Tercer día de clases, la jornada escolar ya había terminado y cada club acogió a sus respectivos postulantes.
El entrenador se presentó ante todos, su nombre era Jacob Johnson, pero le gustaba más que lo llamaran Mr. Johnson, este señaló en voz alta y con un tono estricto “Bienvenidas señoritas, este es el club de baloncesto, si quieren formar parte del primer equipo deben demostrar lo que valen, no dejarse superar por nadie y les advierto, intentar jugadas personales no es una opción acá, desde ya, les deseo buena suerte”.
Las primeras pruebas constaban en medir la resistencia, comenzaron trotando, luego hicieron el “suicidio”, y finalmente la posición de plancha. Todo era monitoreado por el asistente del entrenador, si parabas a descansar un segundo ya tenías puntos en contra.
A lo largo de la tarde se fueron haciendo múltiples pruebas las cuales Edward y Alex habían superado con bastante facilidad. Pero llegó el momento de un partido amistoso para ver las cualidades, dividieron a los jugadores en sus respectivas posiciones y formaron un equipo.
Alex quedó junto a Edward en el mismo equipo ya que sus posiciones eran diferentes. El partido de entrenamiento estaba en pleno curso cuando notoriamente Edward comenzó a destacar por su efectividad en los tiros, por el otro lado Alex también se hacía notar por su gran habilidad para mover el balón, estos dos muchachos hacían un gran equipo, se notaba que existía confianza ya que en absolutamente ningún pase se dudaba de como lo haría el receptor.
Existió una jugada que marcaría un antes y un después para estos jugadores, Alex estaba subiendo el balón cuando encuentra un espacio, decide intentar penetrar con velocidad, pero inesperadamente se frena generando el desequilibrio del defensa el cual se cae y deja totalmente solo a Alex, justo cuando estaba a punto de intentar encestar y finalizar tal maravillosa jugada, otro defensa se le interpone en su camino. Con lo que no contaba el defensor es que ahora Edward estaba totalmente libre. Alex le lanza en balón a Edward, este tira, pero algo falló, ese tiro tenía un movimiento extraño, Edward supo que fallaría desde que el balón se despegó de sus dedos, gritó con todas sus fuerzas: “¡¡REBOTE!!”, lamentablemente no fue suficiente y habían perdido la posibilidad de anotación.
Terminó el día, Alex se encontraba muy tranquilo ya que su actuación fue bastante buena, en cambio Edward estaba muy nervioso ya que falló un tiro decisivo, lo mas probable es que si encestaba en esa jugada el cupo al primer equipo estaría asegurado, Edward dejó de dar vueltas el tema en su cabeza por lo que cerró los ojos y se durmió.
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Humildad
RandomEsta es la historia de dos amigos, Edward junto a Alex vivirán muchas experiencias a lo largo del libro las cuales los formarán como jugadores y como personas. La historia tomará cambios inesperados y situaciones complicadadas que muchas veces ge...