❥Prólogo

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Tristan acomodó su gorro negro sobre su cabello oscuro, cerró la puerta del casillero una vez que sus manos tomaron los lentes de seguridad y la bata blanca para la clase de química. Hoy les tocaba experimentar en el laboratorio así que los maestros exigían que se cubrieran de pies a cabeza. Si fuera por él, faltaría a clases pero durante el ciclo escolar lo había hecho un montón de veces que si tiene otra falta, no tendrá derecho a examen y reprobará el curso. Si volvía a reprobar tendría serias consecuencias.

Entró al laboratorio justo detrás de él el resto de la clase. Dirigió sus pasos hacia una de las bancas de atrás donde su mejor amigo, Zack guardaba su lugar. Ambos amigos palmearon sus manos en forma de saludo y sonrieron.

A los segundos entró los maestros de química junto a su par se encontraba una chica delgada y rubia que sostenía firmemente algunos papeles de la maestra y platicaba sobre la practica que realizarían esa mañana que consistía en separar mezclas por los métodos de separación.

Tristan rodó sus ojos oscuros fastidiado, compartía muchas clases con la Señorita perfección y realmente le cansaba. Es que nadie el mundo se acercaba a eso, pero ella parecía estar bastante cerca.

Él pensaba que eran dos polos completamente distintos; como el agua y el aceite.

Así era, mientras ella obtenía buenas calificaciones y era amigable con todo el mundo, él solo tenía un amigo y era el amargado de toda la escuela sin contar que sus calificaciones no eran las optimas, pero así era él. Generalmente ignoraba a todo el mundo, pero ella tenía algo que le irritaba y exasperaba.

Zack lo codeó al ver como miraba a la chica de una forma rigurosa, pero ella no se daba cuenta de aquello. Tristan regresó a la realidad  por lo que pestañeó un par de veces para salir de su trance.

—Pobre Coral, parece que te la quieres comer con la mirada —susurró pícaro mientras alzaba sus cejas.

Tristan hizo una mueca de asco.

—No es esa manera en que la veo, es que ella me cansa mucho.

Zack iba a responder, pero la voz del maestro lo interrumpió, dando unas breves indicaciones sobre lo que iban a hacer, en pareja por supuesto.

—Chicos, por favor pónganse las batas y lentes —ordenó la maestra con voz severa,

Inmediatamente todos se colocaron lo que indicó y los auxiliares de la clase empezaron a repartir el material que se iba a necesitar.

Coral se encontraba explicando las dudas de su compañero de trabajo, odiaba sin duda ser parte de un equipo porque sentía que la atrasaban, si ella misma no lo hacía, iba a quedar mal. Así es, no tenía fe en ninguno de sus compañeros y agradecía un montón que no compartía ninguna clase con sus amigos.

Zack empezó a trabajar mientras Tristan leía su manual para verificar que estuvieran siguiendo los pasos correctos ya que sus apuntes eran un fiasco y ni con esfuerzo lograban descifrarlo.

—Pregúntale a Coral qué significa el siguiente paso porque no le entiendo —suplicó con ojos de cachorro triste mientras sostenía con las pinzas un tubo de ensayo.

Tristan negó con la cabeza. 

—No.

—Bien que te mueres por hablarle, mira sé que eres algo tímido pero has lo que todo el mundo hace para declarar tu amor eterno hacia ella —sugirió Zack, se quedó callado porque estaba muy concentrando las gotas del cloroformo que debía poner.

Tristan lo movió un poco para que siguiera con su idea.

—Envíale notas de amor

—¡Que yo no siento amor, carajo! —gritó sofocado con ganas de estrangular a su mejor amigo.

La maestra se aclaró la garganta nada contenta con lo que escuchó, además de la mala palabra ¡no estaban trabajando en la práctica!.

—Lewis ¿quiere ir a detención? —amenazó mientras lo fulminaba con la mirada.

Tristan sintió la mirada de todos sus compañeros y negó con la cabeza avergonzado.

—Entonces póngase a trabajar.

Tristan tomó una pipeta por lo que  decidió pipetear agua para matar el rato y su aburrimiento, estaba enojado con Zack porque le obligó a gritar en medio de la clase. Giró su vista para ver a Coral un par de segundos, ella ni siquiera se había percatado de lo sucedido con lo concentrada que estaba haciendo.

—¿Cómo no la vas a querer sino dejas de mirarla?

—¡Oh, cállate! —Esta vez se aseguró de susurrarlo,

—Toma un papel y lápiz, y mételo en su mochila. —Volvió a opinar con una pequeña sonrisa de lado, Tristan lo miró mientras arrugaba su nariz—. Mi hermana lee que si se envían notas, se van a enamorar.

—Esto es la vida real, no una historia de tu hermana muy cliché—retó seguro.

Zack le pasó el tubo de ensayo y lo pidió que lo agitase.

—¿Qué vas a hacer, entonces?.

Tristan miró a una chica, la chica de sus sueños y la que jamás tendrá por su diferente preferencia sexual. Le estaba susurrando algo a su novia y ella reía.

¡Eso era; la respuesta estaba en frente de sus ojos y jamás lo notó!

Tristan se acercó a su compañero Finn y le susurró—: Pasa la voz, que le llegue a Coral que digo yo que huele a cola.

Finn lo miró interrogante, pero prefirió ahorrarse los comentarios, entonces se inclinó hacia el frente para mandar el mensaje una vez más.

Zack encarnó una ceja divertido.

—¿Qué has hecho niño?.

—Le envié un mensaje por voz, algo como un audio de Whatsapp, pero mejor.

Zack negó con la cabeza, era un plan descabellado y sin lógica.

—¿Qué? es un plan de campeones.

—Solo espero que tu mensaje no sea parte del teléfono descompuesto.

—¿A qué te refieres? —Ladeó la cabeza confundido.

—Eso estará por verse —susurró para si mismo.



Teléfono descompuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora