¿Donde estoy?

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Entre tantas noticias que me subían y me bajaban de ánimo me estaba volviendo loca, me senté en mi cama tratando de pensar cómo encontrar el equilibrio en todo lo que me estaba pasando, sin saber si sobreviviría, sin saber si podría tener la vida que había planeado, tantos sueños, tantas metas y estaban tan lejos de mí, como la esperanza de sobrevivir. Mi cabeza empezó a dolor, me recosté y me quede dormida, un extraño ruido me despertó, trate de abrir mis ojos pero mis parpados me pesaban, solo pude distinguir la silueta de una persona, sin saber si era hombre o mujer. Sentí que me tapaba la boca y la nariz y entre nuevamente en un sueño profundo.

El olor fuerte a humedad me despertó, trate de moverme pero mis manos estaban atadas al igual que mis pies, ¿Qué pasaba? No entendía nada, estaba en mi habitación y ahora, no sabía dónde estaba. Intente pararme pero fue inútil, abrí mis ojos, todo estaba tan oscuro no veía ni un rayo de luz. De repente escuche que una puerta se abría.

— ¿Quién está ahí? — pregunte casi sin aliento, estaba agotada y adolorida. Nadie respondía pero podía escuchar como caminaba por la habitación — Se que hay alguien ahí, responda ¿Dónde estoy?

— En el infierno — escuche una voz algo distorsionada, no puede distinguir si era hombre o mujer pero de algo si estaba segura, estaba en peligro y no sabía si saldría de esto.

Madison

— ¿Chicos han visto a Daqui? Desde ayer no la encuentro por ningún lado y dejo su celular

— La deje en su habitación ayer y no la he visto más — dijo Ethan

— Que raro, llame a Emma y tampoco está con ella, ni sabe nada de ella

— ¿A dónde pudo haber ido? — dijo Andrew

— Ella no sale sola sin avisar, estoy preocupada chicos — me senté en uno de los banco de la cocina que estaba desocupado, tenía un mal presentimiento, algo me decía que mi Daqui no se encontraba bien

— Tranquila Madison, la vamos a encontrar — dijo Connor. Había un tono esperanzador en él y sin embargo sus rostros mostraban el mismo temor que sentía, si le pasaba algo a mi Daqui me moriría.

Dakota

— Por favor déjame ir ¿Por qué haces esto? — lagrimas salían de mis ojos sin poderlas detener, no podía creer lo que estaba pasando y no podía imaginar porque alguien me haría esto. <<Quizá quieran un rescate de mi nuevo padre>> tantas cosas pasaban por mi mente y las películas que había visto no me daban ninguna esperanza, mi mente me jugaba sucio y en mi condición era más probable que me encontraran muerta a que pudiera sobrevivir.

— Terminara más rápido de lo que crees, Daqui — pude escuchar la voz de una mujer

— ¿Quién eres? ¿Por qué me haces esto?

— Me quitaste lo que más quería, todo estaba bien hasta que tu apareciste — escuchaba como sus pasos se acercaban cada vez más a mí

— No sé de que hablas ¿Quién eres? — trate de calmarme, llorar no me servía en nada

— Soy la última persona que veras en tu vida y la única que se quedara con Andrew Bennett — sentí su aliento en mi oído, su voz, sus palabras, sabia quien era. No podía ser más nadie que ella.

— Me van a encontrar y tú iras a la cárcel pero si me dejas ir, te prometo que no diré nada

— La única forma que saldrás de aquí Dakota, será muerta

— No, por favor — sentí como me jalaba, sus manos eran fría y el piso estaba más frio aun. Trate de soltarme lo más que pude pero ella era fuerte y yo estaba muy bien atada.

— ¡Quédate tranquila! — solo escuchaba el agua chocar con la ventana, estaba lloviendo y mi corazón se aceleraba cada vez más.

— ¡Déjame ir! — gritaba con desesperación hasta que sentí un fuerte golpe y mis ojos se cerraron al instante.

...

El dolor que sentía en mi cabeza era horrible, abrí mis ojos con la poca fuerza que tenia, no era un sueño, me habían secuestrado. ¿Qué podía hacer? Nada se me ocurría, sabia quien era, sabía que estaba loca pero no sabía que fuera capaz de algo así. Me sentía débil, cada segundo que pasaba sentía que la vida se me iba y no estaba segura si era porque no había comido ni bebido nada o si la enfermedad empeoraba por mi desesperación. Tenía que buscar la manera de salir de aquí.

— Por favor, tengo sed. ¡Ayuda! ¿Hay alguien ahí? — casi no podía hablar, mi energía se agotaba muy rápido. Escuche nuevamente unos pasos.

— Te sacare de aquí, tranquila — la voz de un hombre que me era muy familiar me levanto y sentí como me desataba los pies, no podía ver bien quien era aun estaba oscuro, su cara era tan borrosa como la de ella pero me sacaría de ahí y eso era lo que más me importaba.

— ¿Qué haces? — ella entro y lo empujo evitando que me desatara completamente.

— No puedo seguir con esto, la voy a liberar — dijo el hombre que me estaba desatando

— Esa no es tu decisión, sino quieres seguir con esto, vete pero ella se queda — trate de terminar de desatar mis pies mientas ellos discutía pero estaba muy débil, era inútil seguir.

— Ella está enferma, morirá aquí — se acerco otra vez a mí

— Entonces la veré morir pero de aquí no se va — lo volvió a empujar

— ¡Me la llevare quieras o no! — el hombre la empujo y ella se cayó furiosa.

Estaba perdiendo nuevamente la consciencia, veía y escuchaba que discutían sobre mi destino y no podía decir o hacer nada para salir de ahí, era desesperante, me sentía inútil y mi vida dependía de que aquel hombre ganara la pelea.

Madison

Dos semanas habían pasado desde que descubrimos que mi Daqui estaba secuestrada, solo una carta llego en el transcurso de ese tiempo.

Querido Andrew Bennett espero que esto te sirva de lección, la favorita de los Bennett morirá y tu serás el que más sufrirá. Así como yo sufrí.

PD: Es inútil que la busquen, solo regresara a ustedes muerta.

L.

Al leer aquella carta mi corazón se rompió en mil pedazos, no quería una recompensa, solo la quería muerta y mi esperanza se esfumaba, sino fuera por mi querido Max y su determinación ya estaría en un manicomio por pensar en mi Daqui.

Max había contratado a el señor Carte nuevamente, ya que la policía no hacía mucho para buscarla y después de esa carta era evidente que se estaban dando por vencidos.

— Es evidente que es alguien conocido ¿Alguna idea de quien pueda ser Andrew? — Carter se dirigía al hijo mayor de Max ya que la carta era dirigida directamente a él

— No se me ocurre nadie, conozco a muchas personas con nombres con L — Algo ocultaba Andrew lo podía ver en su rostro, sus hermanos lo miraban con complicidad.

— Seguiré investigando, tengo el presentimiento de que estoy más cerca que nunca — dijo el detective

— ¿Cree que este vi...viva? — mis palabras salía entrecortadas, de solo imagina que la encontraría sin vida mi corazón se detenía. ¿Cómo estaba? ¿Le estarán dando comida? Ella necesitaba de un cuidado mayor y muy delicado por su enfermedad.

— Señora Bennet, le prometo que la encontrare — solo eso fue lo que alcanzo a decirme y se marcho. Esas palabras no me reconfortaban, la encontraría, pero jamás dijo que viva.


Lamento tardar tanto en actualizar, mi computadora se daño y casi pierdo la novela. 

Gracias por su paciencia infinita, ya esta en sus últimos capítulos espero que el final no los decepcione. 

Besos infinitos!! 

Enamorada De Los BennettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora