'California'

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Capítulo 19.

- Bienvenidos al hotel 'Palm Beach', ¿a nombre de quien realizaron su reserva? .- dijo amablemente la recepcionista del hotel.

- La reserva esta a nombre del instituto 'St Cloud' , estamos aquí por lo del concurso musical.- dijo Sunny.

- ¡Oh! .- sonrió nuevamente la recepcionista a la vez que tecleaba en el ordenador.- Sí, aquí están. Sus habitaciones se encuentran en el mismo piso, son la 306, 308 y 310. - nos dio a cada uno la llave de nuestras respectivas habitaciones, tocándole a Wes la número 306, a la señorita Sunny la 310 y a mí la 308. - La piscina se encuentra abierta toda la mañana y cierra a las siete de la tarde. El desayuno y la cena se dan en el buffet, que se encuentra en esa dirección a la derecha .- señaló un amplio pasillo que estaba al lado de la puerta que daba a las piscinas exteriores. - Ahora tomen el ascensor hasta llegar al tercer piso, donde encontraran sus habitaciones. Espero que disfruten su estancia en nuestro hotel. - se despidió.

Eché un vistazo a mi al rededor de nuevo. El recibidor era uno de los más grandes que había visto. Una lámpara de preciosos cristales y muy grande estaba posada en el techo. Había una zona con seis ordenadores colocados en línea recta, a su lado había bastantes sofás y justo en frente un piano negro muy grande.

Cogí de nuevo mi maleta malva, que no es por nada, pero es preciosa, y la arrastré hasta el único ascensor que había en la sala.

Al llegar al tercer piso caminamos unos segundos hasta que nos topamos con nuestras habitaciones.

- Muy bien chicos, como hasta esta tarde no tenemos nada en el horario, podéis disfrutar de la mañana como queráis. A las 5 nos han citado en recepción, ¡no lleguéis tarde! - dijo la señorita Sunny, ambos asentimos y ella se metió en su habitación.

- Deja la maleta y demos una vuelta por el hotel, miedica. - me propuso Wes.

- Esta bien.- sonreí

Coloqué la tarjeta en el lector de la puerta y una luz verde señalizó que podía abrirla. Arrastré de nuevo mi maleta y cerré la puerta.

Wow. La habitación era grande y espaciosa. La cama era doble y las sábanas eran blancas y verdes, al igual que los grandes almohadones que había sobre ella. A la derecha de la cama una pequeña terraza que dejaba ver el mar perfectamente.
El baño era igual de espacioso que todo lo demás, equipado con una bañera enorme en la que, intuía, que iba a darme más de un largo baño.

Me sentía como una famosa. Tanto la habitación como el hotel eran los lugares más lujosos en los que me había hospedado.

Decidí mandar un mensaje a mis amigas y a mi familia para que no se preocuparan por mi.

* El hotel es genial. Veo la playa desde mi habitación y tengo una bañera enorme solo para mi. Me quedaría a vivir aquí... Besitos, os echo de menos.*

Alguien llamó a mi puerta, aunque aun sin haberla abierto, sabía de quien se trataba.

- ¡Vamos tardona! .- me dijo el chico de los ojos verdes más bonitos jamás vistos.

Le saqué la lengua y nos adentramos en el ascensor para que nos llevara a la parte de abajo.

- ¿Vamos a la playa?. - propuse esta vez yo.

- Por mi bien.- accedió Wes.

Al llegar a la planta baja preguntamos el camino para ir a la playa. Tan solo había que pasar la zona de las piscinas y abrir una puerta que comunicaba la playa directamente con el hotel. Vaya, menudo lujo.

- Me encanta esto.- confesé.- ¡la arena de Californa es diferente a cualquier arena que he pisado! .- dije una vez adentrados en la playa.

Wes rió y sin que me diera cuenta me cogió de la cintura y me subió a sus hombros.

I CAN'T LOVE HIM, BUT I DODonde viven las historias. Descúbrelo ahora