❥Capítulo seis I Segunda parte

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Cuando Coral escuchó las palabras de Lana, siendo las de Tristan, entornó sus ojos. Él había dado un paso que no debía pisar, además su estrategia no servía. ¿Un chico amoroso cuando de mensajes se trataban mientras que el otro era lo opuesto cuando se trataba de hablar de frente a frente?.

Estúpido y sensual Tristan. Le encantaba como se mira con su gorra que le aplasta todo su cabello rebelde. Le gustaba que miraba a todos como si los quisiera matar. Las maldiciones que de sus labios salían. La manera en que bufa cuando Zack dice algo que para él es estúpido.

Sí, durante esas tres semanas, Coral le había prestado atención cada vez que podía. Pues solo compartía la clase de química con él. Algo que estaba agradecida porque si lograba distraerla a esa hora y no iba mal, pero podía ir mejor.

—No le respondas —respondió Coral, tratando de ignorarlo.

Lana asistió con la cabeza un poco confundida.

—¿Quieres que te deje de molestar?.

Coral lo pensó por millonésima vez. Ella no necesitaba a un chico bipolar, no. Lo que ella necesitaba era graduarse de la preparatoria. Y eso ocurriría el siguiente año.

La rubia asistió con la cabeza, decidida.

—Entonces escríbele una nota. —Lana se cruzó de brazos mientras soplaba disgustada. Ella no iba a formar parte de un rompimiento de algo que ni siquiera comenzó.

Su amiga asistió con la cabeza, esa era una buena idea. Por lo que abrió la última página de su cuaderno y arrancó un pedazo de hoja y tomó su pluma azul. Entonces escribió en una impecable letra cursiva.

"Deja de molestarme, por favor" acompañado de una enorme "C" y arriba el resto de las letras de su nombre, como una firma. Lo intentó doblar y se lo pasó a la compañera de atrás.

Lana se sorprendió cuando vio que por primera vez, aquella chica terca siguió uno de sus consejos.

Y ahora el papel iba de mano en mano hasta que le llegó a Zack quien miró confundido a Martín y él solo se limitó a encogerse de hombros. El rubio lo pasó a su mejor amigo.

Tristan estaba igual de sorprendido que el resto de la clase. Pues ellos veían como fluía la química entre ellos, y no era la clase. Además era el momento más divertido. Y sin la voz corriendo, solo era otra clase aburrida de química.

—¿Qué es? —cuestionó Tristan, desdoblando el papel.

—Es de Coral —respondió el rubio quien esperaba ansioso que abriera la hoja para poder leer el mensaje.

Pero no fue así, Tristan sencillamente hizo bolita el pape y lo guardó en su mochila. Zack abrió los ojos de par en par, incrédulo.. ¿¡Por qué no leía el papel!?. La curiosidad lo estaba matando.

Coral giró un poco su cuerpo para ver la reacción del pelinegro, pero solo observó donde él lo guardaba en su mochila. Así que intuyó que lo había leído, por lo que supuso que finalmente entendió. Pero una punzada de desagrado molestó a su corazón, pues acababa de darle fin a algo que jamás empezó.

—¿Qué?. —Zack abrió sus ojos aun más

—Lo mío con Coral es distinto, yo no quiero sus cartas; yo quiero su voz —aseguró mirándola desde lejos.

—¿Es en serio?. —Tristan asistió con la cabeza—, ¿no te pica ni un poco la curiosidad leer el mensaje?.

—No quiero ser un cliché más —volvió a decir Tristan.

—¿Y qué tiene que ver las notas?.

—¿Serás idiota o qué?. Últimamente todo el mundo confiesa su amor por notas, y lo peor del caso no es eso, sino que son anónimas. Lo que tengo con Coral es algo más revolucionario. Y no quiero que eso se rompa.

—¿Y por qué te importa?, digo, solo la aborreces.

Tristan lo miró fijamente, esa era una interesante pregunta que ni siquiera él podía responder. Por lo que optó mantener su boca cerrada.

—¡Lo sabía, te gusta! —gritó feliz Zack, interrumpiendo la clase mientras se levantaba de su asiento y lo apuntaba con el dedo. Como era una costumbre de él.

El resto del salón se giró para verlo divertido. Tristan intentó ignorarlo por completo, no quería personas curiosas indagando en la acusación de su amigo, era la preparatoria y a todos les interesaba la vida de todos, algo muy patético, según él. Ojalá y cada quien se metiera en sus asuntos. Pero para el maestro no era así, sino todo lo contrario, así que su rostro empezó a tornarse color rojo.

—¿Algo que quiera compartir con el resto de la clase Señor Zack?.   

*

¡Hola, hola, aquí Ornitorrinco reportandose!. No suelo dejar notas de autor últimamente porque no me va, no sé. Me gusta terminar el capítulo así. Pero hoy me nació escribirles. Últimamente he tenido ganas de escribir las historias, no más. Incluso me da pereza responder mensajes, pero ese es otro punto.

¿Cómo va la historia?, ¿les esta gustando?, ¿qué es lo que esperan de esta historia?. Me gustaría que respondieran mis preguntas, me ayudaría mucho. Además apoya esta historia con una estrellita y un comentario. Grcias por tomarse el tiempo de leer esto.

 Grcias por tomarse el tiempo de leer esto

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