Lo prometo

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La semana siguiente fue realmente estresante y agotadora, Emma estaba conmigo para arriba y para abajo al igual que mi mamá y los chicos a pesar de sus ocupaciones se turnaban para acompañarme y asegurarse que estuviera bien, tanta atención era sofocante la verdad, nunca estaba sola y lo apreciaba pero necesitaba asimilar lo que pasaba y ellos no me dejaban. El doctor me mando hacer miles de exámenes y Max incluso viajo a Alemania por un medico que decían tenía el mejor tratamiento para la leucemia y me curaría con toda seguridad. Quería un tiempo para mí, quería estar sola, así que me escape y llegue a una playa donde había solo un par de chicos surfeando, los veía divertirse, enfrentando cada ola que el mar les lanzaba y me preguntaba nuevamente si podría con esto, tome mi cámara que siempre me acompaña y tome fotos de la playa, de los chicos, de todo lo que me llamara la atención. Mi teléfono reventaba de las mil llamadas que me dejaban los mosqueteros, mi madre y Emma pero no quería hablar con nadie, así que solo le deje un mensaje y lo mande a todos, diciéndoles que estaba bien y que regresaría en la tarde. Almorcé en una pequeña cafetería de la ciudad, mientras veía a grupos de amigos riendo, familias compartiendo y parejas enamoradas teniendo una cita. Es curioso como empiezas a apreciar realmente la vida, cuando estás en una situación como esta, cuando sabes que te queda poco tiempo de vida es como si de repente cada segundo se volviera el último y lo quisieras vivir al máximo, sin perder absolutamente nada. Estaba pensando en todo lo que había hecho en mi vida y todo lo que quería hacer y quizás no lograría cuando una dulce niña se me acerco.

— ¿Es una cámara? — me pregunto. La niña era tan pequeña que ni siquiera llegaba a la altura de la mesa, tendría tres o cuatro años cuando mucho pero se veía muy alerta para su edad. Su cabello era hermoso y cargaba un peluche con ella, al cual se aferraba como si en cualquier momento alguien se lo fuera a quitar.

 Su cabello era hermoso y cargaba un peluche con ella, al cual se aferraba como si en cualquier momento alguien se lo fuera  a quitar

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— Si, es una cámara

—¿Me tomas una foto? — me dijo con una sonrisa traviesa

— Claro — como negarme a esa carita

— ¿Y a mi oso?

— Con gusto — tome mi cámara y le tome la foto, se la mostré y quedo fascinada. <<¿Algún día podría tener una hija o quizás un hijo?>> Una lagrima corrió por mi mejilla ante ese pensamiento.

— ¿No te gusto? — me pregunto la dulce niña

— Si, cariño se ve hermosa

— ¿Por qué lloras?

—Porque yo tenía un oso igual y lo extraño — mentí

— No llores, toma te lo regalo — me dio su oso con una sonrisa

— Es tuyo nena, no te preocupes

— El me hace feliz, quiero que seas feliz, toma no llores — tome el oso

— ¿segura?

— Si, gracias por la foto — le dio un beso al oso y otro a mí y se fue saltando feliz donde estaba sus padres que nos veían.

Regrese a casa donde encontré a mi madre hecha una furia por lo que había hecho, pues estaba asustada de que algo me pasara, Emma no estaba, había salido con su madre y subí a mi habitación. Andrew estaba en la empresa, Ethan y Connor habían salido. Al llegar a mi habitación encontré a Liam en mi balcón.

— Hola Liam — lo salude. Parecía que estaba algo nervioso y al verme se calmo

— Llegaste ¿Dónde estabas? — me pregunto

— Quise despejar un poco mi mente a solas — me senté junto a él

— Ya veo y ese oso

— Me lo dio una dulce niña que conocí mientras comía — una sonrisa se dibujo en mi rostro al recordarla.

— Daqui, sé que no puedo imaginar cómo te sientes — me dijo y se volteo para quedar frente a mí — Pero si puedo asegurarte que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que superes esto, no será fácil pero sabes que cuentas con todos nosotros ¿Verdad?

— Lo sé — le regale una sonrisa

— Te amo Daqui y no dejare que te des por vencida – esas palabras me llegaron al alma, lo abrace y él a mí, muy fuerte — Saldrás de esto, lo sé — me volví a sentar apartándome de él

— Lamento haberlos asustado, solo necesitaba algo de espacio me estaba ahogando

— Daqui

— Si

— Espera — se levanto y entro a mi habitación — Toma — me dio un pañito para limpiarme la sangre que salía de mi nariz sin que me diera cuenta

— Rayos, ni lo sentí

— Tranquila

— No quiero que me traten diferente Liam, no quiero que me tengan lastima

— Entiendo

— Se lo que significa tener a una persona que amas en esta situación y se lo doloroso que es, pero es peor si me miran y me tratan con lastima, eso es lo único que no soportaría.

— No lo haremos

— Promételo

— Lo prometo


Aquí comienza el maratón Bennett, serán de tres capítulos solamente algo cortos pero que le darán un salto inesperado a la historia, espero les guste y recuerden la historia está llegando a su fin. Compartanla, voten y comenten, me encanta leer sus comentarios, dudas, opiniones etc, etc ,etc....

Mil Besos infinitos!!!



Enamorada De Los BennettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora