VII

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Había quedado en reunirme con Yoongi el viernes, cosa que tuve que cambiar para hoy sábado ya que a Karla se le ocurrió la brillante idea de que yo sacara la cuenta de la cafetería. Terminé tarde ya que soy media lenta contando y si me distraigo tengo que empezar de nuevo. Tampoco hoy puedo reunirme tan temprano que digamos porque tengo una cita en el psicólogo, sí, psicólogo. Me dieron de alta el martes porque prácticamente hice un berrinche para que lo hicieran. Estuve tres puñeteros días en un hospital por un simple desmayo, ¿a quién lo dejan tanto tiempo por algo tan absurdo? Todas mis emociones de salir de ese lugar se cayeron cuando el doctor me recomendó, más bien me obligó, a visitar a un psicólogo para así hablar sobre mis problemas para que no me vuelva a pasar nada. No me siento para nada cómoda al hablar sobre mis problemas con las demás personas, es con Jin y Hea y me pelean para que confíe en ellos y me desahogue, no me quiero imaginar cómo sería con un completo extraño que probablemente no le importa para nada lo que yo tenga que decir y sólo simule escucharme. ¿Y quién brillantemente estuvo de acuerdo? Bueno la verdad que todos, hasta la enferma que siempre me atendía. Mis sueños son eso mismo, sueños, a veces más bien pesadillas, pero de todos modos muchas personas las tienen a diario así que no le veo la necesidad de tomar una decisión tan extrema. Pero no quiero que se sigan preocupando por mí por lo que claramente accedí a ir y hoy será mi primera sección.

— Hae, ¿estás lista? ¿Te sientes nerviosa? ¿Quieres que pase contigo? Si no te sientes cómoda sólo dímelo y nos iremos a casa ahora mismo. —Karla habla tan rápido que parece como si estuviera rapeando. Por supuesto que no me siento cómoda pero no podía decirle eso. Probablemente ella está más nerviosa que yo por lo que sé que si le digo para volver estaría a cada cinco minutos chequeándome y preguntándome por todo.

— Tranquila estoy bien, y ¿qué te pasa? No puedes pasar conmigo. Se supone que las citas aquí sean algo confidencial, entre la doctora y yo. —Pronuncio exageradamente la última oración.— Ya vete a dar una vuelta o algo, te llamo cuando salga.

Sin más, me despido de Karla para llegar hasta la secretaria e informarle que estaba aquí y ésta me dijo que tomara asiento. Es una muchacha muy joven y amable, muchas veces no puedo comprender cómo personas así pueden estar felices atrás de un escritorio con papeles, un computador y teléfono. Aunque bueno, al fin y al cabo todo el mundo es diferente y es cuestión de gustos, definitivamente yo no podría con eso, parece muy difícil. La secretaria me llama para informarme que ya puedo pasar y yo sólo asiento. Siento mi cuerpo que se tesa, mis manos se vuelven sudorosas y mi respiración un poco agitada. Son sólo sueños Haeri. Me lo repito una y otra vez para que así los nervios se me vayan porque no tengo nada que ocultar. Toco la puerta y una voz de una fémina me indica que pase.

— Song Haeri, un placer. Soy la doctora Kim, siéntese por favor. —Dice mientras señala con el índice un sofá que se ve bastante cómodo como para echar una siesta e ignorar la cita. Sólo asiento y me dirijo a este. La doctora toma asiento en un sillón parecido al que yo estoy sentada pero más pequeño, se sienta con sumo profesionalismo, cruza sus piernas, coge una carpeta con un bolígrafo y me observa con ¿pena?— Y dime Haeri, ¿cómo te sientes?

— Bien —respondo cortante. No es que quiera ser hostil ni nada por el estilo, simplemente no me siento cómoda.

— ¿Cómo te va en el instituto?

— Normal. —Suelto un suspiro bastante fuerte para que así ella capte algo y que yo no tenga que abundar.

— Supongo que los maestros te están dando mucho trabajo.

— Como siempre.

— ¿Es la causa del porqué estas estresada? —Dice mientras apunta algo en su carpeta.

Efecto Mariposa » Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora