Capítulo 23.
Intenté, una vez más, conciliar el sueño, un intento que no tuvo éxito. Las imágenes que había presenciado hacía apenas unas horas no salían de mi cabeza. Me escocían los ojos de tanto llorar y suponía que estaban hinchados, no quería ni mirarme al espejo. Nada me importaba, ni siquiera mi apariencia.
Mi móvil volvió a sonar, pero sin mirar quien era, lo desconecté. No quería hablar con nadie. No quería pensar. Pero era inevitable. Mi mente solo reproducía una y otra vez la terrible situación que había tenido que ver con mis propios ojos.
Los labios de Wes sobre los de Amanda. ¿Como había podido? Me bastó con ver tres segundos para salir corriendo de allí.
Amanda. La chica más popular del instituto. Morena, ojos azules, la envidia de todas las chicas, incluida yo. Era un año mayor que nosotros, el reto de cualquier chico de nuestra edad, conseguir una chica más mayor. Parecía que Wes lo había conseguido.
¿Qué había sido yo? ¿Un juego? ¿Un puto juego?
Quería dejar de llorar, pero no podía. Estaba cabreada joder, no entendía porque lloraba. El pecho me dolía, me dolía tanto como si me hubieran dado con un martillo y hubieran roto algo dentro de mí. Pero aunque nadie me había golpeado, sí había algo roto en mí. Mis sueños, la confianza, mi autoestima, y sobretodo, mi corazón.
Pude comprobar que era más frágil de lo que jamás hubiera imaginado.
Wesley, esa persona que tenía la capacidad de hacerme pasar del amor al odio en cuestión de segundos, esa persona que tenía la capacidad de hacerme sentir la persona más feliz del mundo y unos minutos después, la más desgraciada.
- ¿Cariño? .- dijo mi madre abriendo la puerta de mi habitación.- ¿Por qué no has bajado a cenar? ¿Por qué lloras, cielo?.- decía mientras se aproximaba a mi cama.
- No tengo hambre. Y no te preocupes, estoy bien.- dije reprimiendo y secando mis lágrimas.
- No finjas cariño, no conmigo. Soy tu madre y te conozco demasiado. Cuéntame que te pasa.
Sin pensarlo abracé fuertemente a mi madre, que me agarró entre sus brazos como lo hacía cuando era pequeña.
Lo malo de los abrazos es que hacen que llores más, y yo, no era la excepción. Las lágrimas que hacía minutos había intentado ocultar habían salido a flote.
Mi madre posó besos en mi pelo y me acarició para que me calmara.
- Me han roto el corazón, mamá. .- dije con voz rota.
- Oh cariño... Cuanto lo siento. - dijo aun abrazándome. - Dime, ¿conozco al chico?
- Era Wes.- sollocé al pronunciar su nombre.- lo siento por no contártelo.
- No pasa nada, esta todo bien. - dijo cariñosamente. - Aunque ahora sientas que tu mundo se ha venido abajo, va a ver muchos más chicos en tu vida. El primer amor se recuerda siempre, pero también se olvida, y se queda en eso, un recuerdo.
- Te quiero mamá.- dije secándome las lágrimas.
Mi madre era la mejor del mundo. La más sabia. La mejor consejera. Una madre es un tesoro, y la mía era el tesoro más preciado que tenía.
Acordé con mi madre decir que estaba enferma para poder faltar mañana al instituto, pues no me sentía preparada para afrontar a Wesley, no aún.
Sabía que acabaría llorando y no quería. Quería ser fuerte. Él había jugado conmigo y yo debía aparentar que no me importaba.
Después de casi inundar mi habitación y de que mi almohada sufriera mis puñetazos y ataques de violencia, hacia las tres de la mañana, pude por fin dormirme.
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- Está enferma Wesley, lo siento, pero deberías irte.- oí decir a mi madre.
Estaba espiando a través del hueco de la escalera.
Wesley había venido hasta mi casa para preguntar porque había faltado al instituto. Como si nada. Encima tenía la cara de hacer COMO SI NADA. Maldito idiota rompe corazones. Maldito momento en que yo me enamoré.
- ¿No podría pasar a verla? No me importa contagiarme.- sonrió.
- No, lo siento, no quiere ver a nadie. - dijo mi madre antes de cerrar la puerta.
Volví a tumbarme en la cama y encendí mi móvil que llevaba apagado desde ayer.
Lu y Mags habían llamado un par de veces y me habían mandado bastantes mensajes preguntando que me pasaba.
Decidí llamarlas para que vinieran a casa y así poder explicarlas todo. Mis amigas y yo no teníamos secretos, y me vendría bien distraerme un poco con ellas.
Bajé para mirar más mensajes y me encontré con tres de Wes.
' Me ha dicho tu madre que estas enferma, quería haberte visto. Recuperate miedica que te he echado de menos'
' Llamame y al menos hablamos un rato por teléfono.'
Me reventaba que hiciera como que no pasaba nada.
Borré los mensajes, e incluso borré el número.
¿Por qué? Me preguntaba una y otra vez en mi cabeza, ¿qué hice mal?. Quizá ella le daba lo que yo no podía, sexo. Yo no estaba preparada. Ella era mayor que yo. Y más guapa. Y con mejor cuerpo. Y...
Algo me aplastó derrepente.
- ¡Maggie, Lu! Me estáis ahogando.- dije intentando liberarme de ellas.
- ¿Qué pasa Iss? .- dijo Lu, que había notado que tenía los ojos llorosos
- Es Wes...- hice una pausa y retuve las lágrimas.- vi como besaba a Amanda. - tomé aire.
-¿QUÉ?.- dijo Mags cabreada.
- LO MATO.- soltó Lu.
- Él no sabe que lo vi, por lo que parece. Así que no digáis nada, aún.- me cayó una lágrima.
- Nadie merece que sufras así Iss.- dijo Maggie.
- Nos tienes aquí para todo.- dijo Lu.
- Os quiero.- solté yo.
- ¡Abrazo! .- dijo Lu y enseguida las tres nos tiramos en la cama y ellas me empezaron a hacer cosquillas para que me riera.
Malditas cosquillas. Las odio. Pero lo consiguieron, me hicieron reír, pero porque le pegué tal patada a Maggie sin querer que se dio una buena torta. Eso pasaba cuando me hacían cosquillas en contra de mi voluntad.
- Estoy preparada. Mañana pienso ir al colegio y encarar a Wesley. - dije seriamente.
Mis amigas me habían dado fuerzas para levantarme y seguir con mi vida. Me di cuenta de que no podía deprimirme toda la vida.
-¡Así se habla! .- dijeron al unísono y después chocaron sus manos.
Ya bastaba de tanto llorar. Ahora iba a sacar las ganas de venganza que tenía dentro. Mañana te enteras, Wesley Krung.
HOLI HOLIII :)
Supongo que más de uno se habrá llevado una sorpresa con lo que acaba de pasar, ¿no?
Bueno, ya os adelanto que el siguiente capítulo será narrado por Wes, así os aclaro bien todo.
¿Os parece bien? Comentarme si os gusta la idea.
No desesperéis, pero me tardaré más en subir, que tengo unos problemitas personales.
Votar :)
Besitos, os quiero!!!
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I CAN'T LOVE HIM, BUT I DO
RomanceIsabella está aburrida de su monótona vida, de hacer siempre lo mismo y de ver siempre las mismas caras. Pero parece que el primer día de instituto le tiene guardada una gran sorpresa que hará de su año muy diferente a los demás. ¿Será esta sorpresa...