Capítulo 35.
Al llegar al banco que Luck me había indicado no encontré a nadie. Decidí sentarme a esperar, seguramente llegaría de un momento a otro.
Alguien me dio un leve toque en mi espalda haciendo que me girara.
-¡¿TÚ?!.- dije perpleja ante la persona que se encontraba ante mí.
Mis ojos marrones y sus ojos verdes se encontraron. Por primera vez en semanas, no aparté mi mirada. Mi corazón corría a mil por hora, mi cabeza no podía pensar con claridad, las palabras no salían de mi boca, y aunque una parte de mí quería largarse de allí y evitar a Wes como lo había hecho durante toda la semana, otra parte quería que este momento fuera eterno.
- Luck no va a venir.- habló Wes tras unos segundos de lucha intensa de miradas.
Le miré confundida, por más que pensaba, no entendía nada. ¿A caso Luck y Wes se habían puesto de acuerdo para esto?
No, eso es algo que nunca pasaría. Luck y Wes no son amigos. Es una locura.
- No lo entiendo, ¿como sabías que iba a encontrarme con Luck?.- conseguí decir sin que me temblara la voz.
- Él solo me ha ayudado para que pudieramos estar solos. Necesito hablar contigo, y esta vez.- dijo acercándose cada vez más a mi.- no te podrás escapar.
Creía que mi corazón no podía correr más rápido, pero me sorprendió la gran velocidad a la que aceleró cuando Wes pronunció esas palabras. Se me iba a salir del pecho.
¿Qué debía hacer? ¿Debía sentarme y escuchar a Wes como si nada? ¿Debía salir corriendo?
Deje guiarme por mi cabeza y no por mi corazón, y como si fuera una niña pequeña asustada comencé a correr a toda velocidad, pero no a tanta como lo hacía mi corazón.
Esto era una batalla interior entre cabeza y corazón, y no me gustaba nada.
El viento golpeaba mi cara y chocaba contra mis ojos, lo que propulsó que cayera alguna lágrima de ellos. Pero eran por el viento, supongo.
Una mano agarró mi hombro para que no acelerara más. Pero fue un movimiento equivocado, pues ambos cuerpos caímos sobre el suelo. Mi cuerpo rozó la suave hierva y mi cabeza chocó levemente contra el suelo, por suerte. Levanté la vista y pude observar como estaba atrapada entre el suelo y el cuerpo de Wes, que había caido sobre mi.
-¿Estás bien?.- dijo con un gesto de preocupación el cara, que, para ser sincera, hacía que se viera tan adorable, que daban ganas de abrazarlo.
- Si ¿y tú?
- Si. Ahora estoy bien.- dijo serio.
Sus brazos caían al lado de mis hombros, sin rozarme. Su rostro estaba tan cerca del mío que ambos podíamos sentir la respiración agitada del otro.
-¿Ahora, por favor, vas a esucharme?.-pidió casi suplicando.
- Está bien, pero antes, ¿Podrías levantarte?.- sugerí. Si seguíamos en esta postura dudo que pudiera resistir las ganas de darle un beso.
- Pero prometeme que no saldrás corriendo.
asentí. - Te lo prometo.
Y así lo hice. Wes se levantó con cuidado y después yo. Nos sentamos sobre la hierva, uno enfrente del otro.
- Se la verdad. Se lo que viste.- habló Wes.
¿Así que durante todo este tiempo el sabía que yo había presenciado ese momento? Eso me hizo cabrear más aun. Habían pasado semanas y no había sido capaz de darme una explicación.
- Y si lo sabías, ¿por qué no te dignaste a darme una maldita explicación?.- dije enfadada.
- Me enteré hace un día y quiero explicarte como fueron las cosas. No es lo que te pareció.
- ¿Quién te lo dijo?.- quise saber quien se había ido de la lengua, aunque tenía una ligera idea de quien se podía tratar.
- Eso no importa, Isabella.- dijo Wes calmado.
Sin duda alguna, había sido Luck. Maldito Luck.
- Isabella, eres la única. Siempre lo has sido. Nunca nadie me había hecho sentir como lo has hecho tú. Amanda solo es una chica un poco suelta que se me acercó. Ella fue la que me besó, a penas noté sus labios sobre los míos la aparté. Yo no puedo pensar en otra chica quee no seas tú.
- No quiero volver a sufrir. Cuando vi eso....- mi voz, por primera vez en toda la noche, tembló.
- Estoy enamorado de tí, Isabella. Jamás te haría sufrir.
'Estoy enamorado de tí'. Era la primera vez que alguien me decía una cosa así. Era la primera vez que alguien se enamoraba de mi.
'Yo también estoy enamorada de ti, Wesley', pensé. Pero preferí guardármelo. Mi cabeza estaba hecha un lio. Necesitaba aclararme. Quería creer que lo que Wes decía era cierto, quería creerlo, pero necesitaba tiempo para procesarlo.
- Necesito aclararme.- conseguí decir tras unos minutos de silencio.
Wes asintió.
Me levanté del suelo y puse rumbo a mi casa. Se me habían pasado las ganas de ir a la fiesta. Solo quería tumbarme y pensar.
Cuando llegué todo el mundo estaba dormido ya. Subí las escaleras con cuidado hasta llegar a mi cuarto.
Encima de la cama había un ramo de rosas rojas enorme. Una tarjeta yacía al lado de él.
¿Quién me mandaba rosas? Eran mis flores favoritas.
Tomé el ramo y olí las rosas. Con curiosidad cogí la tarjeta.
' Feliz cumpleaños' decía en ella. Estaba firmada. Eran de Wesley.
Inevitablemente sonreí. Sonreí como una idiota. Sonreí como si me hubieran regalado el mundo entero. Y entonces, supe que no necesitaba pensarlo más. La respuesta había llegado a mi cabeza.
HOLA :)
Bueno, el capítulo no es muy largo, pero es decisivo.
AVISO: a la novela le quedan pocos capítulos, ya está llegando a su fin. Ya aviso de que no voy a hacer segunda temporada, ya que estoy trabajando en otra novela que subiré en cuanto acabe con esta, y que espero que si os gusta como escribo, la leáis :)
Me da mucha pena que esto este acabando, tengo unos lectores geniales, sois todos unos amores y me encantan vuestros mensajes y vuestros comentarios, siempre conseguis sacarme una sonrisa. GRACIAS :')
Espero vuestros VOTOS Y COMENTARIOS.
Os quiero :)
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I CAN'T LOVE HIM, BUT I DO
RomanceIsabella está aburrida de su monótona vida, de hacer siempre lo mismo y de ver siempre las mismas caras. Pero parece que el primer día de instituto le tiene guardada una gran sorpresa que hará de su año muy diferente a los demás. ¿Será esta sorpresa...