Capitulo 8

31 2 0
                                    

Narra Stephen
Sacudí mi cabeza y rápidamente desapareció, nuevamente estaba mi novia mirándome con una sonrisa emocionada.
- si, acepto - me levanta con sus manos y me abraza, mientras yo seguía pensando en lo real que fue esa imagen de Sarah en mi cabeza.

Al fin había llegado el día, me sentía nervioso, y este terno me sofocaba, pero me daba igual, todo sea por ver a mi mujer frente a mi. Los invitados me sonreían intentando calmarme.
La música comenzó a sonar y me giré para verla, venía con su velo ocultando su rostro. Cuando llegó frente a mi, subí mis manos para terminar con esta espera y verla de una buena vez. Al quitarle el velo me llevé la sorpresa de que no era mi novia, era Sarah. Mi sonrisa desapareció por el impacto, lo que hizo que despertara de golpe y muy agitado.
- que ocurre amor?- pregunta Kate a mi lado mientras yo oculto mi rostro entre mis manos.
Me sentía mal, porque llevaba días soñando con Sarah, desde que le propuse matrimonio a Kate.
Me levanté avergonzado por pensar en otra persona, sabiendo que esta chica solo piensa en mi.
Fui a desayunar y sin hablar mucho le pedí a mi mejor amigo que saliéramos a caminar.
Estaba en silencio mientras Ethan me hablaba, no podía concentrarme en ninguna de las palabras que me decía.
- hermano que ocurre?- preguntaba mientras pasábamos por fuera de unas tiendas en el Times Square.
- yo..- le iba a contar cuando fui interrumpido sorpresivamente.
- Stephen Parker! - Luke aparece frente a nosotros.- no puedo creerlo, pensé que estabas muerto - dice irónico.
- Luke, pensé que te había salido algo de cerebro. - lo ignoro y sigo caminando pero me detiene.
- hey hey, está bien lo siento - frunzo el ceño extrañado.- ya que ganaste creo que deberíamos hacer las pases. - no entiendo de que habla.
- de que hablas?- pregunto creyendo que ya se volvió loco.
- te quedaste con Sarah, me ganaste- se alza de hombros.
- no entiendo de qué me hablas- respondo
- que no se fue corriendo detrás de ti? - pregunta riéndose
- Sarah y tú se divorciaron?- pregunto entendiendo de lo que habla, pero el comienza a reírse.
- Stephen, por tu culpa, ni siquiera nos casamos. - me acerqué a él y lo tomé del cuello de la camisa.
- de que estás hablando?! - lo sacudo pero no se inmuta y sigue riéndose.
- debí creerle cuando me dijo que sólo era sexo, después de todo ni siquiera confía en ti.- iba a lanzarle mi puño directamente a su sonrisa pero Ethan me detuvo.
- Steph, ya basta! - me aleja del idiota frente a mi.
- creo que mejor me voy- sonríe y se va burlándose de mi. Y termino por patear lo que esté a mi paso.
- Stephen! Que te pasa?! - me dice Ethan serio.
- Oíste lo que dijo?- le hablo sin dejar de pensar en lo que dijo.
- Stephen ya está, te vas a casar, esto no debería importarte - pone sus manos en mi hombro. Aprieto mi mandíbula, me alejo de su agarre y me siento en la orilla de la acera. Ethan se sienta a mi lado en silencio y yo hablo.
- dejé todos mis sentimientos a un lado, para que ella pudiera tener una familia junto a "su esposo" - le digo mirando el suelo. - dejé mi felicidad para que ella pudiera fingir tener una familia feliz junto a ese idiota y nunca me detuvo. Nunca me eligió. Ella sólo me quiso para pasarla bien un rato. Yo la amé, como a nadie, como juré no hacerlo con nadie.
- Mira hermano, sé que ahora estás dolido por lo que oíste, pero ya verás que lo que él dijo es mentira. Sarah no pudo haber dicho eso. Si no te eligió debe tener sus razones, pero ya es tarde para saberlas, tú te vas a casar y debes pasar pagina. Ya tomaste una decisión y debes seguir con ella. Deja que Sarah sea feliz, y tú también. - cierro lo ojos con una imagen de Sarah en la cabeza, recordándola.

Narra Sarah
Últimamente me he sentido decaída, no tengo ánimos de nada, pero realmente no sé la razón.
Mi hija llega a mi lado y me pide ir por un helado, es la única que me hace sonreír en estos días, por lo que la tomo en brazos y la llevo donde quiera.
Ella tomaba uno de vainilla y yo uno de frutilla, amaba verla así de feliz. Entramos a una librería ya que buscaba algo interesante que leer.
Estaba en la sección de historia junto a mi hija cuando la suelto solo un segundo para sacar un libro de la repisa más alta, pero como Maggie es más rápida corrió con su helado en mano mientras yo la perseguía y se detuvo sólo cuando chocó con un hombre.
- Margaret!- la regaño y me acerco a la persona rápidamente para limpiarle lo que quedó de helado.- lo siento mucho- le digo pasando un par de servilletas sobre su pantalón.
- hey, tranquila, no es necesario. - dice pero lo ignoro, estoy muy avergonzada. Siento que se agacha para quedar igual que yo.- es en serio, no hay problema. Es sólo un pantalón.- me tranquiliza y por primera vez lo veo a la cara. Si barba levemente crecida y su cabello castaño a medio crecer le quedaba muy bien, además de sus ojos azules que eran lo que más llamaban mi atención.
- lo siento - le dice Maggie arrepentida y ambos sonreímos al oírla.
- está bien pequeña, no te preocupes. - pero Maggie estaba triste por ver su helado derramado en el suelo.- hay no puede ser, ya no tienes helado. Te parece si te compro otro?- le pregunta pero abro los ojos sorprendida.
- no no, no hace falta, ya le compro uno yo - lo detengo.
- hey, fue mi pantalón el que se interpuso en su camino.- sonríe y muestra unos lindos dientes.- déjame pagarlo yo, me sentiría muy mal sino.- me muerdo el labio pensando, pero cuando Maggie me llamó para decirme algo me tuve que agachar nuevamente.
- acéptale el helado, parece ser amable - me susurra en el oído y me rio.
- está bien- le respondo y tomo a mi hija de la mano para volver a la heladería.
- me llamo Chris, por cierto- estrecha su mano frente a mi mientras caminábamos.
- soy Sarah- le tomo la mano y rápidamente la suelto.
- mucho gusto Sarah.- sonríe de lado. Cuando le compró el helado nos sentamos en una mesa de la tienda y comenzamos a hablar mientras Maggie jugaba por allí.- cuantos años tiene? - pregunta y le contesto - cuantos años tienes tú? - sonrío pensando en lo coqueto que es y le contesto luego. - y el padre de la pequeña?- pregunta.
- sinceramente, no lo sé. - suspiro al pensar en Stephen.
- que? No estás casada?- pregunta sorprendido y niego con la cabeza.- no puedo creerlo... quien sería tan idiota de dejarte sola? - sonrío nuevamente al escuchar su comentario.- Sarah déjame decirte que ese idiota, se ha perdido a una mujer hermosa y una pequeña aún más linda. - miro a mi hija y pienso en su padre- Aún no puedo creer que estés soltera - vuelve al tema y suelto una risa.
- bueno, tal vez el hombre indicado aún no ha llegado- me alzo de hombros y él sonríe sin dejar de mirar mis ojos.

Después de rato hablando ya tenía que volver a casa y supongo que el tenía mejores cosas que hacer.
- las llevo a casa?- pregunta pero me niego, el debe tener sus asuntos. - por favor, no es ninguna molestia llevarlas. Insisto.- dice muy caballero por lo que después de unos segundos acepté.
Al llegar a la casa se bajó rápidamente y me abrió la puerta, al igual que a mi hija. Además nos acompañó hasta la puerta de entrada.
- bueno, en su castillo princesa - le habla a Maggie llegando a su altura y ella sólo sonríe tímida.
- muchas gracias por todo Chris. - sonrío y abro la puerta de la casa para que Maggie entre.
- solo fue un helado- se alza de hombros.
- no solo por el helado. La platica en serio me hizo bien. Hace mucho que no me reía tanto. - el sonríe satisfecho de lo que oye.
- fue un placer, cuando quieras lo podemos volver a repetir.- nuevamente se queda mirando mis ojos lo que me pone nerviosa.
- bueno, debes tener cosas por hacer. - le digo acercándome a la puerta.
- claro, adiós - se despide mientras se aleja lentamente sin dejar de mirarme. Cuando al fin entra a su auto cierro la puerta.

Narra Ethan
Stephen me dejó muy preocupado, quedó tan dolido por lo que le dijo Luke que cuando llegamos solo se fue a dormir, hasta hoy.
Me acerqué al teléfono y llamé al número que por sorpresa aún recordaba. Tomé mis cosas y fui directo a donde quedamos de juntarnos.
Entré al café y me senté esperando a la chica.
Luego de unos minutos cruzó la puerta y se acercó a mi emocionada, estaba muy cambiada, se veía más grande.
- Ethan - me abraza - no puedo creer que estés vivo. - sonrío escuchando eso como por décima vez.- mi hermana estaba tan destruída por tu muerte que jamás creería esto si no te estuviera viendo.- sonrío al oír de su hermana.- bueno - se sienta - me sorprendió mucho que quisieras hablar conmigo. De que querías hablar? - me pregunta.
- yo creo que sabes de que, - suelto una risa. - quería ponerme al día con lo que ha pasado con tu hermana. A penas pudimos hablar en Inglaterra. - Sarah sonríe tiernamente - qué pasó luego de que me fui?

Narra Sarah
No sé si estará bien que yo le hablé sobre mi hermana pensando que puedo meter la pata, pero el merece saber todo, estuvo mucho tiempo apartado.
- Estaba molesta, cuando se te vio con esa chica se le rompió el corazón. Quedó destrozada, pero ella seguía amándote. Eso era lo que más le dolía, además del hecho que tú nunca intentaste recuperarla. Esperaba todos los días alguna noticia, carta o visita tuya. - Me mira con el ceño fruncido.
- todos los días le envié una carta demostrándole cuánto la amaba, arrepintiéndome de lo que hice, rogándole para que me esperara. - habla serio.
- todos los días? - pregunto sin entender.
- así es, bueno, hasta que los japoneses me atraparon.- esto es muy extraño...- jamás recibió una carta?! - pregunta interesado
- no, ninguna.- pasamos un rato pensando en lo que ocurrió con las cartas y en lo que seguía de la historia junto a mi hermana.
- y ahora es feliz?- preguntó - es feliz con ese tipo?- insiste.
- no lo sé Ethan, prefiero que eso te lo diga ella. Ella me asegura de que está bien en Inglaterra, pero jamás lo nombra. Y no sé si es por algo en especial o tan sólo es despistada.- me alzo de hombros.
- sabes si volverá algún día?- me pregunta interesado pero le niego, en verdad no lo sé y lo dudo, su esposo sabe lo que ocurrió y dudo que quiera arriesgarse a perder a su esposa. Hubo un silencio donde ambos tuvimos la oportunidad de pensar, y al parecer fue de lo mismo. - que ocurrió con Stephen? Qué pasó antes de irnos a la guerra? - pregunta - el jamás quiso contarme, estaba muy mal.- suelto una risa al oír que él estaba mal.
- antes de irse me humilló, como nunca nadie lo había hecho. - le respondo y el me mira para que continúe.- hizo una apuesta con un amigo del ejército, lo oí decir que era sobre separar a una pareja apunto de casarse. Jugó conmigo y mis sentimientos. - me detiene curioso.
- una apuesta? Con quién? - pregunta
- no lo sé, no recuerdo... su nombre era Mark, creo- intento recordar.
- Mark McGregor?- preguntó
- si, él era - Ethan comienza a reír como si fuera un chiste y lo miro algo molesta.
- perdóname, pero - se sigue riendo - no puedo creer lo cursi que es Stephen - frunzo el ceño sin entender aún. - Mark McGregor es un soldado de la primera guerra, que murió en esta misma y siempre lo ponen como símbolo de admiración. - me quedó en silencio tragándome esta estupidez - te mintió para dejarte ser feliz. - no puedo creerlo.. y yo culpándolo y odiándolo todos estos años. - exactamente como lo va a hacer ahora- agacha la mirada.
- de que hablas? - pregunto nerviosa.
- hablo de que Stephen se va a casar. Y que para eso tuvo que renunciar a ti.- me explica. Las lágrimas se mueren por salir de mis ojos, estaba tan equivocada con él. Todo lo hizo por mi, por mi felicidad, y por que yo jamás le dije la verdad.
- Ethan, muchas gracias... pero... pero me tengo que ir - ya habían lágrimas cayendo de mi rostro. Quería llegar a casa a estar tranquila y desahogarme allá. Comencé a caminar lentamente hasta la salida pero las piernas no me dieron ni para dos pasos, por lo que caí al suelo a llorar.

Volví (Vuelve parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora