Capítulo 25

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PADRE E HIJA


¿Alguna vez han sentido que la tranquilidad y estabilidad que tanto buscaban se encuentra en tan reconfortantes brazos?

Bueno, eso precisamente me está pasando a mí. Después de mucho tiempo vuelvo a sentirme viva, importante y sobre todo amada. Todas esas malas y pésimas sensaciones se han borrado con tan sólo escuchar la confesión de mi bello lucifer, y aquellas esperanzas que creía perdidas han resurgido de donde las tenía guardadas.

Sé que tiene miedo y quisiera decir que yo no lo tengo, pero siempre existe ese riesgo cuando se está dispuesta a entregarte en su totalidad al mar de sentimientos que causa en ti esa personal. Ambas fuimos víctimas de las mentiras, del engaño, de la traición y, aunque por mi parte he decidido seguir adelante, Yuri aún tiene dificultades para hacerlo ¿Motivo?

No lo sé.

Es una parte de su pasado que no estoy dispuesta a obligarle a contarme si no se siente preparada, se cuán difícil puede resultar revivir, aunque sea en memorias ese dolor que experimento en su momento y que le marco. Sin embargo, espero pronto conocerlo para que finalmente pueda cerrar ese doloroso capítulo de su vida.

No sé si lo nuestro sea un "para siempre", pero si depende de mí que lo sea, no dudare de hacerlo un "para siempre" porque algo en mi interior me dice que es la mujer indicada para mí como yo para ella. Solo ruego que este allá sido la única intromisión de su ex, de lo contrario nuestra relación no será nada fácil.

—¿Sabes lo sexy y deseable que te ves con uno de mis blusones de rock star y sin nada debajo?

La calidez de sus brazos envuelve mi cintura desde atrás en un delicado y cariñoso abrazo, lo que por instinto me lleva a recargar los míos en los suyos.

—¿En serio? —pregunto con sonrisa inocente.

—¡Por Dios Jess!—exhala desde mi nuca —Me excitas sin pretenderlo y mi sed de ti no tiene límites —revela—. Te deseo a cada segundo, a cada minuto, a cada hora. Cuando te marchas, una temible ansiedad se apodera de mí que no me permite dormir ni estar tranquila un día entero hasta que vuelvo a mirar a esos profundos ojos caramelo que posees y he de ser sincera, me aterra... demasiado.

—Lo sé, no eres la única que esta temerosa —concuerdo.

—Fui lastimada por la persona que amaba y que decía amarme de la peor forma en la que te puedas imaginar —escucho atenta—, que perdí la confianza y la esperanza en las mujeres. El miedo siempre se encontraba a flor de piel que causo la formación de una muralla invisible para protección mía, me había prometido no volver a pasar por ese sufrimiento de nuevo.

—Es entendible, Yuri.

—Pero entonces, tu hermoso rostro fue lo primero que mire al despertar en la comodidad de tu cama, que jure haber caído en las manos de un ángel, sin embargo, el miedo se apodero de mí una vez más...

Curiosa por la narración de Yuri, me libero de su agarre y giro en mi propio eje para encararla.

Me resulta impactante que una parte de ella se esté abriendo ante mí y me permita conocer por primera vez sus pensamientos sobre mí el día en que nuestras vidas se cruzaron.

—Que me rehusé dejarme engañar por una cara bonita y sola saciar el deseo incontrolable que nació hacia ti. —permanezco en total silencio.

Mi bello lucifer se está abriendo a mí que provoca una revolución en mi estómago y a loca mi palpitante corazón que me llena de felicidad.

—Pero entonces toda esa muralla se vino abajo cuando nos encontramos en ese bendito elevador donde supe eras real, donde tu belleza cegó mis ojos y donde mi corazón volvió a latir desenfrenadamente por una mujer.

Mi bella Lucifer: ¿Amarte o dejarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora