Coral estaba entusiasmada, durante cada presentación sus nervios disminuían hasta ser prácticamente nula. Tomó sus pompones un pompón en cada mano de color amarillo y blanco. Su vestuario predominaba el color azul en su diminuta falta y su corta blusa con mangas largas que enseñaban un poco de panza. Miró las hacia las gradas y visualizó al pelinegro que la había traído loca durante las últimas semanas y ni siquiera habían intercambiado un par de palabras directamente, ¿cómo era eso posible?.
Tristan le devolvió la mirada y rodó los ojos, giró su rostro para entablar una conversación con su mejor amigo, Zack. Tampoco había entendido como era posible que no lo había visto durante todo el partido, ya que iba a mediación.
Después de terminar una coreografía bastante movida y extravagante con piruetas donde ella era la base, todo el público se levantó gritando y apoyando al equipo de americano en casa. Las porristas corrieron para beber un poco de agua de la botella.
—¿Estas cansada? —preguntó una de sus compañeros, su respiración era agitada y acomodaba su cola de cabello en alto.
—No, me emociona bastante. Hacer esto me motiva y me despeja de todo el estrés escolar —respondió mientras volvía a tomar un sorbo de agua.
—Te entiendo, y yo amo comer chucherías, pero esto me mantiene equilibrada —dijo con una sonrisa en sus dientes—. Cory, va a ver pijamada en mi casa después del partido todas las porristas, ¿quieres venir?. No te había dicho porque mis padres no me dieron respuesta hasta hoy, y pues lo mencioné en el grupo de whatsapp donde estamos todas, solo que tu no me respondiste.
Coral se sonrojó al instante, pues no había leído ese mensaje ya que eran muchos y le dio pereza leerlos todos—. No lo leí, sí, por supuesto. No creo que a mis padres les haga daño que yo salga una noche con mis amigas. Muchas gracias Elena por todas tus atenciones.
—Uy, sonó muy formal eso, ¿te veo en mi casa o te vas con nosotras?.
—Las veo allá chica, tengo que ir por toda mi ropa.
Las dos chicas giraron su cabeza cuando la capitana las llamó a todas para seguir animando al equipo. Dejaron su botella de agua y corrieron de nuevo a su lugar. La capitana empezó a preguntar y todas las demás siguieron sus coros. Coral sentía la mirada azul penetrante de Tristan ó eso era lo que ella se imaginaba.
Era curioso verlo ahí porque nunca hubiera pensado que él fuera fanático del deporte ya que era la primera vez que lo veía en las gradas. Ó quizás antes no le daba importancia si es que llegase a ir. La única diferencia era que él provocaba que sus piernas se debilitaban e intentaba hacerlo mejor que de costumbre. Quería lucirse ante el chico.
—Esa es la actitud, Cory —animó la capitana, Jade—. ¡Más actitud chicas, ya casi se acaba el partido! —. Aplaudió con entusiasmo para animarlas a todas.
Como respuesta, todas gritaron mucho más, y el público volvió a gritar cuando un jugador del equipo tomó el balón y corrió a lo largo de todas las yardas hasta anotar un touch down que hizo que el equipo de casa ganará.
Las porristas aventaron sus pompones al aire para demostrar su entusiasmo y cada una empezó a hacer piruetas. Todos los miembros del equipo fueron levantar al jugador que hizo ganar mientras le entregaban el balón en manos.
Zack estalló de felicidad y se levantó de su asiento para gritar con fervor, miró a su amigo amargado y él apenas y había aplaudido. Pero él era así y no iba a desanimarse por su comportamiento.
Las chicas dejaron de gritar y moverse para tomar un bocado de aire, todas hicieron un grupito y se encaminaron a las duchas, arrastrando sus pies. Ya no tenía energía. Cuando llegaron a sus casilleros de las regaderas. Coral vio unas rosas rojas en la banca, justo en frente de su casillero. Vio la nota y sí, efectivamente era para ella.
Tenía un lindo mensaje.
"Gran trabajo, eres tan linda como una flor pero más fuerte –Tristan".
Elena y Jade se acercaron a oler las rosas y miraron pícaramente a la rubia. Ella se sonrojó de inmediato.
—Yo quisiera tener un enamorado que me enviara flores —lloriqueó Jade.
—Tristan es muy dulce —admitió Coral con una sonrisa boba en su rostro.
—¿Tristan Lewis? —cuestionó Elena confundida. Coral asistió con la cabeza ignorando el tono de voz—. Yo creía que era un chico sin corazón.
Pero Coral no prestó atención a sus palabras porque las flores la tenían en un hechizo.
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Teléfono descompuesto
Short StoryTristan le pide ayuda a sus compañeros de clase para enviarle un mensaje a Coral, la chica que él aborrece. Sin embargo, todo se distorsiona cuando la voz corre y a Coral le llega un amoroso mensaje del teléfono descompuesto. anterior cover by: @Its...