favor me lastimas, tú no eres así, ¡suéltame!, -me libero de su agarre- ya sé que me vi mal, pero...-me silencié, las lágrimas empezaron a salir- nunca quise lastimarte

-me mentiste, -negué entre lágrimas-

-la única mentira que te dije fue que mi nombre era Samanta, -me miro y por un momento ya no había rabia en sus ojos- cada beso, cada palabra, cada caricia la sentí, nada fue fingido

-¿crees que te voy a creer ahora?

-una parte de ti lo hace, -le dije, él se volteo a besarme de una forma brusca como jamás lo había hecho- ¿Qué te pasa?, -dije zafándome no podía controlar mis lágrimas- si me equivoqué, pero no por eso tienes ningún derecho de tratarme así, quise venir hablar contigo y arreglar este malentendido porque ya no aguanto más esta situación, no aguanto más saber que me odias

-yo no te odio Sabrina

-¿Entonces?, -me acerque a él-

-me dolió que me engañaras

-no lo hice, te repito que en lo único que te engañe fue en no decirte mi nombre, acaso no has entendido que te amo con cada fibra de mi cuerpo, -dije sincerándome-

-discúlpame pero no te puedo creer, -dijo Zabdiel marchándose y dejándome ahí con el corazón en la mano