Parte 9

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Todo corresponde a su respectiva autora, todo lo que no reconozcan como tal es completamente mio.

Capítulo 9

Un blanco manto las recibió la mañana de ese sábado en la visita a Hogsmeade. Hermione se encontraba recorriendo el pueblo en compañía de Cassandra en búsqueda del vestido perfecto. Ese día, en el desayuno, les habían avisado del próximo evento. El baile de Halloween. Todas las chicas, con Granger como la única excepción, empezaron a planear cada detalle para que esa fiesta fuera una de las mejores de su vida. Hermione pudo comprobar que no importaba el periodo de tiempo en el que se encontrara, las mujeres siempre se comportarían de la misma manera ante un baile. Desesperadas e histéricas.

-Hermione, apúrate-. La voz de Cassandra no mostraba que la chica pudiera tener más paciencia.

Resignada, la castaña siguió a la pelinegra a una tienda de vestidos donde claramente se podía ver el mar de seres femeninos que se disputan por conseguir el atuendo adecuado. En frente, la biblioteca le hacía ojitos para que entrara y se sumergiera en una de los muchos mundos que sus libros resguardaban para que así logrará olvidarse de la locura que implicaban las comprar previas a un baile, por lo menos unas cuantas horas.

-Creo que lo mejor sería que te esperara en la librería-. Prince la escruto con la mirada un largo rato para después suspirar. Tenía razón. Algo le decía que Hermione no era de las chicas que se aventuraban a conseguir el vestido de sus sueños, mucho menos si tenías que pelear por él. Los libros iban más con ella.

-Está bien, procurare no tardar-. Le dijo mientras en su mente maquinaba el plan perfecto para que su querida amiga no asistiera sola al baile, si bien la castaña había proclamado que no asistiría ella se encargaría de que todo procedería de una manera completamente diferente a la que la chica tenía planeado. Y, claro, Cassandra ya tenía al candidato perfecto. Hermione había sida la única que no demostraba tener una amistad con ella sólo por interés, lo mejor que podía hacer era conseguirle pareja para el baile. Quería que ella pudiera sonreír un poco más y que mejor que el grandioso baile de noche de brujas.

-Tomate tu tiempo-. Le sonrió para después ingresar al santuario de los libros. El olor mezclado de los libros viejos con los nuevos siempre conseguía relajarla.

-Claro que lo haré-. Pensaba Cassandra mientras veía como la castaña ingresaba al local.

La librería se encontraba desolada lo que hacía que se mostrara más imponente. Recorrió primero con la vista todo el local, al parecer el vendedor no se encontraba en el mostrador, lo más lógico es que se encontrara en la parte de atrás. Muy pocas personas han de venir, pensó Hermione al ver por la ventana como la gente pasaba de largo. Estaba empezando a perderse en su mundo, ese en el que sólo eran ella y sus preciados libros, cuando escucho como la puerta del local se abría.

Si no se encontrara en una situación tan peculiar como la suya, podría cómodamente quedarse en ese maravilloso lugar lleno de diversas aventuras.

-Buenos días, Hermione-. La chica pegó un pequeño grito ante el saludo.

Rowena Ravenclaw sonrió ante el evidente susto que presentaba la leona. En un principio solo había bajado al pueblo para conseguir un libro que le ayudara con la decoración del castillo, pero al ver a la viajera del tiempo entrar al local y de inmediato ser atrapada por los temas que mostraban aquellos tomos decidió quedarse un poco más.

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