Capítulo 45

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Era alrededor de la dos de la tarde cuando varios enfermeros salieron de la habitación de Kiara, nos habían comunicado que acababa de fallecer, su cuerpo no había podido resistir tanto moratones, tanto huesos rotos...Tanto dolor....

No quería asimilarlo, quería que esto solo fuese una pesadilla, que cuando abriera los ojos la viera tumbada a mi lado, pudiendo contemplar su hermosa cara.

Roto, era la palabra que definía mi dolor ahora mismo, sentía
como si un trozo de mi alma hubiese sido arrebatada.

Llantos, todos lloraban y se abrazaban ente sí.

-Tom...-Oí el susurro de una voz quebrada a mi espalda.

Giré lentamente sobre mis talones, levanté mi mirada, me picaban los ojos a causa de estar reteniendo las lágrimas.

Abrax me abrazó fuertemente y empezó a llorar como si no hubiese un mañana y entonces rompí a llorar.

<<Nunca más volvería a ver sus preciosos ojos zafiros.
Nunca más podría tocar su tibia y suave piel.
Nunca más podría acurrucarme en su hombro y aspirar el aroma de su cabello.
Nunca más volvería a escuchar su condenada risa que era como oír a los Ángeles cantar.
Nunca más la volvería a ver.>>

Me separé de Abrax y me dirigí hasta el señor Hatawey el cual estaba sentado en una silla en estado de shock, no reaccionaba a nada, le hablaba, le tocaba y no respondía.

-Esto es mi culpa...-Logró pronunciar entre sollozos.

-No ha sido su culpa.- Mi voz era quebrada y entrecortada.

-¡Maldita sea!- Gritó con rabia mientras lloraba.

Sentí como alguien me tocaba el brazo, Ayleén.

Mire a la pequeña con ojos rojos, nariz congestionada, con las mejillas empapadas y con su cuerpo temblando.

-Lo siento...-Susurré mientras la abrazaba contra mi pecho.- Lo siento.- Volví a repetir.

                        ***

Eran las seis de la tarde cuando llegué a casa acompañado por Abrax.

Me tumbe en la cama, en el lado donde solía dormir Kiara, aspirando la almohada para poder oler una vez más su aroma, olía a perfume de nardos.

-Sé que es una pregunta estúpida...-Susurró mi amigo.- Pero...¿Cómo estás?

-Como si hubiesen matado una parte de mi.- Respondí con la voz ronca.

-¿Vas a ir a su entierro?- Murmuró.

Me encogí de hombros y cerré fuertemente los ojos.

No quería darme cuenta de la realidad.

-No.- Susurré entre dientes.

-Tom....Será la última vez que la podrás ver.

-Quiero vivir con el recuerdo de cuando ella estaba viva, no con el recuerdo de cuando su cuerpo estaba metido en una caja de madera.-Suspire pesadamente.-Me voy a encargar de ese cabrón.-Dije con ira.

-Tom...No vale la pena, ya va ir a Azkaban por maltrato.- Respondió el albino.

-No voy a permitirlo, él se quedará conmigo.- Apreté mi mandíbula.

-¿En qué estás pensando?- Frunció el ceño.

-En hacerle sufrir tanto como lo ha hecho con Kiara.-Solté con rabia.

                       ***

Me desperté a causa de unos golpes en la puerta, miré a la ventana que daba a la calle, había oscurecido.

Scared of happy (Tom Riddle y tú) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora