Capítulo 3
-Sigo sin entender porque debo pasar otra vez por la selección de casas- refunfuñaba la castaña al verse de nuevo en una situación que la llenaba de nervios. Días antes había hablado con Godric sobre su estadía en el castillo, él gentilmente le informó que debería de pasar por el sombrero una vez más para que de esta manera no se levantaran sospechas entre el alumnado.
-No podemos simplemente ir y ponerte en Gryffindor, querida-. Le explicaba de nuevo Helga-. Estoy segura de que Godric ya habló de esto contigo.
-Sí, lo hizo-. Dijo Hermione dándose por vencida, ya habían tenido muchas veces esa discusión y curiosamente siempre terminaba perdiendo. No es que no confiara en que quedaría en Gryffindor, sólo que no podía hacer nado con los nervios que se apoderaban de ella. Debería aprender a relajarse.
Había pasado una semana en la enfermería después de haber despertado y a la mitad de la misma, Godric le había informado sobre la selección. Esa misma tarde se encontró discutiendo con el hombre, ninguno de sus argumentos valieron para salvarse de aquella situación. Recordaba lo terco que había sido Godric con respecto a que fuera una alumna más en vez de dejarla como una docente, después de todo sus conocimientos superaban los de un estudiante promedio. Bien, por el momento tendría que atenerse a lo que los fundadores dijeran, después de todo sólo en ellos confiaba.
Y ahora simplemente esperaba fuera del gran comedor junto con Rowena y Helga, al parecen entraría acompañada de ellas dos. Cada una de las fundadoras portaba el uniforme que las identificaba como jefas de casa. Hermione simplemente llevaba el vestido que conformaba el uniforme escolar junto con un laborioso recogido. Su cabello nunca se había encontrado tan domado. Por un momento se cuestionó el cómo debería de actuar, conocía la mente cerrada que llegaban a tener en aquellos años. Al último momento no le importó, no cambiaría su forma de pensar, no cambiario por lo que había estado luchado desde que entró a Hogwarts, les mostraría que ella, siendo una mujer, podía desenvolverse como cualquier hombre.
Las puertas se abrieron, y aunque intento evitarlo todo su cuerpo se tenso. Entró con todo el valor Gryffindor que pudo reunir. La determinación nació de un momento a otro y sólo fue cuestión de que entrara para que cientos de pares de ojos de clavaran en su persona, como si fuera una atracción a la cual mirar ya que nunca más se daría un acontecimiento como este. En la mesa de los profesores pudo distinguir a Godric y Salazar. Los dos le clavaban la mirada.
Godric había resultado ser un hombre maravillo. Rondaba casi en los treinta y aun así podía notar todavía la energía y mente de un joven soñador, de aquel que a descubierto la más grande de las ideas y que nada logrará que cambie de opinión. Era terco, un muy terco león. Hermione constantemente reía ante la actitud del hombre aunque esta luego le sacara de quicio al no conseguir que el director la mandara directo a Gryffindor, a donde pertenecía. Al parecer le divertía el hecho de que ella se muriera de nervios al ser el centro de atención.
La mirada de Salazar fue la que le descoloco por unos segundos, nunca se imaginó el recibir atención de aquel hombre que proclamaba la pureza de sangre. En todo el tiempo que paso en la enfermería solo había visto a Salazar una vez. El día que despertó. Se veía misterioso y peligroso, la miraba sin perderse ningún movimiento suyo. Ella le sostuvo la mirada. No tenía por qué tenerle miedo, ya antes se había enfrentado a serpientes de su calibre. No le importó que alguno de los otros fundadores se diera cuenta, ella le contestaría la mirada demostrándole que no podría amedrentarla, que era una oponente digna.
-En estos momentos se llevara acabo la selección de casa de Lady Hermione Granger-. Ante el anuncio de Gryffindor la mayoría de los alumnos que se encontraban en esos momentos cenando clavo su mirada en Hermione. Bien, una cosa era tener la mirada de dos de los fundadores en ella pero tener la mirada de todos los presentes clavada en ella ya era otro asunto. Con los nervios renovados se encamino al asiento que Rowena le indicaba que debía tomar. Sintió como le colocaban el sombrero que años más adelante la seleccionaría para la casa Gryffindor pero la situación era completamente diferente y en esos momentos sólo le quedaba esperar que todo se encaminara por el buen camino.
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Paleta de colores
FanfictionRojo, toda la sangre derramada. Azul, aquella esencia que te da vida. Amarillo, la victoria esta a la vuelta. Verde, ven te habla el destino. Hermione se vera rodeada por dos hombres incapaces de ignorar. Uno bondad, otro maldad. Pero, ¿Quién repres...