Estás loco, Jeon. Estas perdidamente loco, miras a todos lados buscando calmar tus inmensas ganas de salir corriendo, en cualquier momento, sabrás que estas mal, que estás loco, que no puedes controlar estar frente a todos esos adolescentes, considerados tus compañeros.
Diste un hondo respiro, cerraste tus ojos, apretaste tus labios y con tus manos hiciste presión en las correas de tu mochila. Patético, eso eras o tal vez solo tu eso creías que eras.
Patético, pero, ante los ojos de Min, eres más que un patético.
Min a veces suele preguntarse sobre por qué las cosas que sentimos son las más difíciles de decir, y, por que nos aferramos a guardarnos todo. Min Yoongi es un genio en eso de los sentimientos, ha sufrido, sea sentido vivo, ha necesitado, ha apostado, ha convencido, ha enamorado, y a ti, te ha atrapado, Jeon. Te tiene atrapado, te tiene jodidamente atrapado, ¿Por qué no lo detienes?
Min Yoongi te observaba de lejos, ¿Por qué te pones nervioso Jeon? ¿Ya caíste en cuenta de que te ve? ¿Ya te diste cuenta de que él toma de la cintura a Park Jimin?
¿Cómo te sientes Jeon? ¿Tienes miedo? Oh no, Jeon, no de nuevo esos pensamientos.
No, no mataras a Park, él no es como esos miles gatos que has matado y enterrado en el patio trasero de la abuela, él es Park Jimin, no es un gato, no es Yoongi.
Míralo a él, al chico que te gusta, él es feliz con Park, ¿Por qué no le dejas ser feliz de una vez? ¿Por qué te aferras a el aun consiente de que estas perdiendo el tiempo?
¿Por qué tu mirada y la de el en este momento se conectaron? Oh no... Jeon... Lo está besando a él, rayos Jeon, míralos, están enamorados.
Jeon, ¿Por qué Yoongi te ve mientras sus labios se mueven al compás de los de Jimin? Jeon, no de nuevo, no, rayos, Jeon, no estaría genial lastimar a Min, no Jeon, no le asesinaras, basta.
