1/2
Probablemente te estás preguntando ahora mismo muchas cosas: sobre mi vida con ella, cómo la conocí, qué fue lo que realmente sucedió. Creo que es tiempo de aclarar las cosas, de aclarar las dudas, de que sepas la verdad. Vamos a dar un paseo por el tiempo.
Todo comenzó un día de Navidad, mi padre me había dicho que fuera a comprar unas cosas en la única farmacia que estaba abierta ese día. Sí, tenía ocho años, muchas personas dirán: "que padre irresponsable", "cómo se atreve a mandar a un niño solo". La realidad del caso es que sólo estaba a unas cuadras de distancia y todos me conocían en el área ya que mi padre era una persona muy conocida. Compré las cosas que mi padre encargó y de regreso escuché gritos y cómo un carro chillaba gomas. Me pareció un poco preocupante y a su vez interesante así que decidí desobedecer las órdenes de mi padre que estrictamente fueron ir y venir, sin parar en algún sitio. Pero para un niño una situación desconocida es como una búsqueda de un tesoro misterioso. Decidí desviarme de mi ruta provista y esa decisión cambió mi vida completamente. Al llegar veo como un carro es arrastrado por la gran corriente del río Han acompañado con gritos desesperantes. Me quedé parado, sin hacer ningún tipo de movimiento. Cualquier persona en su sano juicio hubiese gritado para buscar ayuda y salvarlos, pero yo sólo me quedé ahí, decepcionado por no ser un buen tesoro. Vi como un hombre salió del carro con quien asumí que era su hija, la cual parecía tener la misma edad que yo. Estaba lo suficientemente cerca para notar eso.
Al ver que llegaron a la orilla pensé que ya todo estaba bien y que sólo fue un simple susto, pero como ya saben, no fue así. Aquel hombre volvió al río en busca de alguien más. Quería correr, quería gritar, quería ir hacia donde mi padre pero mis piernas no respondían. Reaccioné cuando aquella niña en la orilla se levantó y comenzó a correr, asumí que era para buscar ayuda así que decidí perseguirla. No había nadie, todo estaba cerrado pero ella seguía corriendo. Decidí cortar camino para llegar hacia donde estaba mi padre y decirle todo lo que pasó pero cuando llegué sólo me reprendió por haber tardado tanto. En mi mente no dejaba de repetirse aquella imagen que había visto hacía sólo algunos minutos. Pensé en decirle a mi padre pero ya había pasado bastante tiempo por lo que asumí que ya encontró ayuda y todo estaba bien, al menos con eso trataba de convencerme. Desde pequeño me han dicho que no me metiera en asuntos que no me correspondían, pero como el niño que era, aplicaba las cosas cuando menos tenía que hacerlo. Pasaron varios minutos así que poco a poco mi mente se iba calmando hasta que escuché unas zancadas sumamente fuertes acompañadas con jadeos. Al voltearme para ver la situación, me encontré con aquella niña que había visto en el río, todavía estaba buscando ayuda, todavía seguía corriendo sin rendirse aunque se notaba a kilómetros lo cansada que estaba. Llamó la atención de mi padre y dijo las palabras que menos quería escuchar «por favor, ayúdenme». Mi corazón en esos instantes se fue al piso, sentía náuseas, ganas de llorar, pero nuevamente no hacía nada. No daba ningún tipo de reacción.
Pude haberla ayudado, pude haber buscado ayuda muchísimo antes, pero no lo hice. Fui un simple inútil que no hizo nada al respecto. Mi padre junto a sus amigos fueron a ayudarla, como era de esperarse, pero me dijo que me quedara y de nuevo lo desobedecí. Para las cosas que realmente tenía que hacerlo no lo hacía. Ella estaba tan desesperada, su mirada estaba perdida, sus lágrimas se mezclaban con las gotas que caían de su cuerpo. Pero me sentía más desesperado que ella, no quería saber, quería pensar que ellos estaban bien, que sólo fue un simple susto pero no todo en la vida es como uno espera. Las decisiones que tomamos tienen consecuencias y no necesariamente tienen que ser buenas. Ya saben el resto, no había nadie, llegamos muy tarde. Ella estaba en shock, jurando que estaban allí, que no se lo estaba inventando. Aunque nadie decía lo contrario, yo quería decir lo mismo. Quería secundarla, quería decirles que era cierto porque yo lo vi, pero no lo hice. Lo único que hice fue darle un abrigo, un puto abrigo. Ya mi padre había hecho las gestiones para que ella se quedara con nosotros ya que no tenía más familia, ellos lo eran todo y por mí los perdió. ¿Y qué hice? Nada. Como si un abrigo y algo de ramen fuera a arreglar todo, como si haciendo eso los regresara a la vida y no la dejaran sola.
ESTÁS LEYENDO
Efecto Mariposa » Min Yoongi
FanfictionLa vida es como un juego. A medida que tomes decisiones ocurre el efecto mariposa y el destino cambia. Lo que no sabemos es si cambia para bien, o para mal. Pero también, debemos tener en mente que todo pasa por algo. La vida de Song Haeri nunca fue...